La Jornada 7 de enero de 1999

Para el PRI la democracia es ``veneno puro'': López Obrador

Carlos Camacho, corresponsal, Huichapan, Hgo., 6 de enero Ť Para el Partido Revolucionario Institucional la democracia es ``veneno puro. Eso de la consulta interna es pura simulación. Hablando en plata, el candidato del presidente Ernesto Zedillo es Francisco Labastida, y Manuel Bartlett y Roberto Madrazo son patiños que andan buscando acomodo e impunidad, y si no... al tiempo'', apostó el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, en entrevista concedida durante su tercer día de gira por Hidalgo.

En una prospectiva sobre las cartas que las principales fuerzas políticas del país presentarán para la ``gran cita de todos los mexicanos en el 2000'', el tabasqueño, quien el 15 de marzo dejará la dirigencia del PRD, sostiene ``con base en información que tengo'' que el verdadero candidato de Zedillo es Francisco Labastida, que para eso se ha rodeado de políticos, que ``dicho sea de paso'', no tienen buenos antecedentes.

En el equipo de Labastida, explicó, hay gente de (Miguel) De la Madrid, de (Carlos) Salinas y de (Ernesto) Zedillo, que ``sumados todos dan alrededor de 200 años de cárcel alrededor de Labastida''.

Durante el trayecto de Ixmiquilpan a Huichapan (70 kilómetros), a bordo de la camioneta Suburban que lo traslada a cada uno de los 18 distritos electorales de Hidalgo, López Obrador accede a analizar algunos temas, pero se niega a adelantar lo que informará al Consejo Político Nacional del PRD, porque eso ``lo sabrán en su momento''.

No acepta hacer una evaluación de los logros y los tropiezos del PRD durante su periodo como dirigente, pero afirma que el nuevo liderazgo, que surgirá el 15 de marzo en elección, ``será mejor que la actual'' y tendrá ``una tarea importantísima'': preparar a su partido para la contienda histórica del año 2000.

Niega que las corrientes en el PRD, representadas por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Mario Saucedo, Amalia García y Jesús Ortega, por citar algunos, vayan a causar problemas, pues ``el partido está más unido actualmente''.

Advierte que se tendrá que seguir trabajando fuertemente por ``la unidad'', aunque no dice cuál de los aspirantes a la presidencia nacional del PRD puede representar esa unidad y tampoco acepta tener simpatía por alguien en particular o por quién podría inclinarse, pues actuará ``con imparcialidad'' y vigilará que las elecciones se lleven a cabo en igualdad de circunstancias.

En cuanto a la sucesión presidencial del 2000, afirma que por ahora los ``dos precandidatos probables'' del PRD son Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. El se descarta porque, como ``lo dije desde que asumí el cargo'', terminada su gestión volverá a Tabasco a recorrer cada poblado, evaluar ``qué le conviene en su momento al partido y al pueblo'' y pensar quizás en una eventual candidatura por la gubernatura de su estado natal.

Al referirse a las cartas del PRI, reitera que Labastida será el candidato, aunque será ``un candidato débil'' porque la gente ``ya está harta del PRI y de lo que significa: corrupción, impunidad y privilegios''.

--¿En el caso del PAN?

--Hay que esperar porque se están dando reacomodos. A Felipe (Calderón) lo hicieron a un lado, como en el caso del Fobaproa, que negociaron en los Pinos Vicente Fox y Diego Fernández de Cevallos, como ocurrió con Salinas.

De vuelta a su situación personal, afirma que desde Tabasco, a donde ``quiero volver a tener contacto con la gente, los de abajo'', aspira a contribuir al establecimiento de la democracia.

--¿Tiene una evaluación de los avances y los tropiezos?

--Vamos a dejar esa respuesta para el Consejo.

Ante la aparición de grupos armados y de la creciente ola de inconformidad, descarta que la violencia sea lo que el pueblo pretende. ``El pueblo de México --dice-- no va a caer en la provocación. La gente espera ajustar cuentas con el gobierno en el 2000''.

Reconoce que hay inconformidad, que la gente padece mucho, que cada vez hay más pobreza, pero, reitera, ``yo creo que el pueblo quiere un cambio por la vía pacífica y esa oportunidad se va a presentar en el año 2000''.

Sobre la creciente militarización de comunidades indígenas, como en la Huasteca hidalguense, afirma que ello se debe a que se pretende acallar la inconformidad mediante el uso de las fuerzas armadas.

Sobre la manifestación callejera de 51 militares en la ciudad de México, considera que es parte de la descomposición del régimen, porque el presidente Zedillo no apostó a la transformación democrática, no tomó la alternativa democrática, sino que optó por la restauración autoritaria al régimen y eso provoca desgaste y socavamiento de las instituciones. Por eso ocurren protestas como las de los militares; no obstante, aclara que esto debe verse como parte de una crisis política nacional, ``pero me reservo el análisis puntual, porque va a ser parte del informe al consejo''.

Acompañado en la camioneta por el delegado del PRD en Hidalgo, Cesar Chávez, y por el diputado federal Agapito Hernández Oaxaca, entre otros, ratifica que Ernesto Zedillo ``no utiliza el instrumental de la política'', sino que ``es partidario de la mano dura, aunque la gente no va a caer en la provocación, va a resistir con los dientes apretados y esperar el mejor momento, que, creo, será en las elecciones del año 2000''.