Las buenas noticias que nos alegrarán un poco este recortado año que empieza, son las siguientes: 1. El espadón y asesino en cadena, pistolero a sueldo de la derecha empresarial y de las multinacionales implacables que Julio Verne profetizó en su genial Amo del mundo, y que Papini, el ahora olvidado pensador italiano, analizó en su Gog, estará pronto en manos del admirable juez Garzón, y será puesto a buen recaudo en una prisión española (que se tranquilice, pues no le va a pasar lo que a sus prisioneros: no le darán toques en los genitales, no lo abrirán en canal, ni le aplicarán los tratamientos de picana, bocadillos de mierda o agua mineral en la nariz). En ella esperará un juicio en el que el principal testigo en su contra será la humanidad entera. Este hecho cambia de manera radical algunas cosas que ensombrecían el rostro de lo humano. Entre otras, la impunidad de los dictadores y de los asesinos a sueldo de los grupos del poder, y la revisión a fondo de los horribles pragmatismos de la tecnocracia liberal. El juez Garzón, los ``lores'' y el Ministro del Interior del gobierno laborista han mejorado un poco este mundo de supercherías tecnocráticas y de crímenes institucionales. 2. El Nobel para Saramago y el Cervantes para Pepe Hierro premian no sólo a dos grandes escritores sino a dos personas caracterizadas por su honestidad sin fisuras, su espíritu solidario y su indeclinable voluntad de decir su verdad y de no callar ``aunque con el dedo ya tocando la frente, ya la boca, silencio avisen o amenacen miedo''. Bien está que los suecos y los españoles premien heterodoxos, pues la internacional neoliberal nos había encogido el mundo al premiar tan sólo a sus correligionarios y demonizar sistemáticamente, usando el calificativo de ``estalinistas'' de manera tajante y sin los matices exigidos por la justicia histórica y la inteligencia dialéctica, a los críticos de las crueldades y ferocidades del mercachifle capaz de vender, sin freno ni medida, sus productos en la misma puerta o hasta en el interior de los templos. En fin, para esos comerciantes impúdicos que provocaron la explosión de ira santa de Jesucristo, lo único que importa es mantener en movimiento continuo la cadena de producción-consumo-producción, y escuchar el alegre tintineo de las monedas que caen en sus cajas registradoras y les permiten cantar las alabanzas de la libre empresa. Si algo les falla no tienen por qué preocuparse, pues el gran gendarme los salvará -a ellos y a sus bancos- con sus ``fobaproas'' y otros artilugios del capitalismo salvaje, y les permitirá cantar las alabanzas de la libre empresa.Huelga decir que los patroncitos neoliberales, aterrorizados por el batacazo brasileño, ya reconocen que su modelito no funciona. Hasta el fantasmón dublinense así lo dice en un mamotreto que debe servir de inspiración a los herederos del absurdo ionesquiano. Reconozcamos que las victorias son pequeñas frente al galope demoledor de los campeones neoliberales que comandan en los mares financieros, apoyados por la ininteligible jerga de sus economistas ``pragmáticos'' y de sus pistoleros cazadores de ``idiotas''. Pero son triunfos y desnudan las insensateces y tropelías de quienes cantaron himnos a la libertad cuando cayó el muro de Berlín (y qué bueno que haya caído) y se tapan ojos y orejas frente al ominoso crecimiento del doble muro que defiende a la patria del neoliberalismo de la invasión de la pobreza. En fin... en medio de los recortes, abrumados por la corrupción y la ineptitud de los tecnócratas, bajo el palio grisáceo y cínico de la cultura priísta, amenazados por el integrismo manchado de pureza farisaica, y por los mil rumores de la noche de los pícaros y los asesinos, el juez Garzón, los lores, los gobiernos de La Gran Bretaña y de España, los indios de Chiapas, los suecos, Saramago y Hierro nos regalan unas gotas de alegría humana. HGV
