Un mdd, el precio por una
curul
La Cámara baja es llamada de forma frecuente el Congreso del pueblo, pero la Comisión Federal Electoral reportó que cuesta alrededor de un millón de dólares ser elegido a la Cámara de Representantes. ``A fin de cuentas, si uno quiere algo en Estados Unidos, paga por eso'', comentó el politólogo Alan Chartock al Washington Post. El representante que más gastó en su elección este año fue el ex presidente de la Cámara Newt Gingrich, quien utilizó la mayor parte de los 7.2 millones de dólares que recaudó para apoyar la reelección de varios colegas.
Sin seguro de salud
El número de estadunidenses que no cuenta con seguro de salud se incrementó 10 millones en la última década, según una investigación publicada en el American Journal of Public Health. El profesor David Himmelstein, de la Universidad de Harvard, informó que 43.4 millones de estadunidenses carecen de seguros de salud, es decir, uno de cada seis habitantes. Los negros y latinos carecen de seguros de salud en un porcentaje mayor que los blancos.
Se vació el medio
La desigualdad de los ingresos aumentó en Estados Unidos. Una investigación del Economic Policy Institute sugiere que en los noventa fue notable que la clase media se empobreció. Los estadunidenses más ricos -10 por ciento con el ingreso mayor- aumentaron su riqueza, y el segmento más pobre del país, aunque no incrementó sus ingresos, tampoco se empobreció más. Pero los autores detectaron que el medio se vació, porque la clase media sufrió severas reducciones en sus ingresos.
Marines en el narco
Por lo menos 50 marines y marineros de la zona de San Diego han sido o serán investigados por narcotráfico, informó Los Angeles Times. El rotativo también obtuvo un memorandum del Servicio de Aduanas, según el cual los narcotraficantes están usando la base militar Camp Pendleton para evitar puntos de revisión federal en carreteras instaladas para detectar tráfico de drogas.
Diódoro Carrasco Altamirano, reciente adquisición de Francisco Labastida, se desempeña como subsecretario de Gobierno. Se entendería que tiene a su cargo el manejo de los asuntos más delicados que corresponden a la secretaría. Por eso los senadores del grupo Galileo se quedaron intrigados cuando, en una reciente reunión, el ex gobernador de Oaxaca les dijo que él no tenía ninguna responsabilidad en la atención del conflicto chiapaneco.
Carrasco Altamirano también les aseguró que la estrategia del gobierno es ``desvincular'' a Chiapas de los otros temas de la agenda nacional. ¿Qué no era así desde que Carlos Salinas dijo que el conflicto se circunscribía a cuatro municipios?
Palabras más o menos, y con tono doctoral, Emilio Rabasa dijo que la guerra en El Salvador se extendió 30 años. Los asistentes al seminario en el Instituto Tecnológico Autónomo de México -muchos de ellos especialistas en procesos de paz y algunos participantes directos en las negociaciones del país centroamericano- no daban crédito a lo que escuchaban.
Antes, habían sido testigos de un ríspido intercambio entre Alan Arias y Manuel Camacho Solís.
Pero no habían visto todo. Al participar en la clausura del seminario, el coordinador de asesores de la Secretaría de Gobernación, Adolfo Orive, lamentó -como en sus tiempos de izquierdista enojado por la ausencia de proletarios en el partido- que en esa reunión no hubiera representantes de sindicatos obreros ni de organizaciones campesinas.
Desatados como están, los (pre) candidatos a la presidencia de la República -y los hombres y las mujeres de la clase política en general- bien harían en sumarse a la línea trazada por Justo Mullor: ``Vivimos una época de publicidad y somos hombres de esta época''.
El nuncio apostólico salía al paso de las críticas hechas a la jerarquía católica por promover el patrocinio de firmas comerciales a la visita de Juan Pablo II... a cambio, claro, de poner sus logos junto a la imagen del jefe del Vaticano.
Así, se llegó al punto de que la imagen del Papa sea patrocinada por una marca de papas fritas.
Pero no pretende esta sección sumarse a los críticos. Más bien sugerir con humildad que nuestros políticos sigan una ruta ya libre de excomuniones. A reserva de las sugerencias de nuestros lectores, El Sonoro Rugir propone los siguientes patrocinios:
Manuel Bartlett. IBM, Microsoft y Apple. Nadie lo volvería a interrogar sobre la caída del sistema.
Vicente Fox. Coca Cola, por razones obvias, pero además Shell, Standard Oil, Exxon y Texaco.
Esteban Moctezuma. Lego y Gerber. El intercambio se atribuye al ex presidente del PRI, Gustavo Carvajal: ``¿Qué era Esteban Moctezuma antes de ser secretario de Gobernación?'' El mismo Carvajal respondía: ``Era un niño''.
Miguel Alemán. Obviamente, el Canal de las estrellas.
Roberto Madrazo. Banco Unión, Del Valle Fruit Co., y alguna marca de vinos chilena.
Francisco Labastida Ochoa. Su lanzamiento podría coincidir con el inicio de exportaciones de una nueva línea de Chilorio Power.
Cuauhtémoc Cárdenas. Sus asesores deben evitar la tentación de Cementos Tolteca. Vistos los resultados de su sonrisa en 1997 harían bien en aceptar carteles con el logo de los dentríficos Colgate.
Porfirio Muñoz Ledo. La línea de grabadoras y casetes de larga duración de Panasonic y productos naturistas contra los malos humores.
Mariano Palacios Alcocer. Podría ofrecer sus servicios a El Palacio de Hierro.
La profesora no agarra aire: ``¡Pídanmelo! Si me lo piden y yo lo declaro a la prensa, entonces lo hago, porque si no el costo político para mí va a ser muy grande''.
Es martes. Al día siguiente miles de maestros marcharán rumbo a Los Pinos.
La profesora Elba Esther Gordillo Morales, jefa política de la corriente institucional del sindicato magisterial, se reúne con los disidentes de la sección 9 -cuya secretaria general está en la cárcel acusada de secuestradora- en un salón del hotel Presidente.
Les dice que ella está dispuesta a ser el puente con María de los Angeles Moreno, lideresa del Senado, quien a esas alturas ya busca una relación más directa. Claro, se lo tienen que pedir para que ella pueda declarar a los medios: ``Los maestros me pidieron que interviniera''.
Gordillo Morales no da tregua: ``Rollos, no. Concreto, qué quieren. Porque ustedes con sus actos son los que echan a andar a los duros del sindicato, a los que se oponen a que democraticemos al país''.
Los maestros no le piden que interceda en el Senado, sino que contribuya a resolver el lío sindical que derivó en la cárcel para cinco de ellos y un movimiento. Y ahí si que no.
Sólo una oferta: en el próximo consejo nacional del SNTE la corriente institucional hará una oferta ``moderna, democrática, incluyente'', dice Elba Esther.
Y remata: ``Si ustedes tienen una, háganla, pero si no es plural les digo desde ahora que va a ser imposible avanzar''.
Al día siguiente, como no había sucedido en mucho tiempo, miles de maestros salían a las calles.