Los testimonios de seis personas condenaron a Raúl Salinas
Roberto Garduño y Juan Manuel Venegas Ť Los testimonios de seis personas condenaron a Raúl Salinas de Gortari. Avaladas por el juez, las declaraciones de Jorge y Fernando Rodríguez González, Manuel Espinoza Milo, Marcia Cano, Antonio Chávez Ramírez y Noé Hernández Neri permitieron reconstruir el complot para asesinar a José Francisco Ruiz Massieu, así como la participación (por encargo de Salinas) del diputado priísta Manuel Muñoz Rocha en el atentado.
Las aseveraciones de esos personajes fueron, sin embargo, cuestionadas en su momento por abogados, políticos y medios de comunicación. A la destitución del panista Antonio Lozano Gracia y su fiscal Pablo Chapa Bezanilla siguió una andanada de críticas, y parecía que el caso se le caía a la Procuraduría General de la República (PGR), sobre todo por las dudas que generan, todavía, esas declaraciones.
Los hermanos Rodríguez
La declaración de Fernando, testigo de oídas, dio elementos a Chapa Bezanilla para obtener la orden de aprehensión contra el hermano del ex presidente. El 15 de febrero de 1995, cuatro meses y 15 días después de su detención, recordó que su compadre Manuel Muñoz Rocha le confió que Raúl Salinas era el interesado en eliminar a su ex cuñado. Involucró en el crimen prácticamente a toda la familia de Carlos Salinas.
En las distintas declaraciones ante el Ministerio Público Federal (MPF) ųcuando ya había decidido revelar la participación de Salinas en el crimen de la calle Lafraguaų, Rodríguez González aseguró que el 3 de marzo de 1993, luego de un acto en la sede nacional del PRI, Muñoz Rocha salió acompañando a Raúl Salinas en el vehículo de éste. Rodríguez los siguió a una distancia prudente. El hermano del ex presidente y el diputado conversaron en el automóvil desde la sede priísta hasta el cruce de Paseo de la Reforma y avenida de las Palmas.
Tras esa plática, Muñoz le contó a Fernando que hubo una "reunión familiar", en la que participaron Raúl Salinas Lozano, Carlos Salinas de Gortari, Adriana Salinas de Gortari y Raúl Salinas de Gortari, donde se tomó la decisión de "eliminar a quienes pudieran afectar al proyecto salinista". Según Fernando, su amigo Manuel estaba "muy preocupado y temeroso", pero prometió a Raúl su "participación leal con la familia".
Ya no volvieron a tocar el tema hasta agosto de 1993, mes en el que Muñoz Rocha citó en su casa a Fernando, para decirle que "acababa de reunirse con Raúl Salinas de Gortari y que textualmente éste le había referido que había llegado la hora de la verdad..." y le confió que uno de los personajes a los que habría que eliminar era José Francisco Ruiz Massieu.
También declaró que Muñoz Rocha le comentó que el dinero para financiar el complot lo aportaba "directamente la oficina del presidente a través del secretario particular, de apellido Ceja".
En relación con estas declaraciones, el juez Ricardo Ojeda Bohórquez señaló que están reforzadas y "entrelazadas" con los testimonios de otros testigos, entre ellos el de su propio hermano Jorge Rodríguez, por lo que los 500 mil dólares que la PGR entregó a Fernando no descalifican el contenido de su versión.
Mientras que por un lado el juzgador acepta como válida la imputación que hizo Fernando contra el sentenciado, por el otro rechaza los otros señalamientos: no acepta que el móvil sea político; descalifica la participación de los otros integrantes de la familia Salinas, e invalida la acusación contra Justo Ceja Martínez. ƑPor qué la PGR no actuó contra los otros acusados y sólo lo hizo contra Raúl?, destaca la apelación de la defensa.
Sobre Jorge Rodríguez existe una grabación de su declaración ministerial del 29 de septiembre de 1994, en la que señaló que su hermano Fernando le comentó que Salinas de Gortari era el autor intelectual del homicidio contra Ruiz Massieu.
Este testigo, también de oídas, forma parte del grupo de 13 personas a las que Mario Ruiz Massieu, como primer encargado de las pesquisas detuvo e interrogó, debido a su participación en el complot.
El testimonio de Jorge refiere que Mario Ruiz Massieu lo indujo a no señalar a Raúl como instigador del asesinato. La defensa cuestiona en su apelación por qué no se grabó a los otros 12 detenidos y quién garantiza que la cinta se obtuvo el 29 de septiembre de 1994. Rodríguez se encuentra preso en el Reclusorio Sur desde octubre de 1994, y el mencionado casete apareció hasta mediados de 1997.
Espinoza Milo
El médico Manuel Espinoza Milo recibió en su casa de Pachuca a Muñoz Rocha, la madrugada del 29 de septiembre de 1994, y al mediodía viajaron a la ciudad de México, en su automóvil Jetta blanco. En sus primeras cuatro declaraciones ante el MPF, sostuvo que en aquel trayecto el diputado por Tamaulipas sólo le comentó que iría a visitar a un amigo, porque se habían metido en un serio problema.
Fue hasta su quinta presentación ministerial, ya con Chapa Bezanilla como fiscal especial del caso, que Espinoza Milo mencionó que entre los amigos de Muñoz se contaba Raúl Salinas de Gortari. Y es hasta el 16 de febrero de 1995 (su sexta declaración) cuando recordó que el legislador priísta viajó de Pachuca a la capital del país para "reunirse con su gran amigo Raúl Salinas de Gortari". Es decir, la memoria de Espinoza se refrescó el mismo día que Fernando Rodríguez firmó su declaración inculpando a Salinas y recibió el medio millón de dólares.
Marcia Cano
A unos días de haberse consumado el homicidio, la esposa de Muñoz Rocha, Marcia Cano, se presentó a declarar ante la PGR. Rindió su testimonio ante el entonces director de Averiguaciones Previas de esa dependencia, Pablo Chapa. Nunca refirió el nombre de Salinas de Gortari entre las amistades de su marido; sin embargo, meses después también vino a su memoria que sí había amistad. Y destacó la invitación que recibieron para asistir a la boda de Raúl con Paulina Castañón en 1993.
Los testigos del EMP
El sargento Noé Hernández Neri, integrante de la escolta personal de Raúl, declaró que en los primeros minutos de la madrugada del 29 de septiembre de 1994, atendió dos llamadas telefónicas, la primera de una persona que dijo ser Manuel Muñoz Rocha, la segunda de Fernando Rodríguez, quien lo hizo en nombre de su jefe (el diputado priísta). Los dos querían hablar con el hermano del ex presidente, pero éste se negó.
Existen los recibos telefónicos en donde aparecen registrados los números de los celulares de los que se hicieron las llamadas.
El teniente coronel Antonio Chávez Ramírez reveló que pasadas las 23 horas del 29 de septiembre de ese año recibió la orden de ocultar el Jetta de Espinoza Milo.