La Jornada 20 de enero de 1999

SRE: Chiapas, fuera de la agenda del encuentro entre el Papa y Zedillo

David Aponte Ť La Secretaría de Estado del Vaticano y la cancillería mexicana no incluyeron formalmente el tema de Chiapas en las conversaciones privadas que tendrán el presidente Ernesto Zedillo y el papa Juan Pablo II, informó ayer el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte y Europa, Juan Rebolledo Gout.

``Si en algo se ha distinguido la diplomacia del Vaticano, que es una de las más antiguas, es en su enorme sensibilidad y cuidado en esto. La intención es, obviamente, acercarnos y no generar diferencias'', argumentó.

La agenda preliminar del Ejecutivo y el obispo de Roma incluye una reunión privada de poco más de 45 minutos en la residencia oficial de Los Pinos. Se tratarán asuntos de la agenda internacional, como problemas regionales, migración y pobreza, entre otros.

La agenda preparada por la Secretaría de Estado y la cancillería no incluye temas de carácter local; sin embargo, ambos personajes podrían hablar sobre cualquier asunto nacional si lo consideran pertinente, continuó.

``Creo que es un buen programa, amplísimo, con pocas actividades diarias, considerando la salud del Papa. También reservamos específicamente los dos momentos que tiene con el Presidente de la República: a la llegada y en una reunión privada que el Papa tendrá con el mandatario'', a cuya familia podría saludar el pontífice.

``Esto será en Los Pinos. Posteriormente habrá un mensaje del Papa al cuerpo diplomático con el afán de seguir la tónica de este viaje, con la visión hemisférica y del Sínodo. El Papa viene fundamentalmente a eso aunque también tiene actividades vinculadas con México''.

Visita pastoral, no de Estado

El Vaticano pidió a México un viaje de carácter pastoral. Por lo tanto, no será una visita de Estado, como la de 1993 en Mérida, Yucatán, precisó.

--En las conversaciones con la Secretaría de Estado, ¿ellos propusieron que el tema de Chiapas no formara parte de la agenda?

--El Papa no viene a discutir temas específicos de nuestra agenda nacional. Ese es el punto fundamental del viaje. Por eso le han llamado viaje pastoral, porque avanza en las tesis de la Iglesia (católica) y busca también presentar posiciones en una serie de cuestiones de interés humano para toda la región. Creo que en eso no habrá ningún problema.

--¿Ellos plantearon en esas conversaciones previas la posibilidad de incluir el tema de Chiapas?

--No, no. Ni veíamos por qué hacerlo ni se planteó. Dada la descripción del viaje, como lo he comentado, difícilmente cabría comentar un tema muy específico de naturaleza interna. No es un punto formal de la agenda, evidentemente. No hay un punto que diga: vamos a platicar sobre Chiapas.

El subsecretario consideró que las actuales relaciones con el Vaticano y con la Iglesia católica mexicana son ``fluidas'' y ``constructivas'', aunque existen algunos puntos de divergencia.

``Aquí no tenemos un problema de diferencias específicas; no digo que no las haya, pero no son parte fundamental de nuestro diálogo. Lo que tratamos de hacer es mantener un estado positivo, constructivo, como el que hemos tenido en general, tanto en México como en el exterior. Hemos tenido relaciones constructivas tanto con la Santa Sede como con la Iglesia mexicana en lo fundamental'', agregó.

--Más allá de que la visita del Papa sea pastoral, ¿tiene alguna relevancia política?

--Depende en qué sentido. En un sentido amplio, claro que tiene un efecto político muy importante, de coincidencia, en muchos grupos de la sociedad mexicana. Este en un aspecto general de lo político. Si se habla de un efecto partidista, eso es otra cosa. No creo que vaya a tener un efecto de esta naturaleza. Pero desde luego un mensaje de paz, unidad y caridad es evidentemente positivo.


Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de enero Ť Dirigentes del Frente Cívico Sancristobalense (auténticos coletos) y de la Federación de Propietarios Rurales de Chiapas pidieron al papa Juan Pablo II que ``destituya'' a los obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera López, a quienes acusan de ser ``culpables de falsear la doctrina católica en favor de la revolución socialista-marxista''.

Por separado, interrogado sobre el asunto, Ruiz García sólo respondió: ``Está bueno. Esperaremos''.

En conferencia de prensa ofrecida en esta ciudad, los dirigentes coletos dieron a conocer el contenido de una carta que entregarán al pontífice y anunciaron que este año --el último de Ruiz García al frente de la diócesis por cumplir 75 años de edad en noviembre-- intensificarán sus protestas para que el Vaticano ``nos escuche''. Por lo pronto, ya iniciaron una campaña para que los católicos envíen telegramas a la nunciatura apostólica en México durante la estancia del Papa.

Los dirigentes dijeron ``no comprender por qué la Iglesia de Roma, a la que reconocemos como madre y maestra espiritual, desoye nuestra petición de que se sustituya al obispo Samuel Ruiz García por un pastor que enseñe la auténtica doctrina católica y se distinga por su virtud y afán de llevar almas a Dios''. Tampoco entienden, agregaron, por qué ``se le defiende dentro de la Iglesia como protector de los indios'', pues esto ``es un engaño''.

``La violencia armada y la disolución social en la entidad han sido provocadas por la acción revolucionaria que hace años se predica desde la misma catedral de esta ciudad, ya que se lleva a cabo en nombre del Evangelio'', sostuvieron.

Como en ocasiones anteriores, los auténticos coletos y los propietarios rurales acusaron a quien fuera presidente de la disuelta Comisión Nacional de Intermediación (Conai) de ``incitar pertinazmente a la lucha de clases y de razas en todo el continente'', actitud con la cual ``ha generado gran violencia en las comunidades de los Altos y el norte de Chiapas''.

En referencia al coadjutor, Vera López, los líderes coletos señalaron: ``Dimos gracias a Dios por la designación de un obispo auxiliar (octubre de 1995) que presuntamente vendría a rectificar caminos de apostolado equívoco, pero fue una gran decepción porque su presencia sólo ha servido para reforzar en la diócesis la línea de la herética teología de la liberación y el apoyo a la guerrilla armada''.

Por ello, pidieron que Samuel Ruiz y Raúl Vera sean ``destituidos'', al igual que los sacerdotes que los acompañan, y que ``a la brevedad posible'' se nombre como obispo a ``un eclesiástico imbuido de profunda fe católica, pues muy ardua será su labor de reconstrucción de nuestra resquebrajada comunidad católica''.