Abolición de la esclavitud y exaltación de los derechos humanos. Para conmemorar la Declaración de la Abolición de la Esclavitud en Francia (1848) y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el IFAL, el Museo Nacional de las Culturas y la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados presentan el ciclo ``Esclavitud y derechos humanos''. Para empezar, este lunes 18, a las 19 hrs., se inauguran en la Galería del IFAL (Río Nazas 43, Col. Cuauhtémoc) las exposiciones de fotografía sobre la Costa Chica de Guerrero: la de Maya Goded, titulada Tierra Negra, y la de Nicolás Triedo, bano. Esta muestra permanecerá hasta el día 18 de febrero, pero si usted, igualitario(a) lector(a), desea asistir a la inauguración, ya sabe dónde, cuándo y a qué horas. Arte y cultura haitianos. También en el marco de ``Esclavitud y derechos humanos'', el jueves 21, a las 18:30 hrs., y el sábado 23, a las 11 hrs., pero en el Museo Nacional de las Culturas (Moneda 13, Centro Histórico), continúa el ciclo de conferencias sobre Haití que comenzó el pasado sábado 16. La del jueves se titula ``La colonización de Haití, una pespectiva del Siglo de las Luces'' y será impartida por Stephane Pujol, por parte de la Embajada de Francia. La del sábado, ``Haití, primera revolución de independencia en América Latina'', correrá a cargo de la maestra Dolores Hernández, de la UNAM. También le recuerdo, lector(a) con alma caribe, que continúa en el mismo Museo Nacional de las Culturas la exposición Haití, 500 años de Historia, inaugurada el año pasado y que ya reseñamos oportunamente en esta modesta columna. Poesía en Zacatecas. Acusamos recibo y enviamos felicitaciones cordiales al equipo editor de Papel Poesía, que encabeza Efrén Alfonso García Botello. Ellos se han dado a la escandalosa tarea de editar una hoja volante cada mes y repartirla ¡gratuitamente! -tanto en cafés, videos y blibliotecas de la ciudad como en algunas cabeceras municipales-, para difundir la creación literaria que se produce en la tierra de López Velarde. Vaya de nuevo una enhorabuena por su tesonera y desinteresada labor. ¿Periodismo en crisis? Ediciones del Ermitaño invita a usted, sobreinformado(a) lector(a), a la presentación del libro Periodismo en crisis, de Oscar Edmundo Palma. El acto tendrá lugar el martes 19, a las 20 hrs., en la Librería Pegaso del Centro de Cultura Casa Lamm (Alvaro Obregón 99-A, Col. Roma) y participarán Raúl Correa, Eduardo R. Huchim, Mayté Noriega, Alicia Ortiz Rivera y el propio autor; la moderadora será Marcela González Durán. Asista usted para enterarse que la crisis periodística en nuestro país va mucho más allá del tradicional ``chayote'' (o la falta de él). Poesía catalana actual. El ICCM y el Fonca invitan al ciclo ``Muestra actual de la poesía en Barcelona, España'', que tendrá lugar del 18 al 22 de este mes, de las 16 a las 17:30 hrs., en el Centro Cultural José Martí (Paseo de la Reforma y Av. Hidalgo, junto a la estación Hidalgo del metro). La expositora será la poeta Blanca Estela Domínguez Sosa, doctorada en Filología Española en la Universidad Autónoma de Barcelona y autora del libro de cuento y poesía Abrapalabra. El curso está dirigido a jóvenes poetas y en él se analizará a 23 autores catalanes pertenecientes a la generación de los nacidos entre 1945 y 1965: Rafael Argullol, Rosa Lentini, Alfonso Alegre y Neus Aguado, entre otros novísimos. El curso será gratuito, así que ya sabe, joven poeta, sólo aborde el metro, bájese en Hidalgo, lleve una lana preparada, o unos buenos tenis, por si se encuentra con una tierna banda de niños de la calle y luego escriba en verso su experiencia. CG-T
