La Jornada 10 de enero de 1999

La Sedena gastaría en armas más de 62 mdd en 99: PRD

Andrea Becerril Ť La militarización creciente de Chiapas es uno de los principales obstáculos para avanzar hacia una salida política al conflicto en esa entidad, advirtió el diputado perredista Gilberto López y Rivas. Integrante de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), dijo que desde 1994, cuando se dio el levantamiento indígena, la estrategia del gobierno federal ha sido desplegar un conjunto de operaciones tendientes al aislamiento político, económico y militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En un estudio realizado por diputados del partido -especialistas en la materia-, coordinado por López y Rivas, se indica que ``el despliegue militar en Chiapas ha implicado un conjunto de medidas que aumentan el poder de fuego y la extensión del control logrados por el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana. Entre ellas se encuentran la compra de armamento, la modificación de la división territorial militar, saturación en zonas críticas, creación de nuevas unidades militares, además del entrenamiento castrense en actividades contrainsurgentes''.

Para este año se tiene previsto comprar a Estados Unidos armamento por más de 62 millones de dólares, cifra que está apenas por debajo de la erogada en 1994, luego del surgimiento del EZLN.

En el documento se hace notar que el Ejército ha desplegado a sus fuerzas particularmente en la zona de conflicto y en aquellas áreas donde el EZLN ha logrado influencia política, en comunidades indígenas. ``Desde entonces, el gobierno federal ha mantenido en estricto secreto el número de efectivos del Ejército mexicano desplegados en Chiapas, así como la naturaleza específica de las operaciones militares realizadas''.

Sin embargo, en el estudio coordinado por López y Rivas, se señala que en conversaciones privadas con legisladores, las autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han dejado entrever que el número de efectivos militares en Chiapas oscila entre 25 mil y 30 mil, ``aunque diferentes estimaciones de organismos de derechos humanos arrojan cifras de entre 40 mil y 70 mil soldados''.

Por otra parte, el conflicto en Chiapas originó que la compra de armamento a Estados Unidos se incrementara. ``En el año fiscal de 1994 compró más de 50 millones de dólares en armamento, a través del programa estadunidense Venta Comercial Directa (DCS, por sus siglas en inglés), que prevé el trato directo entre los gobiernos extranjeros y las empresas privadas del vecino país, sin que existan fuertes obstáculos legislativos ni reglas que cumplir en las naciones donde se destinan las armas''.

Aunque en 95 y 96 la compra de armamento se detuvo aparentemente, las proyecciones del Departamento de Defensa estadunidense confirman que México está aumentando su capacidad de fuego a través de armas compradas mediante el programa DCS, y con el de Ventas Militares al Extranjero.

De esa forma, ``México recibió durante los primeros meses del año fiscal de 1996 un total de 146 millones 617 mil 738 dólares en armamento y refacciones por parte de proveedores estadunidenses. Entre el armamento comprado figuran más de 10 millones de dólares en refacciones para aviones de carga y de combate, casi seis millones de cartuchos de distintos calibres, millón y medio en herbicidas, 378 lanzagranadas, tres helicópteros MD-500, máscaras antigases, más de 61 mil dólares en productos químicos antipersonales y otro tipo de equipos para control de disturbios''.

En ese análisis de legisladores perredistas se precisa que para este año, de acuerdo con datos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ``las Fuerzas Armadas mexicanas esperan la compra de más de 62 millones de dólares en armamento proveniente del vecino del norte. Se trata de una cantidad apenas por debajo de la alcanzada en 1994, luego del alzamiento zapatista''.

Parte de esa estrategia gubernamental ha sido la creación de zonas militares y bases aéreas alrededor de la zona de conflicto, y la formación de la Fuerza Especial de Tarea Arcoiris (FETA), que hacia 1997 contaba con seis agrupamientos en Guadalupe Tepeyac, Ocosingo y en otros poblados reconocidos como área de influencia zapatista.

``En Chiapas se hallan desplegados al menos seis batallones de infantería, dos regimientos de caballería motorizada, tres grupos de morteros y tres compañías no encuadradas''. Además, en noviembre de 1996 se creó el Segundo Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), en la séptima región militar; en abril del 97 se crearon tres compañías de infantería no encuadradas, en Salto de Agua, Altamirano y Tenejapa, y otros GAFE en las zonas militares 31, 36 y 39.