Nueva York. ¿Hay una historia no oficial de Estados Unidos? Si es así, ¿por qué se le oculta?
Howard Zinn toma la palabra:
-La historia oficial que difunden los líderes -republicanos o demócratas-, y que repetida de forma infinita en los medios es aceptada sin debate, es que Estados Unidos se encuentra en un periodo de prosperidad sin igual. Clinton lo dice. Incluso, cuando viaja al exterior afirma que nuestra economía está en muy buenas condiciones. Si la gente comenta sobre la supuesta popularidad del presidente siempre se refiere a la idea de que la condición económica del país es sana, y tiene sus estadísticas para comprobarlo.
``Eso me recuerda muchos otros momentos en la historia estadunidense, cuando la visión oficial, la ortodoxa, fue que se estaba viviendo un momento de prosperidad y que el país estaba muy bien, sólo para que enseguida se produjeran estallidos, lo que sugirió que algo estaba ocurriendo bajo la superficie, algo de lo que se no hablaba.
``Pienso en los veintes, la era de la prosperidad. Cuando los estudiantes de esos tiempos aprenden esa imagen de prosperidad que les es presentada. ¿Por qué entonces surgió la violencia? El hecho es que había una brecha muy grande entre aquellos que estaban muy bien y esa gente invisible que estaba muy mal.
``En los veinte había amplios segmentos de la población estadunidense en el desempleo, con dificultades para pagar sus rentas, comprar alimentos, una historia que estaba escondida bajo todo el ruido de la prosperidad. Entonces cuando explotó la economía en 1929 y vino la depresión, la gente estaba mitificada, como si los signos no hubieran sido evidentes durante mucho tiempo.
``Lo mismo pasa en los cincuentasÉ. Había otro Estados Unidos no próspero, negros y blancos pobres por todo el país. Algunas de las explosiones sociales de los sesentas no sólo fueron el resultado de la guerra de Vietnam, sino de la combinación de esa guerra y la falta de atención a la forma como vivía la gente. Los grandes levantamientos, los disturbios de 1967-1968 no fueron directamente parte de la protesta antiguerra, fueron reacciones a las condiciones en que vivían los negros, en los ghettos de Los Angeles en 1965, y por todo el país en los años siguientes.
``Actualmente, la imagen de Estados Unidos es de una nación sana en el ámbito económico, pero entre una cuarta y una quinta parte de los niños viven en la pobreza, unos 40 millones no tienen seguro de salud, y un hombre negro de Harlem tiene una expectativa de vida de 45 años, igual que en varios países del Tercer MundoÉ La tasa de mortalidad infantil, la atención que se da a los desempleados, las madres, los viejos y los sin techo, muestran que Estados Unidos no cuida a esos sectores como otros países industrializados.
``La tasa real de desempleo es mucho más elevada que la oficialÉ La situación de la vivienda es terrible, además hay gente sin techo en todas las ciudades del país. Pero eso sí, todas las noches en los noticieros se informa sobre la Bolsa de Valores. Es inaceptable, como si eso fuera la noticia más importante para todos, como si el Dow Jones fuera el índice más preciso sobre cómo están viviendo los estadunidenses''.
La respuesta social: violencia y crimen
-Si las cosas son como usted las describe, ¿por qué no hay más señales de protesta, por qué son tan altas las encuestas de aprobación, dónde está el movimiento social?
-Hoy no existe un movimiento social nacional. Una de las razones es que el movimiento laboral ha sido debilitado en las últimas décadas debido a una combinación en los cambios en la economía, la fuga de empleos al exterior y una economía de servicios muy difícil de organizar, además de la represión del gobierno contra los sindicatos iniciada en los años de Reagan. Un movimiento laboral débil es una de las razones por las cuales no tenemos un gran movimiento de protesta. Pero estallan huelgas por todo el país en el ámbito local, y hay acciones por todas partes.
``Cuando viajo por el país veo a grupos locales pequeños protestando contra las condiciones en las que viven, pero esos grupos no son visibles más allá de su localidad, y la noticia de su existencia no circula por el país. Los medios nacionales no reportan lo que está ocurriendo localmente, no reportan nada de eso al menos que surja un gran movimiento nacional que cree un enorme escándalo, como lo hizo el de derechos civiles o el antibélico.
