n Muestra del pintor nicaragüense en el Museo Cuevas


El hombre está un poco perdido en el universo: Bernard Dreyfus

n Insatisfacción y angustia funcionan como un motor, afirma

Merry Mac Masters n La pintura de Bernard Dreyfus (Managua, 1940) es ''desconcertante", escribió alguna vez el fallecido dramaturgo Eugène Ionesco. Y como el arte ya no es la ''expresión del universo", en el caso de la pintura de Dreyfus el arte tan sólo puede tener ''visiones efímeras y un tanto desesperadas de este mundo". ƑQué es lo que vemos?, preguntó el miembro de la Academia Francesa para luego contestar: ''Algo parecido a siluetas, abundantes seres informes que parecen humanos, perdidos en la inmensidad, blanca o negra, la amplitud del lienzo, la inmensidad de este universo, a la vez denso y disperso, inquietante, como un misterio impenetrable".

Dreyfus dice: ''Siempre he sentido que los seres humanos somos como una especie de angustia existencial; que el hombre es una cosa pequeñita, muy reducida y que, pues, somos manipulados. De ahí esa angustia de masas que van y que vienen, y que están un poco perdidas en la inmensidad de este universo".

 

ƑPoética de lo insólito?

 

Para el artista su tratamiento del hombre se caracteriza por el "despojamiento". Explica: ''He querido llegar a cierta simplificación del ser humano quizá porque personalmente considero que más es menos''. Resume lo suyo como un ''mundo personal" y sitúa su pintura dentro de una ''poética de lo insólito", una especie de misterio, enigma, donde ''me siento a gusto". Cree que su obra tiene un carácter "visionario". Afirma no saber si su pintura irá hacia lo abstracto, pero que es necesario abrir diferentes puertas visualmente para progresar. Agrega que a veces hay que dar dos pasos para atrás para hacer tres hacia adelante. Señala la importancia de no caer en la autosatisfacción o el narcisismo, pues es nada más inflarse el ego. Tanto la insatisfacción como la angustia funcionan como un motor.

Sus obras más recientes incorporan el color. ''Lo había rechazado porque me parecía inecesario. Sabiendo que lo podía manejar, no quería caer en una cosa decorativa o de facilidad porque no es lo mío. Que mi pintura fuera austera y menos atrayente no me importaba. Ahora que hay un poco más de optimismo en mí y quizá menos desesperación, empiezo a introducir el color y me comienza a fascinar. La luz y el color, en eso creo que soy muy latinoamericano".

(Bernard Dreyfus. Obras de 1984-1998, muestra de acrílicos, pasteles y tintas chinas que se ha visto en Madrid, Barcelona y Managua y es factible que itinere en Panamá, Guatemala y Washington, se exhibe hasta el 3 de marzo en el Museo José Luis Cuevas, Academia 13, Centro Histórico.)