La Jornada 9 de enero de 1999

Piden los maestros detenidos a la PGR trato diferente al de delincuentes

Claudia Herrera Beltrán Ť Hace ocho días que la maestra Blanca Luna, secretaria general de la sección 9, ocupa la celda número uno del área de ingreso del Reclusorio Norte. Decepcionada por la resolución del juzgado, hace un llamado al procurador general de la República, Jorge Madrazo, para que considere su petición de sobreseimiento de la causa penal, y con ello se deje de tratar a los cinco profesores detenidos como ``delincuentes organizados''.

En 1989, cuando el entonces líder vitalicio del SNTE, Carlos Jonguitud, cayó y la disidencia magisterial llegó al poder a la sección 9, Blanca Luna apenas tenía un año como profesora de primaria. Una década después, ve que la cúpula del sindicato magisterial no ha cambiado, ni tampoco el gobierno: ``sigue reprimiendo a los movimientos sindicales''.

La negativa del SNTE, encabezado por Tomás Vázquez Vigil, a reconocer a los nuevos dirigentes sindicales de la sección 9, fue el origen del conflicto que cinco meses después pasó al terreno judicial, explica, aunque admite que los ánimos del magisterio subieron mucho y por eso llegaron al Senado de la República ``enojados, enardecidos, porque estábamos cansados de que no nos escucharan''.

No es una justificación, advierte, pero considera que acusarlos de secuestro, motín y robo fue un error de las autoridades, que no dieron una lectura política y jurídica a un conflicto sindical en el que han llegado a involucrarse partidos políticos, como el PRI, del que provienen los senadores que declararon en contra de los profesores.

En plática que tuvo con La Jornada el pasado jueves, a unas horas de haber sido notificada por el juzgado primero de distrito del auto de formal prisión, la maestra dijo sentirse defraudada, porque creía que en México las expresiones disidentes empezaban a tener un espacio, sin embargo advierte que está alentada por la respuesta de los mentores que han acudido a la sección femenil del Reclusorio Norte a expresarle su apoyo.

Después de que sus abogados interpusieron el recurso de sobreseimiento ante la PGR, ella solicita que el procurador Jorge Madrazo Cuéllar no se una a quienes hicieron de un problema político un asunto policiaco. Comenta que si el funcionario hace un estudio de los videos y las fotografías encontrará que los maestros encarcelados no merecen ser tratados como el secuestrador Daniel Arizmendi.

Lo que está en riesgo, añade, no es la libertad de cinco maestros, sino los derechos de los ciudadanos a manifestarse y a exigir sus garantías. ``No estamos pidiendo que viole la ley sino que tome en cuenta que llevamos mucho tiempo exigiendo justicia''.

A los senadores que se encontraban en el recinto parlamentario cuando fue ocupado por los profesores, les solicita que tengan sensibilidad política y ``que consideren que he sido honesta, nunca he robado y jamás los ataqué, los traté con respeto''.

Ayer se cumplió una semana de la detención de Blanca Luna, junto con los profesores Elio Bejarano, Néstor Trujano, Alonso Vargas y María del Refugio Vargas, vocera de la sección 9.

En opinión de Luna, no ha quedado ``descabezado el movimiento'', sino su aprehensión ha obligado al magisterio capitalino a recuperar su capacidad organizativa y a mantener su ánimo de unidad.

Motivada por participar en el ámbito sindical, en especial en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cuando se sumó a las movilizaciones del 89, Luna considera que el SNTE debe respetar a otras expresiones y dialogar hasta encontrar soluciones y no dejar crecer el descontento magisterial, como sucedió con la sección 9, cuyo Comité Ejecutivo no recibe el reconocimiento desde julio pasado.

``A 58 mil maestros nos han robado nuestras cuotas, porque hace más de cinco meses que no recibimos lo que nos corresponde; el aparato del sindicato se amotinó en nuestra contra y nos han secuestrado la esperanza de trabajar tranquilamente'', dice respecto a los cargos por los que fue apresada.

Señala que ha recibido mensajes de solidaridad de sus ex alumnos. En 11 años suman más de 500. Hasta julio pasado, cuando inició su gestión como secretaria general, Luna Becerril impartía clases en la escuela primaria Plan de Ayala, que se encuentra en Tláhuac.