Masiosare, domingo 17 de enero de 1999


La salvación, según Dublín


el converso
Salinas


Los países en crisis ya aprendieron que no deben depender del ``casino financiero''; se debe decir adiós a la ``ideología neoliberal''; la ortodoxia del FMI ha confundido la necesidad de una economía abierta con la imposición de un camino hacia la libertad y la prosperidad. Dedicado a la vida académica, Carlos Salinas -el gran reformador, amigo del libre mercado- vuelve como un crítico de los postulados que defendió y practicó como presidente de México.

El súbito antineoliberal Carlos Salinas no se queda en la receta económica. Después de enumerar sus consejos para el mundo globalizado, plantea que ninguno funcionará si no hay más democracia, si no se fortalece la libertad política. ``La clave es el poder de la sociedad civil'', asegura ufano.

Esta semana, el diario Excélsior publicó un artículo de Carlos Salinas de Gortari -escrito con Roberto Mangabeira Unger, profesor de la Universidad de Harvard-, fechado en Dublín, Irlanda, donde reside el ex presidente, y publicado originalmente en Global Viewpoint, de Los Angeles Times.

Publicamos aquí algunos párrafos esenciales del nuevo Carlos Salinas, acompañados por frases de su época de presidente de la República y algunas apostillas a cargo de Masiosare.

... El mercado de capital global no es la salvación...

(Sobre la firma del TLC). ``Estamos convencidos de que si se pierde esta oportunidad, van a pasar muchos años -sino es que décadas- antes de que se pueda volver a crear un clima y se pueda dar una oportunidad como esta''. Entrevista con The Washington Post, octubre de 1993.

La crisis financiera asiática y sus secuelas han quebrado el consenso de la posguerra fría e impulsado un amplio reconocimiento de que las democracias del Atlántico Norte no tienen el derecho de patente en el mercado. La idea del pluralismo del mercado está remplazando al Consenso de Washington del neoliberalismo globalizado.

``Si hay prosperidad en México, habrá prosperidad en Estados Unidos y en Canadá también. Por eso, no es una situación de ganar o de perder; es una situación de ganar, ganar, ganar para los tres países en la parte norte del continente Americano. El TLC será bueno para México, será bueno para Estados Unidos, será bueno para Canadá, y será bueno para todo el mundo, porque nosotros mostraremos que las naciones soberanas pueden vivir juntas, en paz y prosperidad, como lo exigen sus naciones y sus ciudadanos''. Boston, mayo de 1992.

Los países en crisis han aprendido que sus perspectivas para el crecimiento sostenido y socialmente inclusivo deben ser menos dependiente de los caprichos del casino financiero y más dependientes de sus propios recursos e instituciones, de sus propios ahorros domésticos, de los arreglos regulatorios y de la cultura ciudadana y política.

El TLC es ``el mejor instrumento que hemos ideado para crear empleos y elevar salarios en México, pero también para elevar, sobre una base de productividad, los niveles de empleo en Estados Unidos''. San Francisco, septiembre de 1993.

``La comunidad latinoamericana está esperando ansiosamente el éxito del TLC, porque significa una esperanza para toda la región y para el resto del mundo, un aumento en la competitividad, y esto es bueno para todos. El TLC creará empleos, porque al aumentar la competitividad en relación con otras regiones del mundo, podremos hacer frente a un reto: competir con regiones que se están uniendo en Europa y en los países de la cuenca del pacífico asiático''.

Debe ser abandonada la ideología neoliberal de que sólo la privatización puede crear riqueza... El objetivo es rediseñar y ampliar el mercado, no aplastarlo en favor de la burocracia o el clientelismo político.

En su edición de julio de 1994, la revista Forbes definía: ``México es el paradigma'', a partir de datos como el siguiente: durante los sexenios de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, las empresas de propiedad estatal pasaron de mil 155 a sólo 200.

En los cinco primeros años de su sexenio, el gobierno federal desincorporó 390 empresas paraestatales, 63% de las que existían.

