La detención de cinco maestros con base en una acusación de oficio interpuesta por las fracciones y senadores del PRI y el PAN ratifica diversos augurios que nacieron desde la aprobación del Fobaproa.

La composición en el Congreso ha sustituido la vieja aplanadora priísta en un nuevo aparato: la panificadora o la prituradora (según quién sea el padre del programa). Esta nueva formación no sólo es el sostén del Fobaproa y la estructura financiera al servicio de una pequeña oligarquía, torpe e ineficaz, sino actuará en lo político y, más aún, en lo referente a la sucesión presidencial. El bloque PRI-PAN es lo mismo que utilizó Salinas para ``legitimarse'' imponiendo una calificación desde la Cámara de Diputados contraria al sentido de la votación. Esta misma formación política legisló por lo menos tres reformas electorales en su favor, abrió el paso a las contrarreformas a los artículos 130 y 27, a fin de consolidar el bloque conservador. Ya desde entonces, la capital no les pertenecía políticamente y desde entonces ambos, juntos y separados, han conspirado contra el cardenismo, la movilización social, el PRD y todas las manifestaciones hacia el cambio democrático. Durante el plebiscito de marzo de 1993, en la ciudad de México, tanto el PRI como el PAN decidieron oponerse el primero y generar el vacío el segundo, pese a la participación de algunos asambleístas en la convocatoria.

La panificadora y la prituradora para 1999 tienen dos tentaciones: sacar en el Congreso la reforma para la ``segunda vuelta'' en la elección presidencial y, con ello, cerrarle el paso a Cárdenas. Si esto falla, la salida para PRI y PAN será deponer a Zedillo, nombrar gobierno interino (ambos dirán que es suyo), posponer la elección y convocar a ésta después del año 2000, una vez que hayan logrado debilitar y desgastar a las fuerzas del cambio democrático. El fantasma del gobierno ha despertado, auspiciado por el vacío de una presidencia apoyada en dos corrientes conservadoras y decadentes que se unen, pero también compiten entre ellas.

El Ejército. A diferencia de la Iglesia católica, que legitimó su actividad política luego de la reforma al artículo 130, la jerarquía militar favorecida por la oligarquía financiera no desea ningún tipo de reforma, ya que esto implicaría acabar con viejos privilegios de casta que hasta ahora han sido la base de la relación del Ejército con el presidencialismo. La reacción contra las protestas abiertas y públicas de militares creará una tendencia hacia el militarismo y la defensa de las fuerzas armadas como una casta al margen de la sociedad. La politización del Ejército será sórdida y sólo permitida, como hasta ahora, para oficiales de alta graduación favorecidos por los privilegios, y el Estado Mayor Presidencial. Curiosamente, de nuevo coinciden el PRI y el PAN en contra de las reformas a favor de los militares sujetos a un código de guerra que defiende privilegios de casta y que se ajusta al esquema de la oligarquía financiera con el Fobaproa.

Dificultades tienen y han tenido tanto la panificadora como la prituradora para defender ante la ciudadanía el Fobaproa. Prueba de ello es que todo el país le sigue diciendo Fo-ba-pro-a y no el supuesto instituto defensor de ahorradores. Esto no es una falla de comunicación sino de concepción, pues ya los bancos empiezan a hacer sus interpretaciones sobre la manera de aplicar el ``punto final'' y donde todas las buenas intenciones desaparecerán en la relación banqueros-deudores, salvo las del puñado de familias oligarcas que salvaron una vez más.

Con la detención de los maestros por su incursión al Senado, se demuestra un endurecimiento y encono político por parte del PRI y del PAN en contra específicamente de las demandas de los trabajadores. La polarización entre las luchas democráticas y la vieja estructura charra en los sindicatos tomará auge a partir de esta alianza entre esos partidos en contra de los trabajadores ¿No pudieron ser así de duros contra los banqueros defraudadores? ¿Por qué a El Divino le han perdonado todo y a los maestros les dan todo el rigor de la ley?

Del ``punto final'' habremos entrado al juicio final sobre esta oligarquía que hoy conspira contra todo el pueblo de México para salvarse y ocultar la dimensión de su barbarie, no sólo la de hoy sino la que piensan aplicar en el futuro quienes hoy se han unido en la decadencia.