Han disminuido las desapariciones y torturas, asegura Luis de la Barreda
Ricardo Olayo Ť En México, el respeto a los derechos humanos es desigual, pero en el DF su vigencia es innegable por dos razones: los abusos de poder pueden ser castigados y los casos más graves como las torturas y desapariciones han disminuido en forma sensible, aseveró el presidente de la CDHDF, Luis de la Barreda.
La solución no es modificar o crear leyes, sino tomar acciones acertadas, especialmente en la procuración de justicia capitalina, donde se mantienen rezagos y vicios de años, en tanto que en los reclusorios se ha avanzado, aunque aún falta mucho por hacer, indicó.
En entrevista, dijo que a pesar del innegable avance democrático en el ámbito y en la defensa de los derechos humanos, el gran reto del país es combatir la pobreza y la desigualdad, que son insultantes.
Combatir el desempleo y todo aquello que impide a mucha gente vivir con decoro, forma parte también del respeto de los derechos humanos, sostuvo durante una entrevista en la que a diferencia de su tónica acostumbrada, habla de asuntos diversos a la competencia del ombudsman como institución en el DF.
``Los derechos humanos abarcan también aquellos derechos íntimamente relacionados con la situación socioeconómica de la gente, con servicios de educación, de salud, etcétera. Cualquier política debe tener en el centro de sus preocupaciones el bienestar de los habitantes, y hay que ser muy claro porque hay críticas muy demagógicas contra lo que se llama la política neoliberal y contra la globalización, pues dentro de este proceso los gobiernos están obligados a buscar fórmulas para la gente. Y no solamente para decir en términos macroeconómicos: ``La situación no ha empeorado'', o para emplear una expresión que le gustaba mucho al ex presidente Miguel de la Madrid: ``El país no se nos ha deshecho en las manos'', pues no hay, salvo la Unión Soviética, que era realmente un país que era muchos países, ejemplos históricos de que los países se le deshagan en las manos a algún gobernante''.
--En estos temas económicos y sociales, las comisiones de Derechos Humanos, las ONG, ¿qué han hecho o qué pronunciamiento debieron hacer al cumplirse el mes pasado 50 años de la declaración de la Carta Universal de los Derechos del Hombre?
--Se tocaron los temas. Las ONG han sido muy acertadas en sus críticas, muy aceptables también, pero no se ha visto con el mismo acierto propuestas alternativas, es decir, es más o menos fácil decir, debe superarse la situación de pobreza, debe superarse la situación de desigualdades, pero otra cosa es ya proponer la forma, la fórmula para ello, en un contexto en el que todo lo que pasa en el mundo influye en un país como México. Hay que presentar las propuestas y buscar el diálogo con quien pueda apoyar esas políticas, que es el gobierno. Ha habido en ocasiones un distanciamiento muy absurdo entre las ONG y el gobierno. El gobierno señala que muchas ONG están politizadas y que tienen toda una intencionalidad política, mientras que aquéllas señalan que se sienten agredidas por el gobierno, agredidas o desatendidas, no escuchadas por el gobierno, y en esto podemos ir a un desencuentro sin fin. Lo que importa es escuchar aquellas propuestas que puedan mejorar nuestra situación, tanto de ONG como de equipos de investigación, de especialistas. En eso consistiría el diálogo diferente entre el gobierno y diferentes sectores de la sociedad.
--Hay una serie de derechos violentados en las áreas laborales, a los deudores, de medio ambiente, y si bien los deben cubrir otras instancias, ¿hasta dónde puede llegar la CDHDF en la defensa de los ciudadanos, incluso más allá de su competencia?
--En materia económica, si nosotros lanzamos un pronunciamiento y algunas sugerencias, alguna recomendación, la autoridad no puede decir: ``Sí, acepto, y mañana mismo queda''. Si a algún individuo se le detiene indebidamente y la comisión dice que hay una detención ilegal, la autoridad puede decir: ``inmediatamente te dejo en libertad''. En materia económica no, eso requiere cambios estructurales que van más allá de la voluntad de un gobernante, creo que la comisión debe cumplir con todo lo que le toca cumplir, pero no debe ir más allá de lo que la prudencia aconseja. ¿Cómo hacer para empezar a revertir los problemas de pobreza, desigualdades, etcétera? Ahí, más que una palabra mágica de la comisión, lo que se requiere son estudios serios y de tipo económico para buscar alternativas.