Entre 1990 y 1993, en el Fondo de Contingencia se concentran 55 mil 700 millones de pesos por las privatizaciones. Casi en su totalidad, estos fondos se fueron al pago de la deuda externa.

De las 60 supercarreteras de cuatro carriles, con 4 mil kilómetos de extensión, construidas durante el sexenio de Salinas por empresas privadas, apenas una decena sigue en manos de la IP.

La búsqueda de ahora se centra en una alternativa progresiva que no signifique retirarse al proteccionismo y populismo, o recurrir a un estilo de crecimiento conducido por las exportaciones mediado entre las élites políticas y empresariales que despojan a la población de sus beneficios.

Forbes (fortunas mayores a los mil millones de dólares) 42 nombres, de los cuales 24 eran de individuos o familias mexicanas.

``...Con las medidas para combatir la inflación, con la promoción de empleos y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, con la profunda transformación educativa en marcha y con el Programa Nacional de Solidaridad se ha logrado detener el proceso concentrador del ingreso que provocó la crisis''. Quinto Informe de gobierno, noviembre de 1993.

``... dejamos atrás el populismo, porque ese quería resolver el problema de la pobreza con la retórica, con el discurso y con la demagogia...'' Querétaro, septiembre de 1993.

... Ha quedado muy en claro que si bien la globalización beneficia a una ``vanguardia'' en las economías de los mercados emergentes, muchos son los que se quedan atrás como la ``retaguardia''. Este costo es demasiado alto y la actual crisis sólo intensifica esta brecha.

Ignorar la realidad de un mundo en proceso de integración económica con mercados globales competitivos que determinan constantes innovaciones tecnológicas, sería vivir en el sueño adverso de la autarquía. El temor al cambio, al aislamiento, en realidad oculta una profunda desconfianza en sí mismo... Ha concluido la era del proteccionismo y el aislamiento... (Hay que) vincularse a la gran transformación mundial, que está revolucionando las formas de producir y también de comercializar''. Octubre de 1989.

v Algunos han tachado la ortodoxia que existe detrás de este consenso (el Consenso de Washington) como ``el neoliberalismo del Atlántico Norte'', debido a que no sólo ha defendido el libre movimiento de capitales, sino que también adoptó la disciplina fiscal y monetaria en función de una convergencia mundial...

...``La clave (de la recuperación económica de México) ha sido y seguirá siendo la permanencia de la política económica, el estricto control del gasto público, un sistema fiscal competitivo, la reducción de la deuda, la apertura comercial y la desregulación, y la promoción de la inversión y las exportacionesÉ''. Tercer informe de gobierno 1991.

Esta ortodoxia, institucionalizada en el Fondo Monetario Internacional, ha confundido la necesidad de mantener abierta la economía del mundo con los intentos de imponer a los países un camino particular hacia la libertad y prosperidad.

Como miembro del gabinete de Miguel de la Madrid, Salinas impulsó un acuerdo entre México y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda externa. El acuerdo provocó un severo ajuste interno y también austeridad en el gasto público. Durante su sexenio permanecieron vigentes los pactos económicos elaborados conforme los dictados del FMI.

Las negociaciones de Salinas con el FMI, ya como presidente, involucraron a más de 500 bancos de todo el mundo. ``El arreglo de la deuda es suficiente, porque nos abre márgenes para volver a crecer'', dijo Salinas al finalizar el proceso.

La desincorporación de entidades paraestatales, la política impositiva, la estabilización económica, e incluso su programa estrella -Solidaridad- siguieron los criterios del organismo internacional.

``La disciplina fiscal es un elemento indispensable para abatir permanentemente la inflación e impulsar el crecimiento sostenidoÉ La reforma fiscal y el redimensionamiento del sector público han permitido abatir la deuda, reducir los niveles totales de gasto, y elevar las erogaciones en desarrollo socialÉ'' Tercer Informe de Gobierno, 1991.

