n Luego de ausentarse una década, el pintor regresa con su obra a México
Nunca el arte ha sido instrumento de denuncia, sino de placer: Botero
n ''En AL no tenemos una exigencia como la de los museos y los públicos de Estados Unidos y Europa''
Angélica Abelleyra, enviada, Monterrey, NL, 22 de enero n En la pintura ''uno persiste porque fracasa cada vez", dice el colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932), un autor al que la palabra fracaso no le acomoda pues ha hecho de su oficio artístico sellado por el ''radicalismo en el volumen" ųcomo le nombraų una fórmula que atrae lo mismo a vastos públicos en museos de todo el mundo, a coleccionistas que adquieren su pintura en cientos de miles de dólares y hasta fans que cuelgan a sus ''gordas" en carteles para adornar cantinas colombianas o casas modestas en un pueblito brasileño cerca del Amazonas.
Por primera vez en la capital ''regia", y tras diez años de no presentar su obra en México, desde que en 1989 mostró La corrida en el Museo Tamayo del Distrito Federal, Botero arribó esta mañana para abrir hoy por la noche, en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), la selección de 78 obras de pintura, dibujo, acuarela y escultura que se mantendrán accesibles al público hasta principios de abril.
Ofrecer ese mundo de utopía
Compañías cementeras y de comunicación han apoyado al museo sede en hacer posible la presencia del acervo que se exhibió antes en Brasil y Uruguay, para continuar su periplo por Venecia y concluir en Colombia, donde integrarán la ''Donación Botero" que el creador ha cedido al Banco de la República con el fin de abrir en Medellín un museo con su trabajo, además de pinturas de Renoir, Sisley, Picasso, Braque, Miró y Leger, entre otros autores representados en la colección particular que a partir del año 2000 ''regalaré a Colombia", anunció.
Recién desempacado del aeropuerto regiomontano, el escultor acudió a una rueda de prensa en donde el tema político que elude en su producción fue una referencia constante: ''Tengo mis dudas de la eficacia del arte de denuncia. Esa función es de la prensa porque uno no puede competir con la información sobre el drama.
''Nunca el arte fue un instrumento para denunciar sino para dar placer.
''Tiziano y Rafaello no recrearon la vida que de suyo es triste, sino que convirtieron a la pintura en un oasis, en un refugio donde se puede pensar y sentir.
''Cierto que el Guernica, de Pablo Picasso, es una obra de denuncia que se convirtió en pieza maestra, pero ese es un caso extraordinario, como lo son los excepcionales Fusilamientos de Goya.
''Reitero: el arte es el refugio mental del hombre, como lo es la religión, y la función del artista es ofrecer precisamente ese mundo de utopía."
El eclipse del narco
Difundida por todos los canales posibles de esta capital, la muestra Fernando Botero en Monterrey es más conocida aquí como la exposición ''de las gordas", adjetivación que al colombiano no acaba de convencer: soy un pintor del volumen, un artista que anda en el descubrimiento del espacio; eso lo encontré en la pintura florentina, al lado de Giotto y Piero de la Francesca, por ejemplo, pero no de Rubens, quien sí pintaba a mujeres gordas. La diferencia entre el volumen en la figura y la obesidad reside en la coherencia de la obra.
''Cuando una presencia es gorda simplemente los elementos del entorno guardan cierta normalidad en sus proporciones.
''En mi caso, existe una convicción del volumen, una lucha de la obra dentro del espacio, y cierto radicalismo volumétrico, pues resulta patente cierta desproporción entre algunos elementos del cuadro'', insistió el amante de los toros y de su natal Medellín, ''a pesar de que ahora se le asocie únicamente al narcotráfico, la muerte y la violencia.
''Siempre digo que yo nací en una ciudad que también se llamaba Medellín, una pequeña nación hace 60 años que ahora ha adquirido una terrible forma, por la droga y la muerte.
''Colombia vive una situación triste porque el narco ha eclipsado cosas valiosas, como su aportación en las artes", aceptó el viajero que combina su residencia entre Nueva York y París.
Flechazo a primera vista
Del porqué persistió en su estancia extranjera, descartando por completo a su tierra sudamericana, respondió:
''En América Latina no tenemos una exigencia como la de los museos y los públicos de Estados Unidos y Europa. Allá, el pintor sabe de su pequeñez frente al monstruo y siempre está el anhelo de pintar mejor.
''Con grandes maestros como Goya o Leonardo o Vermeer, que son visibles en cualquier museo europeo, uno trata de mejorar, pero en América Latina uno está feliz si simplemente pinta mejor que el vecino."
Invitado también por el Marco, estuvo presente Pierre Level, merchant de Botero y director de la famosa Galería Marlborough (con sedes en Nueva York, París, Madrid, Florida, Santiago de Chile y Londres) que maneja al colombiano desde hace 30 años.
''Botero es el artista latinoamericano de más éxito en el momento. Pero rectifico: no es sólo de América Latina sino del mundo.
''Cuando conocí su trabajo fue un flechazo a primera vista y he seguido mostrando su pintura a lo largo de todos estos años", comentó el galerista francés, quien se situó al lado de Botero para acompañarlo a la apertura que se espera multitudinaria esta noche, aquí de Botero, y en el Distrito Federal, del papa Juan Pablo II.