Todas las mañanas, rumbo a mi oficina, escucho o intento escuchar, mientras esquivo microbuses, las noticias por la radio. Como carezco de preferencias en ese sentido, lo mismo sitonizo Radio Red que Stereorey o Radio Universidad que Radio Educación, dependiendo de lo que en ellas se diga.
Pero, últimamente, asombrado, escucho las diatribas, inventivas y rollos variados de quien pretende enseñarnos a todos desde las seis de la mañana, como debería, desde su singular óptica, ser el país.
Y lo siento, no voy a decir por el momento quién es.
Me voy a dar el lujo de grabarlo durante las próximas semanas y ofrecerles a ustedes algunas perlas escogidas, palabra por palabra, para que -en un acto simbólico- le otorgue después y en ceremonia pública su merecidísimo título de Ayatola.
Lanzador de condenas, fatwas, recomendaciones y órdenes, ese curioso personaje del México posmoderno olvida diariamente su misión de informar para interpelar a todo el que se ponga en su camino. Entrevista personajes y contesta por ellos, explicándole a los expertos y respondiendo por todos sin que se lo hayamos permitido.
Tú sabes quién es...
Corren las apuestas. Escríbeme a esta dirección de correo electrónico: [email protected] y juntos descifremos el enigma.
Y este hecho me sirve para una pequeña reflexión.
Mexicano no es sólo el que ha nacido aquí, sino también el que eligió el país, con todos sus defectos y problemas, como el lugar donde quería vivir, trabajar, comer, pasear, ver crecer a sus hijos, respirar su aire, llorar por sus heridas, reírse con sus chistes, desconcertarse con sus albures.
Mi amiga María y otros muchos amigos merecen ser mexicanos, porque han decidido voluntariamente escoger esta tierra como su tierra.
Y no la de todos aquellos que siguen considerando a México como un botín, una plantación bananera, una playa privada.
Desde aquí, le mando a María un beso y le digo una de las palabras más mexicanas que conozco: ¡Quihubo!
El Periférico se ha convertido
Y casi todos los días veo como los del auto blanco ``echan lámina'', pegan gritos, realizan ademanes aterrorizantes, muestran sus armas y otras muchas lindezas a todos los demás conductores que necesariamente tenemos que circular por una vía que ellos consideran de uso exclusivo.
Sé que hay violencia en la ciudad y que muchos de los ocupantes de las camionetas último modelo temen por su seguridad. Pero la seguridad de los demás conductores se ve amenazada constantemente, no sólo por los delincuentes, sino también por los que supuestamente protegen a los dueños de las camionetotas. Y cada vez que me echan el coche, me gritan, me intimidan, sólo rezo porque aparezca Mad Max (¿verdad, Cantú?) y les venga a dar, de una vez por todas, su merecido. Mientras tanto, como dicen en la radio, voy a buscar ``vías alternas''.
Por más que uno lo intente, no se puede sustraer de las viejas tradiciones...
Son las doce de la noche del último día del 98 y con cada uva en cada campanada elevo una plegaria y un deseo para esta atribulada patria.
¡Tan...! Que a los ministros de la Suprema Corte de Justicia les cobren peso a peso, todos los intereses de los intereses en sus tarjetas de crédito, hasta que no puedan pagarlos y tengan que encontrarse otra chamba.
¡Tan...! Que a los panistas les crezca, como a Pinocho, la nariz, cada vez que juren y perjuren una cosa y acaben haciendo otra, a espaldas de sus propios electores.
¡Tan...! Que Roberto Madrazo, a quien según su impresionante (por volumen) campaña de publicidad televisiva, le gusta tanto Tabasco, se quede a vivir para siempre en Tabasco, con perdón de los tabasqueños, que sin duda no tienen la culpa de nada.
¡Tan...! Que Vicente Fox se quede un día completo en Guanajuato.
¡Tan...! Que Luis Pazos vuelva a hacer campaña política y así, con tanto que hacer, para beneplácito de las letras, dejara de escribir.
¡Tan...! Que Levín y Aguilera vayan a la Asamblea Legislativa a trabajar y que -por favor- dejen de llevar ``invitados''.
¡Tan...! Que abran en México una embajada de México, para poder asilarse en caso necesario.
¡Tan...! Que los altos funcionarios de Hacienda dejen de sonreír cada vez que hacen declaraciones apocalípticas.
¡Tan...! Que no aparezca ningún nuevo partido este año.
¡Tan...! Que Ramón Ramírez regrese a las Chivas.
¡Tan...! Que Televisa deje de mandarle ``refuerzos'' a TV Azteca, porque ya bastante se parecen sin necesidad de ayudaditas.
¡Tan...! Que haya Paz y Justicia para todos.