``Diría que los síntomas no se están expresando tanto por medio de los movimientos sociales organizados, sino mediante el crimen y la violencia desorganizada. Estados Unidos tiene más gente en la cárcel que cualquier otro país del mundo: 1.7 millones de personas, una cifra que se duplicó en diez años. Pero si contamos a quienes están en alguna parte del sistema judicial (dentro o fuera de la cárcel, bajo libertad condicional, etcétera) hablamos de seis millones de personas, igual al número de estudiantes matriculados en las universidades de Estados Unidos. Es un síntoma de que algo está muy mal en esta sociedad. Esos crímenes que llevan a la gente a la cárcel surgen de la pobreza y la desesperación.''
Bajo la superficie
-¿Dónde buscaría usted señales de rebelión y, si las hay, por qué son tan poco visibles?
-Uno tendría que fijarse mucho en lo que está sucediendo en lugares que simplemente no son registrados por los medios nacionales. Casi en cualquier ciudad uno se encuentra con múltiples organizaciones trabajando en los problemas sociales, casi siempre son grupos pequeños, esto no se ha convertido aún en un movimiento que pudiera atraer la atención nacionalmente.
``Si uno hubiera observado el sur antes del boicot de autobuses en Montgomery en 1955 -lo que se podría decir que arrancó el movimiento de derechos civiles- no había señales de que eso iba a suceder. Luego vinieron las ocupaciones pacíficas de 1960 y los freedom rides de 1961. Las grandes manifestaciones, ese movimiento nacional que atrajo la atención del país y del mundo, no apareció de la nada.
``Si uno observaba sólo la superficie de las cosas en el Sur, antes de 1955, se parecería mucho a la superficie de Estados Unidos hoy día. Se sabía que la gente negra estaba oprimida, que existía la segregación racial, que se trataba a los negros como semi humanos, y uno se preguntaba por qué no pasaba nada. Y la respuesta, claro, es que sí estaban sucediendo cosas, pero bajo la superficie.
``Lo que estoy sugiriendo es que sería un error confundir el silencio con el consentimiento. El grado de la violencia en este país es asombroso comparado con otras naciones. Esto tiene que surgir de algún lugar, representa algo. El historiador británico Eric Hobswam hablaba de un tipo de violencia primitiva, que representaba un síntoma de que algo estaba mal en la sociedad, a pesar de la inexistencia de un movimiento social organizado.''
Amnesia histórica
-¿Existe una amnesia histórica en Estados Unidos? ¿Qué tan importante es la conciencia histórica para entender la coyuntura?
-La conciencia histórica es enormemente importante. Sin ella es como si uno hubiera nacido ayer, y si ese es el caso, uno cree cualquier cosa que se le diga. Actualmente esta conciencia histórica es muy importante, simplemente para desbaratar todas las cosas absurdas que declaran los líderes políticos. Por ejemplo, todo este discurso de que los tiempos del ``gran gobierno'' han llegado a su fin.
``Para creer esto, se necesitaría de amnesia histórica, creer que en un tiempo existió un gobierno grande y que ahora se terminó.
``Cuando se realizan reformas como resultado del movimiento obrero y los movimientos socialistas de principios de este siglo empezamos a tener reformas, el New deal, los seguros de desempleo, y ahí empezaron a gritar contra el gran gobierno. Ahora, claro, estamos eliminando poco a poco ese tipo de gran gobierno que ayuda a los necesitados, pero seguimos con el gran gobierno para el bienestar empresarial.
``Un ejemplo reciente de la amnesia histórica es la historia de Vietnam. Hace poco hablaba ante una clase avanzada de historia en una preparatoria, unos 100 estudiantes, y en un momento pregunté cuántos sabían de la masacre de My Lai: ni uno solo, ni uno de los 100. Si no saben lo que ocurrió en Vietnam están listos para ser carne de cañón, una vez más, en una guerra en el futuro.
