El armadillo, siendo animal, creen que se formó o fue formado de un taco que hizo Jesucristo cuando anduvo acá en la tierra, pues ese taco se compuso de varias carnes, y la concha se formó de una tortilla
y que la cabeza de un armadillo fue de un zopilote.
La milpa platica. Cuando se prepara el maíz, un grano le dice al otro: ``Apúrate, no te quedes atrás. Tienes que salir rápido''
La que se sembró el día de hoy tiene que apurarse,
para alcanzar al compañero que se sembró antes, para que así dé parejo.
Se platican: ``Tenemos que trabajar juntos, para que así nos vayamos desarrollando parejos''. Cuando va a espigar el maíz que es apurado, tiene que espigar también el que es atrasado.
Cuando están en el suelo, según como caigan al sembrarlos,
ya sea en el hoyito o en el suelo, se dan cuenta los maíces y platican entre ellos.
Entonces ya nacen medio tristes, medio así, por el piso malo.
Si el lugar está medio abonado, pues así, claro, nacen gorditos,
se van rápido; y los otros se atrasan.
Para eso se preparan en la pláticas: ``Que yo tengo que ser como el olote'', o una cosa así,
o ``yo voy a tener maíz lleno, me toca lleno'', esto por el piso.
Las milpas se casan, porque si en una parte en que se sembró maíz amarillo nace un moradito, tiene que pintar todo. Por más que uno escoja al tiempo de sembrar, desgrane uno y le quite el amarillo o el morado, la cosecha se levanta ya pintada, porque se casa con la milpa.
Relatos recogidos en crudo por Carlos Incháustegui en la Sierra Mazateca de Oaxaca hace más de veinte años.
De la cascada de historias oídas a través de la niebla en las voces de Joaquín García, Adán Gómez Santiago, Pablo Quintana, Juana García y otros mazatecos platicadores, salieron dos libros, frutos de aquella cosecha: Relatos del mundo mágico mazateco (INAH, 1977) y Figuras en la niebla (La Red de Jonás, Premiá, 1983).