La Jornada 11 de enero de 1999

MATARON AYER PARAMILITARES COLOMBIANOS A POR LO MENOS 24 CIVILES

Reuters, Ap, Dpa y Afp, Santafé de Bogotá, 10 de enero Ť A por lo menos 130 muertos se elevó este domingo el número de víctimas de la violencia que en los últimos días desataron en diferentes regiones de Colombia los grupos paramilitares, cuyo máximo líder, Carlos Castaño, negó que hubieran urdido un plan para matar al dirigente guerrillero Manuel Marulanda Vélez, y sabotear así el proceso de paz iniciado el jueves.

Uno de los últimos ataques registrado este día tuvo lugar en un caserío del municipio de La Hormiga, en el departamento de Putumayo, donde murieron más de diez campesinos, pero testigos de la región señalaron que las víctimas podrían llegar a 25.

También se reportó la muerte de otros ocho labriegos en Toluviejo, en Sucre, y seis más en diversas localidades de Antioquia, el departamento más afectado por la campaña de violencia lanzada por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

La víspera, pistoleros de las Autodefensas Unidas de Colombia mataron a 30 campesinos en un caserío del municipio de Pinón, en Magdalena, pero también se han registrado ataques de los paramilitares en Bolívar, César y Santander.

Castaño aseguró que los paramilitares respetarán los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y expresó su deseo de que este proceso produzca buenos resultados.

En declaraciones al diario El Tiempo, el líder paramilitar añadió que la idea de matar a Marulanda Vélez, Tirofijo -quien desistió de asistir a la instalación formal de los diálogos de paz- como lo aseguraron el jueves voceros rebeldes, nunca le ha ``pasado por la mente''.

Frente a la negativa de las FARC de sentarse a negociar junto con los paramilitares y de reconocerles estatus político, Castaño enfatizó que ese rechazo no les inquieta, pues ``la filosofía de las AUC es eminentemente política''.

Castaño reveló también nuevos acercamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la finalidad de llegar a un acuerdo que haga menos crueles los procedimientos de la guerra y sirva para proteger a la población civil.

Comentó que invitará al Ejército de Liberación Nacional a una asamblea nacional de paz que las AUC realizarán próximamente, y externó su deseo de que representantes paramilitares puedan estar presentes en la convención que este grupo rebelde llevará a cabo el 13 de febrero.

Tras las declaraciones de Castaño, el procurador Jaime Bernal expresó que ``tarde o temprano el gobierno tendrá que dialogar'' con los paramilitares, pues son parte activa del conflicto, e hizo un llamado a las AUC a detener sus acciones contra los campesinos.

De su lado, el dirigente del Ejército de Liberación Nacional, Antonio García, confirmó la realización de su convención nacional, pero dijo que la vida de los voceros rebeldes está en peligro, por lo cual destacó la necesidad de mayores medidas de seguridad, y no descartó la posibilidad de que se pueda solicitar la desmilitarización de una nueva zona del país.

Admitió que su movimiento busca un acercamiento con Estados Unidos para saber qué está pensando sobre la paz y la lucha antidrogas en Colombia, pero precisó que no está dispuesto a dialogar con Washington sobre la solución de los problemas de Colombia.

Mientras tanto, las FARC reiteraron que no entregarán las armas y que seguirán secuestrando a militares y civiles para presionar por el canje de rebeldes presos y financiar sus actividades, aunque liberaron a la cooperante española Camino Villanueva Rodríguez, secuestrada hace un mes. El jefe militar Jorge Briceño, Mono Jojoy, rechazó asimismo, en entrevista a la radioemisora RCN, aseveraciones del alto mando castrense en el sentido de que las FARC están recibiendo armas procedentes de Brasil y Ecuador aprovechando la zona de distensión.

Dijo, por otra parte, que la organización guerrillera está dispuesta a colaborar en la erradicación de cultivos ilícitos a través de organizaciones internacionales que puedan aportar los recursos financieros para hacerlo, y añadió que Estados Unidos, como país consumidor de drogas, puede cooperar en esta tarea, pero no debe intervenir en el conflicto interno de Colombia.