En Perú retomaré un diálogo que jamás se acabó: Bryce Echenique
Juan Manuel Villalobos, especial para La Jornada, Madrid, 19 de enero Ť Para Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) los seres humanos son ``siempre mejores y más completos por carta''.
En esta idea es en la que se apoya el escritor peruano-español para enarbolar su nueva novela, La amigdalitis de Tarzán (Alfaguara), en la que recrea el mundo interior de una pareja sudamericana; ella salvadoreña, hija de la alta burguesía, él peruano y cantautor, que emerge mediante la correspondencia.
El género epistolar no es gratuito en un autor como Bryce Echenique, para quien la correspondencia significa el elemento más definible de su vinculación con su patria, Perú, desde que hace 34 años decidió emigrar a Europa (primero París y Montpellier, luego Barcelona y Madrid) a fin de conseguir hacer lo que realiza hasta ahora, escribir.
``Tengo tantas visiones de Perú, como cartas'', explica el autor de La vida exagerada de Martín Romaña y añade que es la experiencia de la correspondencia la que hace que la protagonista de su nuevo libro ``sea más protagonista''.
Si bien La amigdalitis de Tarzán tiene una buena dosis de nostalgia y memoria como el resto de sus novelas que hablan sobre el amor, la amistad y la lealtad según su propio autor lo aclara, ésta presenta una nueva variante esencial frente al resto de sus trabajos literarios: en esta ocasión la historia está contada por una mujer.
``Ya bastante se ha dicho acerca de los rasgos femeninos que hay en mi escritura, entonces, asumí el desafío de que la novela fuera contada por una mujer'', explicó Bryce Echenique durante la presentación de su nuevo libro.
La historia de la novela, enlazada por medio de la relectura de las cartas que María Fernanda le escribe a Juan Manuel, se teje sobre los sentimientos y las vicisitudes de los últimos 25 años del mundo latinoamericano.
Pensar americano, sentir europeo
El recién galardonado con el Premio Nacional de Narrativa 1998 por su anterior novela, Reo de nocturnidad, una obra sobre el insomnio con elemento biográficos (refleja la experiencia que sufrió el propio novelista, que lo obligó a recibir tratamiento en la ciudad de Montpellier), agrega que es la vitalidad de la protagonista de la que surge la idea de una Tarzán femenina, ``portadora de fuerza, alegría y optimismo''.
Para Bryce Echenique la experiencia del exilio voluntario, que terminará el próximo 14 de febrero cuando regrese a Perú de forma definitiva, ha marcado su literatura con una clave que a la vez es un problema, ``el sentir americano y el pensar europeo''.
A diferencia de otros autores latinoamericanos que aun cuando viven fuera de su país, siguen escribiendo sobre su tierra natal, explica el autor de Un mundo para Julius, él ha tratado de ``captar la quintaesencia'' del país al que se llega.
Cita entonces a Julio Cortázar y a Henry James, entre los autores que han logrado experimentar esa ``quintaesencia'' del país ajeno.
En su caso, la prueba más fehaciente, además de varios pasajes de sus novelas que se suceden en Europa, son los dos próximos títulos que tiene pendientes.
El primero, listo para salir en mayo próximo también bajo el sello de Alfaguara, trata de 14 cuentos que se sitúan en la primera ciudad a la que llegó hace más de tres décadas y que lleva por nombre Guía triste de París; mientras que el segundo será una continuación sobre sus ``antimemorias'' de Permiso para vivir y que tratará, en buena medida, de ``lo vivido en España'', según lo anunció.
Periplo por Argentina, Chile y México
Bryce Echenique, quien tomó la decisión de retornar a Perú en 1995, lo hace hasta ahora porque quiso ``volver hasta que tuviera los deberes hechos''.
Esos deberes se llamaban, justamente, Reo de nocturnidad, La amigdalitis de Tarzán y, sin saberlo entonces, Guía triste de París.
Se le pregunta cómo se siente de volver a su patria después de todo este tiempo de permanecer fuera, y Alfredo Bryce Echenique responde una vez repuesto de cierta emoción contenida:
``Retorno a un diálogo que quedó interrumpido, pero que no se acabó jamás.''
El autor de Tantas veces Pedro y No me esperen en abril, entre otros títulos, tiene pensado viajar a Argentina, Chile y México para la promoción de su nuevo libro.
El exilio
Viviendo en París, lejos de sus primeros años de exilio, la revista francesa Elle concedió a este hombre de apellidos escocés y vasco un premio literario. Se organizó en su honor una fiesta en un elegante hotel parisiense. Lo esperaban en él hermosas mujeres que compartirían su mesa.
Sin embargo, Bryce Echenique no pudo llegar. Apenas se había puesto en marcha, vestido elegantemente, tras sus lentes redondos, su ``facha latinoamericana'' lo delató frente a la policía como un presunto inmigrante indocumentado. Su editor acudió entonces a su rescate.
Pese a ello, el mal trago no hizo que Bryce Echenique tuviera exilio voluntario negativo.
``El exilio voluntario, dice, tiene que ser positivo. Esto es, no se puede permanecer echando de menos lo que se dejó atrás porque ello denota, por un lado, una falta de curiosidad por lo nuevo, y por otro, una falta de agradecimiento por el país que abre sus puertas.''