``¿Por qué está escondida la historia? Una de las respuestas importantes es simplemente el control de los medios por parte de intereses muy ricos, medios que se han monopolizado y entrelazado por empresas transnacionales como Disney y Gannet, y muy pocos periódicos y publicaciones independientes.
``Lo que no se comenta, sobre lo que no se educa a nadie es, por ejemplo, la historia de la política exterior de Estados Unidos. Los libros de texto informan de cómo Estados Unidos se convirtió en un poder mundial, de cómo asumió su responsabilidad, de cómo ganó la Segunda Guerra Mundial... Una imagen de un país como un gigante benéfico supervisando al mundo.
``Para los jóvenes resulta sorprendente cuando empiezan a entender una historia muy simple de lo que ha hecho Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial en Corea, el sudeste asiático, Guatemala, Chile, El Salvador, Filipinas, Haití, Levante. Los golpes, las operaciones encubiertas, el apoyo a escuadrones de muerte. Si les fuera ofrecida esa historia, tendríamos una generación de jóvenes que simplemente no podría aceptar una nueva aventura militar, todo lo que se hace con la pretensión de la libertad.
``Los jóvenes aprenden la historia de Estados Unidos, su desarrollo económico, pero no aprenden la rica, compleja y dramática historia de las luchas laborales de este país. Si la estudiaran, entenderían que la alta calidad de vida que goza la clase media -la jornada de ocho horas, la semana laboral de 40 horas, los salarios relativamente altos- fue resultado de esas luchas.
``También aprenderían que el gobierno no es sólo una parte neutral en las luchas entre pobres y ricos, entre trabajadores y empresas. Verían una y otra vez que el gobierno utiliza al ejército, guardia nacional, policía, cortes, ley, y cárceles para romper huelgas y destruir sindicatos. Pero nada de eso se les enseña.''
Un país menos
blanco: qué bueno
-El tema de la inmigración es de nuevo prioritario en el debate. ¿A qué grado tiene uno que descartar su propia historia, como inmigrante, para vivir en este país? ¿Hay algo nuevo en el debate antinmigrante?
-La política antinmigrante no es nueva. Tampoco lo son el clima antinmigrante ni la violencia contra ellos. En el siglo XIX hubo una ola de violencia contra los inmigrantes irlandeses. También se promulgaron leyes contra los chinos, el Acta de Exclusión de Chinos en la década de 1880, y la violencia contra los inmigrantes chinos después de que terminaron de construir los ferrocarriles. Y claro, tuvimos olas migratorias a fines de siglo. Cuando nuevas industrias los necesitaban se les daba la bienvenida, y cuando ya no eran necesarios se promulgaban leyes para limitar la inmigración. A principios de este siglo, se requería mano de obra inmigrante en las maquiladoras de confección, en las plantas siderúrgicas, en las refinerías petroleras. En los años veintes se promulgaron nuevas leyes para limitar la inmigración desde Europa oriental y del sur. Después de la Segunda Guerra Mundial se impuso una limitación aún más severa a la inmigración con el Acta McCarran, en 1952.
``Lo que estamos presenciando es otra ola antimigrante y nuevas leyes. Históricamente hemos pasado por esta situación de forma repetida. Lo novedoso ahora es el simple hecho de que nos estamos convirtiendo en una nación menos blanca, y que el número de latinos, de hispano-parlantes, está creciendo rápidamente, y se espera que para el año 2050, una mitad de este país será no blanco.
``Por un lado, pienso que esto genera un tipo de histeria entre gente que se ha tragado la propaganda nativista antinmigrante, de que esto llevará al fin del país, creando aún más histeria -eso de `ahí vienen los rusos', `ahí vienen los mexicanos'-. Pero por otro lado esto inevitablemente causará una revalidación de la política migratoria. Es algo muy bueno y sano que nos estemos convirtiendo en un país menos blanco, y Estados Unidos tendrá que adaptarse a eso.
``También pienso que necesitamos educar a la gente sobre la inmigración, recordarles que somos un país de inmigrantes, que la gente que llega de otros países son seres humanos que merecen los mismos derechos de la gente que vive aquí. Lo que más se necesita es educar, crear una conciencia de una comunidad mundial, de que los pueblos de otros países son iguales, moralmente, a este pueblo.
