La Jornada 19 de enero de 1999

En 20 años, ritmo sostenido en la brecha entre países pobres y ricos

Roberto González Amador, enviado, La Habana, 18 de enero Ť Con un llamado a reconstruir las instituciones financieras multinacionales y aplicar medidas que permitan a naciones de menos desarrollo crecer en el corto plazo, comenzó hoy una semana de discusiones sobre la globalización económica, que reúne a más de medio millar de especialistas de 30 naciones.

La primera reunión plenaria del encuentro internacional de economistas, Globalización y problemas del desarrollo, presidida por el presidente cubano Fidel Castro, abrió la discusión sobre los ``problemas de la globalización'', un acertijo teórico que los participantes abordaron a partir de identificar los efectos de unas economías integradas sobre la población.

``El mundo debe darse cuenta de la urgencia de abordar los problemas sociales causados por la globalización'', urgió la ex primera dama de Francia, Danielle Mitterrand, quien aunque no es economista fue invitada al micrófono del Palacio de las Convenciones por el presidente cubano.

``Es urgente que de las estrategias económicas de cada país y del mundo en conjunto la prioridad sea el ser humano. Las cifras no pueden pesar más que los seres humanos'', dijo la presidenta de France Liberté.

En el presidium además del propio Castro, y de Danielle Miterrand, presenciaron la jornada el líder sandinista Daniel Ortega, el ex candidato de la izquierda a la presidencia de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y el precandidato perredista al gobierno de México, Porfirio Muñoz Ledo.

La reunión, transcurrida siempre bajo la mirada atenta y el rostro serio de un callado Fidel Castro, inició con la presentación de Paul Bairoch, un profesor de la Universidad de Ginebra, experto en temas de integración y globalización.

El panorama descrito por Bairoch no fue alentador. Desde que inició el proceso de globalización económica -momento que situó al inicio de los años 80- ha ocurrido una fase de menor crecimiento y profundización de la desigualdad. Entre los años sesenta y ochenta, la economía del mundo creció a una tasa media de 2.5 por ciento anual. Para el bienio 1996-1997, el ritmo de incremento del producto interno bruto del planeta disminuyó a 1.7 por ciento al año. ``El mundo, la economía del planeta crece menos y eso es un elemento trágico de la globalización'', apuntó.

Pero también afirmó que la brecha entre los países desarrollados y las naciones en desarrollo ha aumentado desde los años setenta a un ritmo sostenido. ``La riqueza en los países ricos ha aumentado 8.4 por ciento en dos décadas, mientras que la generada en las naciones no desarrolladas creció apenas en uno por ciento'', indicó. De hecho, abundó, el alto nivel del desempleo en el mundo, provocado por unas economías alentadas, es el más alto desde los años treinta.

Para esta reunión, organizada por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, pero que cuenta con todo el respaldo político del presidente Castro -que encabeza cada una de las cinco reuniones de más de diez horas de duración cada una- los promotores ofrecieron un debate plural sobre los temas de la globalización.

En este primer día no asistió el intelectual mexicano Pablo González Casanova, tampoco algunos de los asistentes que fueron mencionados por los organizadores como cartas fuertes de discusión como el financiero internacional George Soros, un conocido especulador internacional y símbolo de la economía globalizada.

Para uno de los oradores, el economista brasileño Theotonio dos Santos, el mundo de hoy no es de libre mercado, sino de un mercado monopolista en el que algunos gobiernos se hallan atrapados en fuertes contradicciones. ``Estamos en un ciclo económico de tasas de interés altas, que son ofrecidas por los gobiernos -como Brasil y México- para atraer capitales y poder cubrir déficits comerciales. Pero esos altos réditos significan para los Estados pagar elevados intereses para cubrir sus endeudamientos internos'', indicó.

La reunión, que en el primer día no prendió el debate de los temas de la globalización, tuvo dos oradores no incluidos en el programa original: la ex primera dama de Francia y el diputado Muñoz Ledo.

Danielle Mitterrand afirmó que el mundo estará sometido ``a una ruptura'' si no se comienzan a atemperar las diferencias entre los países pobres y ricos. ``Apartémonos de las fluctuaciones de la bolsa. Busquemos la forma de lograr un crecimiento razonable que evite los daños de la sociedad de consumo'', llamó la viuda de Francois Mitterrand.

Las propuestas surgieron del diputado Muñoz Ledo, uno de los pocos asistentes en el evento que, en su calidad de legislador, está en condición de incidir en leyes concretas que tengan relación con la función económica.

Muñoz Ledo, presentado a los asistentes como presidente del Centro de Estudios sobre la Globalidad, sostuvo que la columna vertebral de la reconstrucción de la izquierda es la reflexión sobre la globalización, ``una especie de no ideología y camaleonismo que a nada conduce''. Un primer paso para abordar el debate, sugirió, es desmitificar ``la lamentable confusión'' entre globalización e integración financiera y hacer ver que ``el verdadero problema'' es quien gobierna la globalización.

``La prioridad es la remodelación del sistema financiero, el nuevo orden monetario internacional'', declaró Muñoz Ledo. Su propuesta fue: reconstruir la Organización de las Naciones Unidas, crear un sistema de negociación económica internacional -similar al del Consejo de Seguridad de la ONU- y estructurar un andamiaje que de seguridad económica a las naciones.

Los trabajos de la reunión de economistas continúan mañana y proseguirán hasta el viernes. Para este martes los asistentes esperan la participación de representantes de la Organización Mundial de Comercio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.