La Jornada 19 de enero de 1999

Persisten las dudas sobre los testimonios de Jorge Rodríguez González sobre el asesinato

Roberto Garduño Ť La acusación grabada de Jorge Rodríguez González, quien señaló a Raúl Salinas de Gortari como el instigador del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, es para el juez Ricardo Ojeda Bohórquez un desafío jurídico, pues la reciente filtración de un segundo casete que contiene nuevas acusaciones contra el hermano de Carlos Salinas y de su padre, Raúl Salinas Lozano, ha despertado dudas sobre la forma en que la fiscalía y la defensa integraron las pruebas del expediente.

A cuatro días de que venza el plazo para que el juzgado tercero de distrito del estado de México dé a conocer la sentencia, persisten dudas sobre los argumentos de Jorge Rodríguez, hermano de Fernando, quién recibió 500 mil dólares del ex fiscal Pablo Chapa para incriminar a Raúl Salinas de Gortari.

The New York Times informó sobre otra presunta declaración grabada de Jorge Rodríguez González, quien habría insistido en que Raúl Salinas y el padre de éste participaron en el asesinato de Ruiz Massieu. Ahora el juez tiene dos versiones contradictorias sobre esas grabaciones.

Las conclusiones que elaboró la Suprocuraduría de Coordinación General y Desarrollo de la PGR (de las que este diario tiene una copia) señalan en su primer tomo que a principios de 1994 Fernando Rodríguez González le pidió a su hermano, Jorge, que le ayudara a conseguir dos guardaespaldas en Ciudad Victoria. En sólo unos días logró contratar a Carlos Angel Cantú Narváez y a Daniel Aguilar Treviño. Tras viajar a la ciudad de México con ellos, el declarante los hospedó en el hotel Puebla y regresó a la capital de Tamaulipas para comprar algunas armas. Consiguió una subametralladora Intratec calibre 9 milímetros, mientras que Fernando adquirió dos cuernos de chivo.

Después del 15 de septiembre de aquel año, y luego de un viaje con Manuel Muñoz Rocha a Las Vegas, Nevada, Fernando Rodríguez le dijo a su hermano que ``iba a conseguirle trabajo, pero para ello tendría que participar en una operativo preparado para matar al licenciado José Francisco Ruiz Massieu''.

Jorge Rodríguez aceptó la propuesta de su hermano e instruyó a Daniel Aguilar y a Carlos Cantú para atacar al político guerrerense. ``El motivo para dar muerte al licenciado Ruiz Massieu era eliminarlo del campo político de México, y esto lo deseaba el diputado Manuel Muñoz, porque el licenciado Ruiz Massieu quería poner en marcha una serie de reformas políticas y administrativas con las que el diputado Muñoz Rocha no estaba de acuerdo''.

En aquella declaración, grabada el 30 de septiembre de 1994 (según la PGR) por Enrique Arenal Alonso y Jorge Stergios, no se habla de Raúl Salinas. Se sospecha que Stergios, en complicidad con Mario Ruiz Massieu, impidió que se diera a conocer que el interrogado mencionó al llamado hermano incómodo del entonces presidente Carlos Salinas.

El primero de 1997 se supo, en una ampliación de declaraciones, que ``no fue una sola grabación'' de Jorge, pues del 29 de septiembre al primero de octubre de 1994 ``le estuvieron haciendo varias grabaciones cuando lo estaban torturando. Incluso en una parte les pedía agua porque ya no podía hablar''.

Si existen más grabaciones de aquel interrogatorio, la mencionada por el diario neoyorquino habría provenido de aquel interrogatorio. Según los autores de la citada nota, Julia Preston y Craig Pyes, la grabación no parece haber sido manipulada, como ocurrió con otras evidencias similares presentadas por los fiscales.

Meses más tarde, el 17 de febrero de 1995, Jorge Rodríguez amplió su declaración y relató al Ministerio Público Federal que ``en los días previos al atentado en contra de José Francisco Ruiz Massieu, pudo observar que Fernando Rodríguez se comunicaba vía telefónica con Manuel Muñoz Rocha, motivo por el que lo cuestionó en relación al atentado, respondiendo Fernando que actuaba por órdenes de Manuel Muñoz Rocha y que el mismo también le indicó en forma textual que las órdenes vienen de muy arriba. Ante ello le preguntó a Fernando quién era el que le daba las órdenes a Manuel Muñoz Rocha y le respondió: son instrucciones de Raúl Salinas de Gortari.

``Ante esa respuesta el declarante le manifestó a Fernando su negativa para participar en el atentado, a lo que Fernando le señaló: `¡Ustedes ya saben: si no participan nos van a matar!'' Aquella fue la primera mención del nombre de Raúl Salinas. La autoridad aportó al expediente tres casetes con las declaraciones de Jorge Rodríguez, pero en ninguna se menciona a Raúl Salinas Lozano.

La aparición de otra cinta, hace unos días, representó para la PGR una evidencia más contra el acusado, pero por falta de tiempo y oportunidad no pudo integrarla al expediente. Para la defensa, esa grabación forma parte de las pruebas que ya conoce el juez ``y de ninguna manera es una nueva aportación; al contrario, es prueba de descargo, por los antecedentes del declarante''.

La reiterada acusación

Las conclusiones jurídicas de la defensa retoman la declaración ministerial que Jorge Rodríguez presentó el 17 de abril de 1997. ``Manifestó que se había entregado voluntariamente el día 29 de septiembre de 1994 en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y que al aproximarse el vehículo al hotel donde se hospedaba --y que lo conduciría al aeropuerto de esa ciudad para trasladarlo a la capital del país-- se percató de que en el asiento trasero iba una persona acostada, por lo que supo que era un agente de la Policía Judicial Federal.

``Que el agente sacó una minigrabadora, diciéndole antes de encenderla que tenía que contestar todo lo que sabía y que después de encenderla Jorge Rodríguez le dijo: `Comandante, lo que yo le puedo decir que sé sobre este asunto es que el ingeniero Raúl Salinas de Gortari está atrás del asunto. El fue el que ordenó la muerte del licenciado José Francisco Ruiz Massieu', habiéndose enterado de ellos por comentarios que le hiciera su hermano Fernando Rodríguez González.

``Que al llegar al Aeropuerto de esta ciudad (México), al pie de la escalera del avión se encontraba una persona de sexo masculino, de barba y lentes, al que identificó como Jorge Stergios, observando que también se encontraba una cámara de video lista para filmarlo, empezando a interrogarlo Enrique Arenal Alonso, contestando que atrás de esto estaba el ingeniero Raúl Salinas de Gortari''.

Los abogados aducen que Jorge Rodríguez González dijo el 20 de marzo de 1995 que fue en las instalaciones de la PGR donde se inició el interrogatorio conducido por Enrique Arenal y que éste era quien tenía la grabadora en mano; sin embargo, el 17 de abril de 1997 dijo que el interrogatorio había empezado en el aeropuerto.

``Esta contradicción apaga la credibilidad de las expresiones del testigo, pues se excluyen una con la otra y ponen de manifiesto su falta de veracidad'', señala.