Esta alternativa debe aceptar fundamentalmente el histórico giro a la economía de mercado, pero no requerirá a los gobiernos nacionales arrodillarse ante las finanzas internacionales. Esta alternativa buscaría dar forma a algo que la mayoría de la humanidad desea: libertad económica y progreso económico, sin dejar a la mayoría de la sociedad en la pobreza y abandono.

``... Debemos rechazar las deformaciones que ven en el nacionalismo una propuesta sacramental, congelada, compuesta por políticas públicas de ayer que hoy son ya inoperantesÉ'' Quinto Informe de Gobierno, noviembre de 1993.

Nada de esto funcionará sin la combinación de una democracia más representativa, de una democracia más directa y de un compromiso civil más vital en los países de economía con mercados emergentes. Si no hay la libertad política suficiente para fortalecer a la sociedad y para mantener representativas a las élites políticas y empresariales, ningún modelo económico es sostenible. La clave es el poder de la sociedad civil. Es el único camino posible entre la intervención del Estado y los abusos por parte del mercado.

Ya como presidente de la República, Ernesto Zedillo declaró que su elección fue ``legal, pero inequitativa''.

Durante el sexenio de Carlos Salinas, 18 gobernadores no terminaron su periodo, en la mayoría de los casos obligados a renunciar por arreglos políticos. También durante su régimen fueron asesinados más de 500 militantes del PRD.

``... Mantendremos el poder por la política, pero no por la fuerza; no lo soltaremos por el poder de la fuerza. No rendiremos plaza. ¡No la abandonaremos!''. Desayuno de la Unidad Priísta, octubre de 1992.

(Transcripción: Arturo Cano y Alberto Aguirre)



Mangabeira, el coautor

Roberto Mangabeira Unger -filósofo brasileño, profesor de Leyes de la Universidad de Harvard- ha sido un activo promotor de la confluencia de políticos y académicos latinoamericanos en aras de construir una opción que rebata al neoliberalismo ``sin retornar al pasado''.

Con Jorge G. Castañeda, Mangabeira fue el principal organizador de reuniones del Grupo Latinoamericano, realizadas entre 1995 y 1996 en lugares como la ciudad de México, San José de Costa Rica y Tepoztlán, Morelos.

En esas reuniones, explica Castañeda en un artículo, se han hecho esfuerzos por ``diseñar una nueva propuesta, que sea a la vez diferente del neoliberalismo actual, del proyecto populista de antes, y de una versión social-demócrata''.

Algunas ideas a las que parecía apuntar el consenso del grupo, según el propio Castañeda, eran la necesidad de ``un Estado actuante'', como ``condición de un funcionamiento adecuado del mercado''. La segunda: ``... Establecer paquetes crecientes de derechos sociales para todos los ciudadanos, desvinculados del empleo, financiados con los recursos procedentes de la mayor carga tributaria''. Y una más: ``... La insuficiencia de cualquier política social compensatoria, ya sea en su vertiente corrupta y autoritaria, como Solidaridad en México, ya sea siquiera en su aspecto más social-demócrata, como en Brasil o Chile'', si no existe un ``combate productivista y `duro' contra el dualismo de las economías latinoamericanas''.

Las lista de personajes que acudieron, al menos algunas vez, a las reuniones organizadas por Castañeda y Mangabeira habla por sí sola.

De Brasil: el ex presidente Itamar Franco; el dos veces candidato a la presidencia Luis Inacio da Silva, Lula; Ciro Gomes, del Partido Social Demócrata Brasileño; José Dirceu, presidente del Partido de los Trabajadores.

De Argentina: Chacho Alvarez, Graciela Fernández y Pilo Bordón del Frepaso; Federico Storani, vicepresidente de la Unión Cívica Radical.

De México: Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Camacho, Andrés Manuel López Obrador, Adolfo Aguilar Zinser y David Ibarra.

De Chile: el socialista Carlos Ominami y el democristiano John Biehl.