Ť Inconclusas, obras en la Basílica y el estadio Azteca
Se trabaja a marchas forzadas en zonas que visitará el Papa
Alma E. Muñoz, Rosa Elvira Vargas y José Antonio Román Ť A unas horas del arribo de Juan Pablo II a México, desde donde marcará directrices de trabajo para la Iglesia católica de América en el próximo siglo, las obras de remodelación de la Basílica de Guadalupe, el autódromo Hermanos Rodríguez y el estadio Azteca están inconclusas y se trabaja a marchas forzadas.
Todavía anoche no se terminaba de instalar en la Basílica la sacristía provisional donde el Pontífice se preparará antes de entregar a la jerarquía eclesiástica de todo el continente el documento final del sínodo de América. El elevador que colocará a Juan Pablo II frente a la Virgen del Tepeyac aún estaba en pruebas; las rejas principales del templo todavía eran pintadas y no eran instaladas aún las mil vallas que se utilizarán para el cierre de calles aledañas.
En el autódromo Hermanos Rodríguez la pared falsa que servirá de fondo para el altar se ladeó; faltaba por colocar los tapetes, pese a que el personal labora desde hace una semana, las 24 horas.
En el estadio Azteca faltaban detalles de la plataforma giratoria que será colocada en el centro del campo, desde donde el Papa se dirigirá a las cuatro generaciones de este siglo, en una celebración que será transmitida simultáneamente a siete naciones del continente.
Pese a los retrasos, el cardenal Norberto Rivera confió que "todo estará a tiempo".
El presidente Ernesto Zedillo recibirá al jefe de la Iglesia católica en el hangar presidencial, a las 15:15 horas. Estarán también la señora Nilda Patricia Velasco de Zedillo, la canciller Rosario Green y el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa.
Las gradas para la recepción tienen capacidad para 4 mil personas, y se estima que serán ocupadas por la jerarquía católica, los 300 periodistas acreditados, así como algunos dirigentes políticos, gobernadores y miembros del Legislativo.
Zedillo y Juan Pablo II volverán a encontrarse el sábado por la tarde en Los Pinos, donde tendrán una conversación privada antes de pasar al salón López Mateos; ahí se reunirán con el cuerpo diplomático acreditado en México, ocasión en la que se espera que el pontífice pronuncie uno de sus mensajes de mayor contenido político.
Durante una conferencia de prensa conjunta con el nuncio Justo Mullor y el secretario general del Episcopado, Abelardo Alvarado, se informó que el pontífice marcará el programa de trabajo de la Iglesia en América para los próximos años, y establecieron que se confía obtener como resultados el reavivamiento de la fe, impulso de una nueva era y el despertar a nuevas formas de diálogo, identidad, integración y solidaridad entre los pueblos, sin dejar de lado el combate a la pobreza y las desigualdades sociales. Justo Mullor refirió que en febrero próximo la Conferencia del Episcopado Mexicano creará la Fundación Juan Pablo II, cuyos objetivos serán difundir el documento postsinodal con repercusiones en los ámbitos cultural, pastoral, social e incluso político.
En una primera instancia se integrará exclusivamente por mexicanos, pero se espera la aceptación de religiosos de todo el continente.
En lo inmediato, los representantes de la Iglesia latinoamericana se reunirán en la ciudad de La Habana, del 14 al 17 de febrero, para reflexionar sobre las directrices marcadas por el Papa y plasmarlas en planes y proyectos pastorales concretos en cada uno de los países.
Justo Mullor explicó que "el anuncio del documento constituirá bases teológicas, pastorales y culturales con trascendencia en los macrofenómenos de América, tales como las inmigraciones internas, los movimientos migratorios de norte a sur y la globalización".
Mencionó que actualmente "la Iglesia es muy variada, tiene muchos matices y carismas, pero mantiene siempre la unidad. El peligro (son) aquellos que quieren que la Iglesia piense sólo de una manera", sin embargo, el Evangelio, en su riqueza, admite muchas interpretaciones.