El Presidente mexicano: populismo, la historia negra de la región
Rosa Elvira Vargas, enviada, San José de Costa Rica, 15 de enero Ť El presidente Ernesto Zedillo arremetió contra el gobernador del estado brasileño de Minas Gerais, Itamar Franco, quien al proceder ``irresponsablemente'' y declararse en suspensión de pagos de la deuda que enfrenta su estado, provocó la crisis financiera que enfrentan las economías regionales. Ojalá que éste sea, dijo el Ejecutivo, el último monumento que se levanta en América Latina a los ``hacedores de miseria'', que no son otros que los ``políticos populistas''.
Dijo no ignorar que con sus afirmaciones está abriendo un gran debate por el que se le criticará, pero insistió en que ojalá los pueblos aprendan y distingan quiénes son los que están buscando el aplauso fácil y la popularidad de corto plazo, sin pensar en las consecuencias de sus actos.
La historia negra de América Latina, resaltó el mandatario, es la del populismo, la de la demagogia y la de la fácil promesa que se pronuncia sin medir los efectos de una actitud que, en el marco de la globalización, sólo acarrea graves y severos costos económicos para los países.
Ernesto Zedillo, quien cubrió una apretada agenda, fue encarado por ciudadanos que le exigieron solución al conflicto en Chiapas. Luego decidió pasar el fin de semana aquí, en la Isla del Coco, paraíso de los aficionados al buceo, luego de cerrar los actos oficiales de su visita de Estado, que duró dos días.
No fue un acto injerencista: Green
Antes, con indirectas se refirió a Brasil y de manera concreta --aunque sin decir su nombre-- a ese ``político irresponsable'' que justamente por haber sido presidente de ese país, ``debió tomar en cuenta que sus acciones no solamente le iban a causar un grave daño a Brasil, sino que esto también habría de tener costos para otros países de América Latina''.
Ya de regreso a México, la canciller Rosario Green defendió la actitud presidencial al señalar que en modo alguno significaba un acto injerencista en los asuntos brasileños y sí, por el contrario, representa una postura de ``legítima defensa'' de México, así como un acto de solidaridad con las políticas que impulsa el presidente de aquella nación, Fernando Henrique Cardoso. Con las actitudes del ex mandatario Itamar Franco, comentó la funcionaria, América Latina ya no puede presumir ante el resto del mundo de que tiene un ``expediente limpio'' en materia de responsabilidad financiera, como venía ocurriendo hasta hace poco.
Y Zedillo estaba tan decidido a tocar el asunto con todas sus letras, que al iniciar su intervención ante empresarios mexicanos y costarricenses, de plano hizo a un lado con gesto elocuente el discurso escrito, mientras decía: ``ya ninguna duda me queda de que este mes voy a renovar mi grupo de asesores. Acabo de tomar una decisión laboral fundamental''. Luego, entró en la materia de aquello que originalmente atraía a su auditorio, relativo a las posibilidades de que con instrumentos como el libre comercio se construya una nueva relación económica de integración real entre México y Centroamérica, pues durante muchos años, esa intención ``sólo estuvo en los discursos''.
Pasó entonces a la exposición de los elementos que han afectado desde el año pasado a la economía mexicana y dijo que con la baja de los precios del petróleo, naciones como Costa Rica se favorecen, pero en el caso de México, las pérdidas de ingresos fiscales por ese concepto habrán disminuido, para este año --respecto a lo que se tuvo en 1997--, el equivalente a 2 por ciento del producto interno bruto.
Del necesario ajuste en las finanzas públicas que implicó esa disminución de recursos, Zedillo admitió que no fueron pocas las voces que señalaron que el gobierno estaba presentando un panorama exageradamente pesimista y que todavía esta semana, luego de la aprobación del presupuesto por el Congreso el fin de año, leyó nuevos comentarios donde se criticaba a su administración bajo el argumento de que en aras de salir adelante ``con sus rígidas propuestas'' se comportaba con pesimismo catastrofista y ``más papista que el Papa'', sobre lo que ocurría en el contexto económico internacional.
Dijo que leyó con interés esas consideraciones, sobre todo porque le gusta conocer la opinión ``de los que no están de acuerdo conmigo''. Pero, añadió, ``llegué a la conclusión de que habíamos hecho lo correcto'' y que si no se hubiese aplicado lo que algunos consideraron ``exagerado, rígido, ortodoxo entre comillas'', hoy el país estaría ante la perspectiva de sufrir dramáticas consecuencias en función de los últimos acontecimientos y los que se verán durante las próximas semanas.
Así, en la defensa a ultranza del proceder de su administración, Zedillo expuso que la economía mexicana está ``mejor equipada'' que la de otras naciones emergentes, para contender con la situación generada en Brasil, y fue entonces cuando se lanzó, como lo había hecho la noche anterior ante la Asamblea Legislativa costarricense, contra lo que denominó el ``flagelo'' de las políticas populistas.
Esta vez, y aunque inquietara a la canciller Green, advirtió Zedillo, tendría que referirse a los asuntos internos de una nación porque si bien México ha sido siempre respetuoso de la soberanía de otros países, las decisiones adoptadas por un político de aquella nación, tienen ``gravísimas implicaciones internacionales'' y para aquel país. Y es que hoy, puntualizó el mandatario, proceder con retórica fácil e irresponsabilidad económica, tiene graves y severos costos. Que esta lección, indicó, si no la aprenden los políticos sí la entiendan los pueblos para que distingan quiénes son aquellos que sólo buscan la popularidad de corto plazo.
Zedillo y su homólogo, el presidente Miguel Angel Rodríguez, atestiguaron aquí la firma de nueve acuerdos y documentos bilaterales, comprometieron nuevos mecanismos con miras a alcanzar la meta de llegar a mil millones de dólares como producto del comercio entre México y Costa Rica para el año 2002 y suscribieron también un comunicado conjunto en el que se comprometen a impulsar en sus países políticas económicas y financieras sanas, incrementar la tasa de ahorro interno y a impulsar el cambio estructural de sus economías.
Asimismo, para fortalecer el intercambio comercial, este viernes se incorporaron nuevos productos al acuerdo. Si bien el azúcar -pretensión del gobierno costarricense- quedó fuera una vez más, sí se superaron algunos obstáculos que existían para la exportación desde aquí, de carne y leche. De la primera, México otorgó una cuota anual de dos mil toneladas métricas de cortes finos, y por lo que hace al lácteo se autorizó un incremento de un millón de litros por año, hasta llegar a 15 millones en el 2004.
Al Presidente lo acompañó una delegación que incluyó a los secretarios de Educación y de Comercio, así como al rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, los coordinadores senatoriales de PRI, PAN y PRD, el empresario Roberto González Barrera y el líder empresarial Juan Morales Doria.
Tanto en el Parque Nacional donde depositó una ofrenda floral, como en la Galería Nacional, donde inauguró una exposición del artista Francisco Zúñiga, el mandatario mexicano fue seguido por simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quienes le exigieron desmilitarizar Chiapas, desarme a paramilitares y procese a los verdaderos responsables de la masacre de Acteal.