GALERIA Ť Víctor Manuel Romero Rochín
Un puente entre los comportamientos macro y microscópicos
Mientras usted huele un exquisito aroma de café y el agua hierve desprendiendo el vapor que inunda la habitación, las moléculas del líquido pasan a través de una región interfacial que se encuentra en la superficie del agua y se transforman en una composición gaseosa.
La transferencia líquido-vapor que cohabita en esa región interfacial es uno de los objetos de estudio del doctor Víctor Manuel Romero Rochín (Mazatlán, Sinaloa, 1960), investigador del Instituto de Física de la UNAM y galardonado con la distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 1998, quien además de ser profesor de la Facultad de Ciencias también aborda el comportamiento de las moléculas afectadas por pulsos de luz láser, o lo que hoy se llama control cuántico o molecular.
"La física estadística es el puente para entender el comportamiento macroscópico de líquidos, sólidos y gases desde un punto de vista microscópico. En particular, sobre los líquidos y gases quisiera entender cómo coexisten éstos al mismo tiempo, y hacer una descripción completa de las propiedades de la región interfacial, que parece plana, pero que tiene un volumen microscópico que aún no se comprende totalmente."
La segunda línea de investigación del doctor Romero Rochín, quien obtuvo el grado de doctor en física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y realizó un posdoctorado en la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, se refiere a estudiar el comportamiento de una molécula al verse afectada por un pulso de luz láser, lo que podría desembocar en un mejor entendimiento de la materia y en el sueño tecnológico de manipularla para elaborar compuestos que no se presentan en la naturaleza, como sustancias químicas, materiales, medicamentos, o revolucionar los sistemas de transmisión por medio de la luz.
"Utilizamos una máquina que produce flashazos de luz láser que duran unos 10 femtosegundos (.000000000000010 segundos). Cuando la luz interactúa con las moléculas les transfiere parte de su energía, y debido a ello las moléculas se excitan y vibran. Así, podemos estudiar su comportamiento y a su vez fotografiarlas al momento de vibrar, ya que el pulso emitido es más rápido que el movimiento."
El investigador explica que al tomar la foto, que en realidad es una interpretación de la imagen obtenida, se puede observar cómo se afectó a la molécula, proceso que no se aprecia a simple vista. La idea es que si se colocan los pulsos de manera apropiada, en diferentes formas y direcciones, se podrían manipular las moléculas para que éstas tuvieran funciones que por sí solas no tienen.
"Todavía estamos en la fase de entender cómo funciona el control molecular a escala básica, pero si se lograran entender los usos éstos serían fantásticos. Por ejemplo, si uno pudiera hacer una computadora que en lugar de usar sólo componentes electrónicos empleara luz, la transmisión sería inimaginablemente rápida."
Víctor Romero afirma que el camino de la ciencia es largo y tortuoso, con salidas que uno no siempre adivina. "Estoy seguro de que la gente que inventó el láser en su vida imaginó que con ese descubrimiento se iban a leer discos compactos o se iba a utilizar para curar problemas de la vista. Seguramente ellos querían entender sólo cómo salía la luz de los átomos".
Consecuencia lógica de su trabajo como investigador está la docencia, por medio de la cual, opina Romero Rochín, se puede llevar al estudiante del nivel más básico hasta la frontera del conocimiento que se produce. "Ser investigador sin participar en la docencia es una aberración".
Y finaliza: "La
educación tradicional de la física en México ha
sido muy teórica, existe poca experimentación en el
país. La hay de buena calidad, pero es poca
todavía. Nuestra educación tiende a ser
matemática y formal, y eso no tiene por qué ser
así; basta con asomarse a la ventana y ver el mundo de
afuera. Es un reto mostrar que las matemáticas complicadas y
oscuras están en la vida diaria, en la cocina, en la calle, en
la música, en la voz, en el calor, en el frío y en
todo". (Mirna Servín) (Fotos: Carlos Cisneros)
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