``En otras palabras, el nacionalismo es uno de los artefactos más feos de los tiempos modernos, y si hay algo que la educación puede hacer es empezar a erosionar ese tipo de nacionalismo que provoca que la gente se entierre en sí misma, buscando cómo mantener afuera a los inmigrantes, y estar lista a bombardear a pueblos del otro lado del río.''
La historia impredecible
-Usted ha hablado mucho sobre cómo la historia es impredecible. ¿Qué ejemplos existen?
-Por ejemplo lo ocurrido cuando surgió el movimiento de los derechos civiles, lo cual era impredecible a principios de los cincuentas. Nadie pronosticó que habría una sublevación del pueblo negro, y una sublevación en las regiones más peligrosas del país -para los negros- de Georgia, Alabama y Mississippi.
``Nadie pronosticó que el movimiento antibélico de Vietnam, que se inició con un grupito, llegaría a ser tan poderoso como para causar que los líderes de esta nación tuvieran que pensarlo dos veces antes de continuar con su guerra.
``Nadie, hace treinta años, pronosticó que se hablaría abiertamente sobre los gays y las lesbianas, sobre sus derechos.
``Simplemente todo ese cambio social y cultural no fue pronosticado. No estamos en una posición de pronosticar, porque los cambios que se realizan se inician bajo la superficie, y se nos hace muy difícil observar bajo la superficie de las cosas y detectar las señales de que algo está por surgir.''
La esperanza del sentido común
-Con este panorama, ¿qué hay de esperanzador en Estados Unidos? ¿Cuáles son los retos para el pueblo de este país?
-Supongo que lo que me da esperanza es que encuentro una diferencia muy aguda entre lo que piensan y dicen las autoridades y los medios, y lo que la gente del país dice cuando habla entre sí. Cuando viajo por el país encuentro que la gente es muy receptiva a ideas de sentido común muy críticas de la sociedad existente. Cuando hablo de la injusticia del sistema económico y de cómo el capitalismo, lo que se llama el sistema de mercado libre, ha causado un enorme sufrimiento en este mundo, la gente lo acepta. Acepta también que se necesita redistribuir la enorme riqueza de este paísÉ del derecho de todos a la salud, de ser atendidos en su vejez o, cuando son niños, en sus trabajos. Aceptan que las guerras ya no sirven para nada, que la violencia como forma de resolver disputas internacionales no soluciona nadaÉ Piensan sobre todo esto, aun si no saben mucho de historia, lo piensan y dicen que tiene sentido.
``A lo que me refiero es a la existencia de una gran reserva de entendimiento por sentido común en este país. Si esa reserva es organizada, lo cual aún no ocurre, entonces hay una posibilidad de un gran movimiento social nuevo en Estados Unidos que podría combinar la energía de los movimientos sociales en el pasado y empezar a generar cambios fundamentales en la forma en que funciona nuestro sistema económico, cambios fundamentales en las formas en que nos comportamos hacia otros países.''
Historiador del pueblo estadunidense, Howard Zinn revela otro cuento: Estados Unidos desde la mirada de los de abajo, de las mayorías, del pueblo... la historia no oficial de este país.
Su extraordinario libro Una historia del pueblo de Estados Unidos (A Peoples History of the United States) va en su edición número 24 y ha vendido más de medio millón de ejemplares. Autor de libros, de una multitud de ensayos y ponencias, Zinn es profesor emérito de la Universidad de Boston. Bombardero durante la Segunda Guerra Mundial, originario de una comunidad de trabajadores de Brooklyn, Nueva York, Zinn trabajó en una universidad negra en el sur de Estados Unidos en los cincuentas.
Ahí tomó parte en el movimiento de derechos civiles y luego fue una figura en los movimientos contra la guerra de Vietnam en los sesentas y setentas. Durante toda su carrera se ha dedicado a difundir la historia no oficial del país. Es, pues, un cronista de los tiempos de furia, de ira, de rebelión, desde los orígenes de este país hasta el presente.