Sami David *
Voluntad participativa de los mexicanos

Seguridad y confianza. Pero también responsabilidad y esfuerzo conjunto para salir adelante. Sin olvidar actitudes constructivas de respeto y civilidad en el ámbito democrático. Las anteriores expresiones del presidente Ernesto Zedillo auguran un año de trabajo intenso, pese a las dificultades económicas. La convocatoria es válida para todos los mexicanos. Y en especial para quienes tenemos responsabilidades públicas. No cejar en la dinámica de trabajo que el país requiere. Y enfrentar los retos y desafíos naturales en todo proceso social.

Crecer pese a la adversidad, hacer más con menos. Todo ello anteponiendo el interés público, el bien común. En un clima de libertades, en un medio por demás competido, políticamente hablando, la democracia garantiza la participación ciudadana con apego a la ley. Sin suspicacias se debe trabajar intensamente para combatir la falta de credibilidad en las instituciones, evitar la impunidad con hechos, ratificando la voluntad y vocación de servicio de los denominados actores políticos.

Creer en el pueblo de México, en su capacidad de trabajo, en sus afanes por salir adelante. Existe una enorme base social, un proyecto de nación, con capacidad de transformación y que está por encima de los intereses particulares. La cultura política que nuestro país vive en la actualidad, contempla una dinámica de mayor tolerancia, de inclusión y debate, de respeto a las diferencias y rechazo a extremismos dogmáticos.

Por supuesto que se debe insistir para que los partidos políticos y los programas gubernamentales formulen las condiciones necesarias para generar una óptima distribución del ingreso, extender los servicios básicos y educación suficiente. Mejorar la calidad de vida para todos, pese a los avatares económicos es el objetivo fundamental. Los mexicanos ya hemos demostrado que tenemos espíritu de lucha y un corazón generoso para enfrentar riesgos y desafíos. Frente a la oscuridad, el ánimo impera. A mayores dificultades, máxima entereza.

El presidente Zedillo conoce a los mexicanos. Por eso su mensaje, prudente y conciliador, buscando estimular ese acervo y responsabilidad social, esa dinámica y sensibilidad que el pueblo de México tiene, gracias a su raigambre indígena, a su raíz y valor universal. Nadie puede dar la espalda a esta realidad. Avanzar en todos los sentidos, trabajar intensamente para revertir las condiciones que marginan a muchos sectores de mexicanos e incorporarlos al desarrollo del país.

Hay capacidad de organización. Tenemos que impulsar programas de acción para que la política social se desenvuelva óptimamente. El México contemporáneo tiene un peso histórico, un principio popular, revolucionario. Conviene recordar ese origen para agilizar la movilidad social y combatir el desaliento. México es más grande que cualquier circunstancia pesarosa. La voluntad participativa es el apoyo a que el Ejecutivo ha invocado. Vale la pena aprovecharla.

*Senador de la República