La Jornada 7 de enero de 1999

Comienza hoy el diálogo entre las FARC y Pastrana

Afp, Dpa, Ap y Reuters, San Vicente del Caguán, 6 de enero Ť El presidente colombiano, Andrés Pastrana, y el líder guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Ma- rulanda, instalarán este jueves las mesas de diálogo de paz en medio de grandes expectativas ante un conflicto de casi 50 años.

En lo que será el tercer intento de paz entre las partes en los últimos 15 años, el acto inaugural contará con la asistencia de cientos de periodistas y unos mil invitados entre ex presidentes, embajadores, representantes de gobierno y escritores, en un marco de estrictas medidas de seguridad a cargo de los actores políticos.

La ceremonia de apertura tendrá lugar en la plaza central de este selvático municipio de San Vicente del Caguán, departamento de Caquetá --que forma parte de una amplia zona desmilitarizada por un lapso de 90 días a instancias de la insurgencia--, y en el acto será entonado el himno nacional.

Tanto Pastrana como Marulanda emitirán sendos discursos, y durante un receso de la ceremonia ambos sostendrán una entrevista privada de alrededor de una hora en la sacristía de la iglesia del pueblo, de unos 20 mil habitantes, de acuerdo con informes dados por el párroco Leonel Narváez.

No obstante, para los observadores estas conversaciones en realidad no serán todavía un proceso formal de negociación ni implicarán un cese de las hostilidades o disminución de la violencia, ya que las partes primero discutirán la agenda y las condiciones de las negociaciones.

Pastrana, un político conservador, se declaró optimista porque dijo creer en la palabra de Marulanda, aunque admitió que hay obstáculos por salvar; pero subrayó que no descansará hasta lograr la paz, y que está consciente de lo que significa el enorme reto de transitar hacia la reconciliación.

Por su parte, Marulanda, cuyo verdadero nombre es Pedro Antonio Marín, un septuagenario considerado como el guerrillero más viejo del mundo, se hizo combatiente desde mediados del siglo cuando miles de campesinos emprendieron la lucha armada para defenderse de los regímenes conservadores y de una dictadura militar.

Expectación y esperanza

Hay grandes expectativas entre los colombianos, que quieren que termine ya el largo conflicto armado interno, pero tampoco faltan quienes ven el proceso con poco optimismo pues no descartan que las FARC quieran dar un ``golpe maestro'' negociando con Pastrana.

Esto viene a colación porque la guerrilla está exigiendo el canje de rebeldes encarcelados a cambio de soldados y policías en su poder, ha dicho que no aceptará un cese del fuego en medio del proceso negociador y ha dejado claro que aun con un acuerdo no se desarmará porque tendrá que hacer cumplir lo que se acuerde.

A nadie escapa tampoco que la solución a la guerra pasa por una serie de reformas profundas de orden social, económico y político; al respecto, el gobierno de Pastrana creó un Fondo de Paz para canalizar unos 4 mil millones de dólares que se estima costará el financiamiento de los programas sociales emergentes.

En lo inmediato, el gobierno de Pastrana no sólo está interesado en sacar una agenda sobre reformas como exige la insurgencia, sino que además se propone incluir temas como la suspensión de secuestros de la guerrilla, el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.

A su vez, las FARC también van más allá de las reformas, entre ellas la del campo, sino también en torno a temas como la restructuración de las fuerzas armadas, la lucha antidrogas, una relación soberana frente a Estados Unidos, mayor participación popular en las decisiones políticas, educación, empleo, vivienda y otros rubros.

La Unión Europea expresó su satisfacción por el comienzo de los diálogos de paz y pidió a las FARC la liberación de ``todos los rehenes, incluidos los extranjeros'', en tanto que en San Vicente del Caguán ya se encontraban los premios Nobel Gabriel García Márquez y Rigoberta Menchú.

Con todo, la lucha armada en el país continuó con saldo de al menos nueve muertos y ocho heridos en acciones aisladas en el norte y suroeste de Colombia, y los paramilitares de derecha anunciaron la reanudación de la lucha armada contra la insurgencia y dijeron contar con unos 5 mil combatientes en todo el territorio nacional.