Zedillo: apartarse de las políticas fiscales y monetarias se paga caro
Rosa Elvira Vargas, enviada, Villa Comaltitlán, Chis., 14 de enero Ť De regreso para inaugurar viviendas nuevas y reparadas en dos de las comunidades chiapanecas damnificadas por las lluvias de septiembre pasado, el presidente Ernesto Zedillo defendió las instituciones públicas y envió un mensaje a los políticos ``del centro de poder de México'' a gobernar sin distinciones partidistas o ideológicas. El gobierno, sostuvo, ``no es devorador de impuestos''.
De camino hacia Costa Rica, donde esta tarde empezó una visita de Estado, el mandatario inauguró en el ejido California, municipio de Villaflores, y más tarde en Villa Comaltitlán, sendos proyectos habitacionales del programa Nuevo Milenio. Conmovido por los testimonios de quienes cambiaron su techo de lámina por otro de fibrocemento y las frágiles paredes de madera vieja por adobe y bloques de cemento, el mandatario elogió la participación de quienes padecieron las intensas lluvias e hizo extensivo su reconocimiento a quienes colaboraron desde diversos sectores de la administración pública.
``Muchas veces --admitió-- se habla mal y de manera despectiva del gobierno y de quienes en él trabajan. Cierto: hay personas que no cumplen debidamente su deber, pero la gran mayoría que labora en los tres niveles de gobierno son personas inspiradas por una muy clara vocación de servicio.''
Quienes preguntan para qué es el gobierno y por qué es importante tener un gobierno e instituciones en México ``ojalá pudieran visitar un lugar como éste'' y constatar que esta administración ``trabaja realmente para su gente, trabaja realmente para el pueblo'', dijo Zedillo.
Reconocimiento a empleados del gobierno
Bajo el sol quemante de Villa Comaltitlán, el mandatario pidió un aplauso para quienes integraron las brigadas de la Comisión Federal de Electricidad, de la Comisión Nacional del Agua, de la Sedeso, de Diconsa y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, entre otras dependencias, pero fue especialmente elogioso con ``la presencia heroica'' de quienes integran las fuerzas armadas porque el suyo, resaltó, ``es ejemplo de compromiso y de presencia sacrificada''.
Desde Tapachula, Zedillo hizo un vuelo de 55 minutos en helicóptero para llegar al ejido California, llamado así porque la comunidad vecina se llama Los Angeles. Ahí sólo tres viviendas se vinieron abajo. De las 77 que hay en el poblado, 43 resultaron seriamente dañadas y, para acopiar ayuda, el ex comisariado ejidal Fructuoso Zavaleta Estudillo tocó muchas puertas, consiguió atención de la Sedeso para reparar las viviendas y, de paso, una institución de asistencia privada donó 73 ``juegos de cama'' que no son otra cosa que el primer colchón que algunos tienen por primera vez en su vida.
La gente de aquí pasa hambre y está incomunicada de los centros poblacionales importantes. Casi al comenzar el acto en el cual se dejó constancia de la reconstrucción, Petrona Díaz López, que no sabe bien si tiene 26 o 27 años, se desmayó.
El marido de Petrona se acercó al presidente Zedillo para pedirle ayuda. Este lo canalizó con el alcalde, quien le dijo: ``Veme mañana (en la cabecera municipal) y yo mando a tu mujer al hospital'', sólo que el ejido California queda a 25 kilómetros de la carretera.
Otro vuelo de 40 minutos y llegada a Villa Comaltitlán, donde se hizo una colonia para toda la gente que perdió sus viviendas en la crecida de los ríos con las lluvias de otoño. El Presidente hizo ahí el recuento de esa catástrofe que, sin atención inmediata, puso a la población en riesgo de hambruna y epidemias.
En esas circunstancias, enfatizó, los mexicanos se probaron a sí mismos que son capaces de hacer grandes tareas, ``sobre todo cuando estamos unidos en torno a un objetivo común''.
Cerró entonces con el mensaje cuyos destinatarios estaban a muchos kilómetros de aquí: ``Ojalá que los políticos que están en el centro de poder de México, allá en la ciudad de México, tomaran nota de estos pequeños ejemplos de respeto, de civilidad y de convivencia democrática, y que tomasen nota de que cuando ya somos electos por el pueblo, solamente tenemos una obligación: servir al pueblo sin distinción partidista, sin distinción ideológica''.