Alfredo Zitarrosa es una figura central en mi vida, señala Caíto
Arturo Jiménez Ť En una grabación que no busca rendir un homenaje póstumo -porque le hubiera incomodado- y más bien con la idea de ``un amigo que le canta a otro'', sale a la luz Caíto canta a... Zitarrosa, legendario trovador rioplatense considerado por Carlos Díaz como un ``centro'' en su vida.
Zitarrosa (1936-1989) llegó a México en 1977, acompañado desde Madrid por el veinteañero Carlos Díaz, Caíto. Antes y después, el uruguayo fue para el argentino benefactor inmaterial e involuntario y una especie de gurú.
A casi diez años de la muerte de Zitarrosa, Caíto salda una deuda ``de gratitud''. ``No quería terminar mis días sin agradecérselo'', dice sobre esta grabación de Pentagrama, que incluye géneros que casi no practica pero que le permitieron ``recuperar'' muchas cosas de su ``esencia'' primera: la milonga, la zamba y el candombe.
``Salvo Stefanie, que siempre incorporé en mi repertorio, no pensé que pudiera hacer un disco con esas canciones, pero en este caso sí porque se trataba de Zitarrosa'', dice el guitarrista y ex integrante del grupo Sanampay. Este compacto, en el que colaboraron los músicos Fabián y Gabriel Henríquez, Víctor Zuccoli y Ernesto Anaya, se presentará en vivo el 18 de enero, un día después del décimo aniversario de la muerte del trovador, en la Planta de Luz de Plaza Loreto, a las 20:30 horas.
-¿Qué representa Zitarrosa en tu vida?
-Cuando uno llega a cierta edad, ya pasado de los 50, no se puede cometer el error de pensar que todo lo logrado, poco o mucho, es patrimonio individual, que uno solo hizo todo y se labró su propio trabajo. Zitarrosa aparece en el centro de mi vida alrededor de los 27 o 28 años, cuando uno no tiene claro cuál es el camino, y Alfredo fue un detonante importante: mi relación y mi trabajo con él, las experiencias, los comentarios, su actitud congruente y ética en el escenario. Es la persona central en mi vida, en lo profesional y lo personal.
Vigentes, palabra y actitud
-¿Y en lo político?
-Uno quisiera encontrar siempre y a veces tener la congruencia de Alfredo Zitarrosa. Era uno de los hombres más congruentes que he conocido. Su pensamiento político o artístico o social fue muy sólido; respondía a lo que cantaba y a lo que pensaba.
``En Latinoamérica, Alfredo ha sido de los cantores más sólidos y queridos y que, pasado el tiempo, vuelve, pues nunca se fue. Ahora, en Argentina, muchos cantores jóvenes escarban y buscan en la obra de Zitarrosa, algunas veces por herencia de sus papás o hermanos mayores.
``La generación actual vuelve en busca de Violeta Parra, Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui. Y eso sucede sólo cuando alguien hace una obra muy sólida, muy seria. Si no hubieran sido canciones bien concebidas y tramadas, ya hubieran desaparecido''.
-¿Cuál es la actualidad de Zitarrosa en estos tiempos tan distintos a los de hace algunos años, pero a la vez tan similares?
-La palabra y la actitud de Zitarrosa son totalmente vigentes, como la de Yupanqui, quien en los años treinta escribió: ``Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas''. Y cuando se habla de los cambios en el mundo, pues no observo ninguno. Ocurren reacomodos, según conveniencias de determinados poderes, pero siguen las carencias, las búsquedas, las necesidades, las angustias. Entonces, las canciones siguen siendo necesarias.
-¿Lo que se llamó o llama la nueva canción latinoamericana tiene vigencia para el siglo que viene?
-Sí, aunque no sé qué tan nuevo es, El unicornio tiene ya 30 años. Creo que la forma del lenguaje y de plantear las cuestiones amorosas, como cosa cuidada en la canción permanecerán porque el hombre tiene esperanza, ganas de trascender y siempre buscará la belleza; no creo que se quiera perpetuar en lo feo ni en lo violento.
-¿Puede decirse que en este disco instalas a Zitarrosa en el siglo venidero?
-Creo que Zitarrosa me instala a mí, él está instalado ya, en la memoria del tiempo y de las personas que realmente tengan la buena intención de seguir recordándolo. Yo simplemente lo recuerdo, pero él es más poderoso que mi canto, de hecho, yo estoy cantando sus canciones. Lo que agradezco a Alfredo es haberme enseñado tantas cosas y haberme generado la necesidad de decirle gracias en un disco. Entonces, él me mejora a mí.
Apostar por la canción amorosa
-En este disco hay una canción tuya y dos en coautoría.
-Una es instrumental y la escribimos Alfredo y yo en Madrid, Ya es bastante. En cuanto a Milonga por él , la escribí pero dictada por Zitarrosa, porque son cosas que recordaba de él. Podría decirse que la hicimos juntos.
-Las otras son diez canciones de Zitarrosa, ¿cuál fue el criterio para seleccionarlas, porque al parecer no son de contenido social sino amoroso?
-El criterio respondió a mi forma de entender la canción y tiene que ver con mi repertorio, lo que no quiere decir que no coincida con cosas ideológicas de Alfredo o de otros compositores. Yo voy al terreno más seguro y cómodo, la canción amorosa.
``Tampoco es un disco de homenaje póstumo, al contrario, es un homenaje vivo. El hubiera detestado un tono luctuoso, no le gustaban los homenajes ni elogios, era muy discreto y serio. El disco es sólo un amigo que le canta a otro y le dice gracias.
``No me gustaba mucho mi voz pero él insistía y me decía `vos tenés que dejarte de joder y dedicarte a cantar; asumí tu voz'. Y pues asumí mi voz, y en una carta incluida en el cuadernillo del disco le digo a Alfredo que ahora le toca soportarme cantando sus canciones.''