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La más famosa enumeración arbitraria, esta sí arbitraria y no meramente caótica, es de Borges, y Foucault la catapultó a la fama en su libro inicial Las palabras y las cosas. Dice así: ``Los animales se dividen en (a) pertenecientes al emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados por un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas.'' El procedimiento para hacer este tipo de enumeraciones lunáticas es simple: basta amontonar los especímenes o ejemplares sin ningún criterio de inclusión. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Clasificamos automáticamente, sin darnos cuenta y, por raro que parezca, es difícil no clasificar. Si enumero al azar: ``histéricos, carreras de bicicleta, pelucas verdes y locomotores de jabón moribundo'' (el último es verso de Neruda), ¿cómo puedo estar seguro de que no estoy haciendo una clasificación? Tal vez, mirando con cuidado, se descubre algún hilo, un criterio, que trama la inclusión de estos ejemplares diversos. Por ejemplo: ``carreras de histéricos, ciclistas con pelucas verdes y locomotoras de jabón moribundo''. En esta segunda versión ya opera un criterio: los entes coleccionados son transeúntes singulares o extravagantes. Si la clasificación es completamente arbitraria, cualquier ente puede entrar en la colección, pues, por hipótesis, no hay ningún criterio para decidir sobre su exclusión. Pero convendría, tal vez, imponer reglas para alcanzar la completa arbitrariedad. Una regla podría ser: ``no repetir tipos de entes en la enumeración''. Porque toda repetición hila y es, por tanto, riesgosa. ``Martillo, golondrina, abeja, armadillo, cabello''. Entre golondrina y abeja hay obvio parentesco. Claro que el desorden viene de que están en una misma colección que los otros dos. Pero si percibimos la enumeración como tres colecciones cruzadas (porque cabello y armadillo son colecciones separadas de un solo miembro), ya no hay arbitrariedad. Esto es lo que la regla enunciada prevendría. Podemos elevar nuestra regla a condición y declarar ``enumeración arbitraria es aquélla que amontona en desorden entes de tipo diferente''. Pero me temo que no basta con esto. Los criterios de hilación son persistentes y la búsqueda de semejanzas incesante. Si escribo ``le gusta'' antes de una enumeración, por arbitraria que parezca, describo un personaje. Por ejemplo: ``le gustan las despedidas cortas, los hoteles pequeños, la cocina francesa, los ensayos del Doctor Johnson, los árboles copudos y el sabor de la canela''. Aunque en esta enumeración no se repiten tipos de entes, está lejos de ser arbitraria. Es descriptiva del modo de ser de una persona. Cuando preguntamos cómo es una persona o una ciudad, casi siempre nos responden con enumeraciones pseudoarbitrarias. ``Es tranquilo, oye música, es alpinista y él hizo con sus manos los muebles de la casa.'' Con estas cuatro notas una señora da el carácter de su esposo. Obsérvese que no ha dicho a qué se dedica. De la enumeración no puede inferirse su ocupación. Podría ser general, relojero, astrónomo, verdugo, poeta, casi cualquier cosa. Casi. ¿Podría ser, por ejemplo, un odiado dictador? Un dictador tranquilo es, en cierta medida, más amedrentador: sobre sí, de crueldad, no arrebatada, sino reflexiva y fría. Tiene menos excusa y es, por tanto, más repulsivo. ¿Quién eres tú? ``Soy el que vio a los siete años la película El ladrón de Bagdad, con Sabú, el niño actor.'' ¿Por qué ésta no es una buena respuesta? Porque el dato no es importante. ¿Y cómo sabes que no es importante? Porque no tuvo consecuencias. ¿Y cómo sabes? ¿Quién puede saber qué consecuencias tiene cualquiera de nuestros actos, aún el más humilde y trivial? Cada uno de nosotros jerarquiza sus actos de modo más o menos arbitrario y se cuenta con ellos un cuento repetible. Pero la enorme masa de los actos que constituyen una existencia, en apariencia triviales, en realidad inasibles e inmanejables, están ahí, esperando. Esa es la enumeración completa y total de nuestros actos. El día de nuestro juicio personal en el más allá, según dicen, nos serán recordados en voz alta uno a uno. Eso dice, por ejemplo, El libro de los muertos del antiguo Egipto, con el añadido inquietante, de que habrá juicio y nuestros actos, en la balanza de ultratumba, serán pesados. Pero mientras nos llegan esas solemnidades, hasta aquí llegamos con las enumeraciones, y ten salud.
