La Jornada 16 de enero de 1999

Con la información del NYT se habría roto un pacto de silencio entre fiscalía y defensa

Roberto Garduño Ť El contenido del audiocasete publicado por el diario The New York Times, en el que Jorge Rodríguez González responzabiliza a Raúl Salinas de Gortari de ser el instigador del homicidio contra José Francisco Ruiz Massieu y señala a Raúl Salinas Lozano -padre de Raúl y Carlos- de conocer dicho plan, generó la ruptura del pacto de silencio establecido entre la Procuraduría General de la República (PGR) y la defensa del presunto responsable del atentado. El acuerdo entre las dos partes prevalecería hasta conocerse la sentencia que dictará el juez tercero de distrito en materia de procesos penales del estado de México, Ricardo Ojeda Bohórquez.

Faltan siete días para que venza el plazo y se conozca el veredicto, pero la noticia que difundió el rotativo estadunidense colocó en punto de tensión el endeble pacto de silencio al que habrían llegado la fiscalía y la defensa de Raúl Salinas ``para no contaminar la decisión judicial''.

El jueves, una vez que se reprodujo la información del diario neoyorquino en distintos medios mexicanos, la PGR avaló el reportaje e incluso lamentó la imposibilidad de ofrecerlo como prueba de cargo.

El Ministerio Público federal calificó de ``auténtico'' lo escrito en The New York Times e informó que los señalamientos de Rodríguez González -que actuó en complicidad con su hermano Fernando, quien recibió un pago de 500 mil dólares por parte de Pablo Chapa Bezanilla- se grabaron el 29 de septiembre de 1994.

Rodríguez responsabiliza a Raúl Salinas como instigador del homicidio contra Ruiz Massieu, y como nueva nota la cinta incluye el nombre de Raúl Salinas Lozano, quien habría estado enterado del atentado.

Esta acusación contra la cabeza del clan Salinas provocó la reacción del abogado defensor Eduardo Luengo Creel, quien reveló a La Jornada que el casete que presenta el diario como nueva prueba, ``ya forma parte del proceso; fue aportado por la subprocuraduría a cargo de José Luis Ramos Rivera'' en un paquete de 16 pruebas.

``Estas cintas son similiares e idénticas en su contenido. Han sido editadas y son conocidas por la prensa mexicana; y más aún, sobre el casete que aportó la PGR como prueba de cargo, la defensa sostuvo en su momento que está prohibido recabar pruebas mediante el anonimato, que terminaba siendo una prueba de descargo porque Jorge Rodríguez, se conoce, fue instruido por su hermano Fernando para embarrar, así, literalmente, al licenciado Raúl Salinas. Este casete no es prueba ni evidencia, no es más que la producción de la estática de un medio importante para pretender confundir nuevamente a la opinión pública y dejar en el entorno la percepción de que sí hubo pruebas pero no ingresaron a tiempo''.

Si la fiscalía entregó la cinta al juez Ojeda Bohórquez -como refiere el defensor-, la acusación en contra de Raúl Salinas Lozano y su hijo se debería haber aportado como prueba de cargo en las conclusiones acusatorias que elaboró la PGR y entregó en octubre pasado al juez de la causa. En caso contrario, efectivamente, la grabación constituiría un nuevo testimonio al que la PGR no tuvo acceso, por lo que no lo pudo aportar como prueba al expediente del caso.

En el tomo primero, antecedente 37 de las conclusiones acusatorias, la fiscalía da cuenta de la primera declaración ministerial de Jorge Rodríguez González -tomada el 30 de septiembre de 1994-, en la que nunca aparece mencionado el nombre de Raúl Salinas y de su padre. En el mismo apartado aparece la ampliación de declaración del mismo individuo, que se realizó el 17 de febrero de 1995, donde entonces ``recordó'' que su hermano Fernando le dijo: ``son instrucciones de Raúl Salinas de Gortari''.

Luengo Creel expuso que la PGR no pudo comprobar la fecha de la grabación, que presuntamente se realizó el 29 de septiembre -un día después del homicidio-, y tampoco se acreditó quién estuvo a cargo del interrogatorio ni el lugar en que se desarrolló. El abogado también aseguró que no tiene, ``ni por asomo'', duda sobre la inocencia de su cliente. ``No le han encontrado prueba alguna para incriminarlo porque es ajeno al hecho que le imputan. El no es responsable, no tuvo participación en ese homicidio'', aseguró.