``Una visita papal no tiene precio'', argumentan organizadores
José Antonio Román y David Aponte Ť Como en ningún otro país, la visita que el papa Juan Pablo II iniciará este viernes a México ha adquirido niveles escandalosos de comercialización.
En las principales calles y avenidas del Distrito Federal y área conurbada se han instalado 127 anuncios panorámicos de las principales empresas transnacionales y mexicanas que patrocinan la estancia del pontífice, desde empresas automotrices, compañías refresqueras y consorcios de aparatos electrónicos, hasta fabricantes de pan de caja y frituras.
La cuarta visita del obispo de Roma cuenta con el patrocinio de la General Motors, Hewlett Packard, Bimbo, Pepsi, Iusacel, Sony y Bancomer, los cuales no sólo aportarán donativos en especie para sufragar los gastos de la estancia de Juan Pablo II, sino también dinero en efectivo para integrar un fideicomiso a favor de diversos proyectos y obras de la Arquidiócesis de México.
Desde un principio, el comité organizador de la visita, encabezado por el cardenal Norberto Rivera Carrera y el nuncio Justo Mullor, buscó el financiamiento de los costos de la visita papal, estimado en cuando menos 2 millones de dólares.
Todo en dólares. Incluso, las acreditaciones de prensa fueron cobradas en la divisa estadunidense. En la convocatoria, el comité estimó el registro de alrededor de mil 300 reporteros y fotógrafos nacionales y extranjeros, a quienes cobró 300 dólares por persona.
Los corresponsales extranjeros acreditados en México reclamaron el alto costo de la acreditación. En ninguna de las tres visitas anteriores a nuestro país, la jerarquía católica ni el gobierno mexicano habían cobrado las credenciales de prensa.
En otras visitas papales a naciones del Caribe, tampoco hubo un cobro tan elevado. Por ejemplo, en la celebración de los 500 años de la evangelización de América, realizada en Santo Domingo, República Dominicana, en 1992, los organizadores cobraron 100 dólares. En el viaje a Cuba de 1998, las autoridades locales solicitaron la misma cantidad por el documento de prensa.
Aquí, la cifra fue triplicada sin ninguna explicación. Los organizadores sólo atendieron la queja de los corresponsales extranjeros, a quienes cobraron 20 dólares por acreditación.
Los periodistas de medios del exterior argumentaron que no tenían por qué erogar los 300 dólares si no iban a utilizar las instalaciones de la sala de prensa, instalada por el arzobispado en un hotel de Paseo de la Reforma.
La prensa nacional y del interior del país no recibió el mismo trato. Por el contrario, los medios electrónicos tuvieron que pagar también por un lugar para trasmitir en vivo desde los tres inmuebles donde oficiará Karol Wojtyla.
Una empresa radiofónica erogó 3 mil 200 dólares por dos cabinas, una línea de audio y otra de video en la Basílica, dos mil 600 dólares más por un espacio en el estadio Azteca y otros mil 800 dólares en el autódromo Hermanos Rodríguez por una línea de transmisión.
Los medios que solicitaron un espacio en el avión del Papa gastaron 11 mil dólares por el viaje Roma-ciudad de México-Saint Louis Missouri.
El comité organizador hizo sus propias estimaciones por el cobro de las acreditaciones a los medios de comunicación: alrededor de 400 mil dólares, más el costo de los espacios en los tres lugares donde habrá misas.
Esto sin contar con los recursos que recaudará por la venta de las medallas y monedas conmemorativas.
Durante los encuentros con la prensa, los organizadores y jerarcas eclesiásticos han evadido reiteradamente el tema de los costos y los cobros del viaje del obispo de Roma, con el argumento de que ``una visita del Papa no tiene precio''.
El negocio con la figura del Wojtyla alcanzó ya las calles de la ciudad de México. En el primer cuadro de la ciudad y sin el patrocinio de los organizadores, los capitalinos pueden encontrar playeras, tasas para el café, llaveros y relojes de pared con la silueta del pontífice.
De esa forma, la característica principal de esta cuarta visita del Papa a México es que ha estado dirigida hacia los medios electrónicos de comunicación, sobre todo a la televisión, y a la mercadotecnia para hacer llegar ``el mensaje y la imagen de Juan Pablo II a los rincones más apartados de la nación''.
La jerarquía utiliza la radio, la televisión y la computación. Con la ayuda de uno de los patrocinadores de la visita papal, los usuarios de Internet podrán ver y escuchar al jefe de la Iglesia católica en directo.
Los últimos únicamente tendrán que pagar el costo de una llamada telefónica para conectarse a la red y a las transmisiones de las misas del pontífice.
Laura Gómez Flores Ť A dos días de la visita del papa Juan Pablo II, la ocupación hotelera en la ciudad de México es de 75 por ciento en promedio y es poco probable alcanzar un lleno en las 44 mil habitaciones de los 623 hoteles de calidad turística existentes debido a la cancelación sorpresiva de reservaciones, informó el presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, Juan José García Lourdes.
Precisó que esta situación se originó a raíz de que ``muchos grupos de visitantes han decidido dormir a las puertas de los lugares en los que el Papa celebrará las misas masivas, así como en casa de parientes y amigos, y no por las tarifas vigentes porque éstas son muy variadas y al alcance de quienes optan por ese tipo de hoteles''.
De acuerdo con los reportes de la AMHM, durante la estancia del pontífice llegarán al Distrito Federal alrededor de un millón de personas, muchas de las cuales tienen aún la posibilidad de reservar su hospedaje en diversos puntos al contar con una oferta disponible de alrededor de 11 mil 157 habitaciones.
García Lourdes consideró que a partir de las cancelaciones registradas los últimos días, y cuyo reporte global se conoció ayer, existe suficiente capacidad hotelera para recibir a los turistas religiosos nacionales y extranjeros que arriben a la ciudad de México.
A pesar de que no habrá un cupo total de la hotelería a raíz de la visita papal, destacó que la presencia de miles de peregrinos dejará importantes beneficios económicos a la industria turística local, pues el mes de enero está dentro de la temporada baja de este rubro.
Por ello, recomendó a las autoridades del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, así como al secretario de Turismo, Oscar Espinosa, ``tomar en cuenta la visita del Papa para que inicien un proceso de impulso de eventos internacionales que generen la llegada de constantes visitantes nacionales y extranjeros, y así dejaremos de tener temporadas bajas''.
Por otra parte, la Procuraduría Federal del Consumidor informó que no está en condiciones de llevar a cabo un programa de verificación y vigilancia de productos que están comercializándose con la imagen del Papa en un fin de semana, porque ``no sería efectivo''. Sin embargo, mencionó que vigilará que no se registren prácticas abusivas.