¿Quién iba a pensar que algún día extrañaríamos a Guillermo Ochoa? Según se informó en su momento, la necesidad de rating obligó a efectuar cambios al noticiero matutino de Televisa. En un acto de dignidad, raro para esa empresa, Ochoa no los aceptóÊy se marchó a su casa. Nos cayera bien o mal, el hombre era un periodista. Nadie de los que ahora se encargan del programa Hoy puede presumir de lo mismo. En primer lugar, porque el periodismo es la última preocupación de los productores, empeñados en ofrecer el peor concepto de entretenimiento ligero. Bajo el nuevo esquema, la sección noticiosa se limita a cápsulas informativas cada media hora, dedicadas exclusivamente a lo ocurrido en México con un acento en la nota roja, por banal que sea. O sea, el espectador no se enterará del reciente ataque contra Irak, pero sí del robo de alcantarillas en el municipio de Chimalpopotla, por decir algo. Esa sección está a cargo de los locutores Francisco Fortuño y Sofía Villalobos. El primero parece haber salido del taller de Animatronics de Disney (aunque cabe reconocer que ``Los piratas del Caribe'' de Disneylandia se ven más animados), y su monótona voz sólo podría cumplir la función de permitirle a los espectadores unos minutos adicionales de sueño. En cambio, la segunda lo lee todo con un sentido duro y directo de la urgencia, confiriéndole a cualquier noticia un sesgo amarillista. Ambos se echan de menos cuando se da paso al pretendido entrenimiento. ¿A qué genio se le ocurrió que Alfredo Adame podría ser un buen conductor de un programa de variedades? Conocido como un galán soso de telenovelas, lo único que puede decirse en su defensa es que no molesta, pues ostenta la personalidad de una maceta. En cambio, Marta Carrillo y Andrea Legarreta, las encargadas de dar las noticias sobre el patético showbiz al modo Televisa, se han propuesto darle una mala reputación a la frivolidad. Ambas confunden el desenfado con la simpleza, dando la impresión, con sus incesantes risitas, de que han inhalado grandes dosis de óxido nitroso. Y ninguna cumple siquiera con los postulados sexistas de ofrecer una presencia decorativa (al menos la competencia Azteca encontró en Anette Michel un sólido par de razones para encender la TV los sábados y domingos por la mañana). Pero la verdadera prueba de resistencia es Talina Fernández. Rescatada del limbo de las canceladas TeleOportunidades, la otrora ``dama del buen decir'' (Televisa dixit) se ha vuelto la versión pesadillesca de la tía más cursi que uno pudiera tener (sí, la misma que le pellizca los cachetes a los niños, y les dice ``mami'' o ``mi reina'' a sus alternantes femeninas). Para mayor inquietud, la avejentada Talina asemeja un travesti y lo pronuncia todo con un aire de controlada histeria. Hace poco hizo una serie de recomendaciones para regalos navideños, de acuerdo con las características de cada signo zodiacal; pero el tono era tan estridente que parecía estar dando órdenes militares. Ese es otro aspecto muy cuestionable de Hoy: el esoterismo desatado. No sólo se presta atención a los horóscopos sino aparece de manera regular una bruja que recomienda oraciones, estrategias con velas de colores y otras supercherías para conseguir algún objetivo. Por ejemplo, se ha repetido con insistencia ``la oración del dinero'', asegurando su efectividad. Es de suponer que Gurría y compañía la han rezado con fervor, con los resultados evidentes. No entraré en detalles en cuanto a los supuestos sketches cómicos, interpretados por un par de irritantes sujetos llamados Carlos Eduardo y Mara Escalante, porque no he podido verlos completos. No me pagan lo suficiente en este suplemento como para que aguante estoicamente ese castigo. ¿Habrá encontrado respuesta por parte de los espectadores ese grotesco desfile de ineptitud y vulgaridad? ¿En verdad el público matutino está compuesto por una masa de señoras tontas, frívolas y supersticiosas? Una afirmativa nos indicaría que la crisis es aún más grave y profunda de lo que pensamos.
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