n Conminó a los mexicanos a superar antiguos o recientes antagonismos
Juan Pablo II: sólo el diálogo fortalecerá la democracia
n El Papa fue despedido en el hangar presidencial n Zedillo agradeció al pontífice su visita al país
José Antonio Román y David Aponte n En el último mensaje pronunciado en territorio nacional, el papa Juan Pablo II señaló que sólo el diálogo fraterno entre todos los mexicanos dará vigor a los proyectos de futuras reformas auspiciadas por ciudadanos de todos los credos religiosos y sectores políticos y culturales.
El pontífice dijo que espera que México sea un país de referencia en el concierto internacional, una nación donde la democracia sea cada día más "arraigada y firme, más transparente y efectiva", junto con la pacífica convivencia entre sus pobladores.
Ante el presidente Ernesto Zedillo, no dejó pasar la oportunidad para referirse a las nuevas relaciones entre el Estado mexicano y la Iglesia católica. Planteó que en el recibimiento de esta cuarta visita vio el fiel reflejo de una realidad que se abre camino en la vida mexicana:
"La de un nuevo clima en las relaciones respetuosas, sólidas y constructivas entre el Estado y la Iglesia, superando otros tiempos que, con sus luces y sombras, son ya historia. Este nuevo clima favorecerá cada vez más la colaboración a favor del pueblo mexicano".
"šQue se que-de/que se que-de/que se que-de!", le gritaron las 4 mil personas que acudieron a la despedida en el hangar presidencial.
Ultimo recorrido por la ciudad de México
El obispo de Roma recorrió nuevamente las calles de la ciudad de México, desde la nunciatura apostólica hasta la terminal aérea. Una vez más, cientos de miles de personas ocuparon las aceras de la última ruta papal. Muchos pernoctaron en las calles, sobre todo las aledañas a la representación vaticana, para mirar por unos cuantos segundos, siquiera, lo que dura un suspiro, al líder religioso.
La pareja presidencial, Ernesto Zedillo y Nilda Patricia, llegó al hangar a las 8:50 horas a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana, acompañada de Liébano Saénz, secretario particular del mandatario. La plataforma ya estaba repleta de escolares, deportistas, obispos e invitados especiales, entre ellos columnistas y directores de medios de comunicación nacionales, así como diversos grupos musicales.
El avión 757 de Mexicana de Aviación, con el nombre S. S. Juan Pablo II, estaba en espera de su pasajero y su séquito. Al fondo de la pista apareció el papabús. Los gritos de los asistentes subieron de tono, al igual que las coplas de los huapangos y cientos de pañuelos blancos en lo alto.
Del vehículo panorámico descendió el hombre vestido de blanco, acompañado por los cardenales Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano; Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México; el nuncio Justo Mullor, y el secretario particular del Papa, el polaco Stanislao Dziwisz.
El jefe del Ejecutivo ofreció un mensaje de despedida en el que agradeció, hasta en seis ocasiones, la presencia de Wojtyla en el país. El invitado respondió con siete bendiciones a México y su agradecimiento por la hospitalidad del pueblo, como ocurrió hace 20 años en su primera visita apostólica. Precisamente hace dos décadas, un 26 de enero, besó tierra mexicana por primera vez.
"šDios te bendiga, México!, que te esfuerzas en desterrar para siempre las luchas que dividieron a tus hijos mediante un diálogo fecundo y constructivo, un diálogo en el que nadie quede excluido y acomune aún más a todos tus habitantes, a los creyentes fieles a su fe en Cristo y a los que están alejados de él. Sólo el diálogo fraterno entre todos dará vigor a los proyectos de futuras reformas, auspiciadas por los ciudadanos de buena voluntad, pertenecientes a todos los credos religiosos y a los diversos sectores políticos y culturales", expuso.
El Papa exhortó a los hombres y mujeres que componen el rico mosaico pluricultural de la nación, a encontrar en Cristo la fuerza para superar antiguos o recientes antagonismos. "šDios te bendiga, México!, que cuentas con numerosos pueblos indígenas cuyo progreso y respeto quieres promover. Ellos conservan ricos valores humanos y religiosos y quieren trabajar juntos para construir un futuro mejor".
Reconoció el papel de migrantes
Más adelante se refirió a los mexicanos que viajan fuera del país en busca de pan y trabajo. Los migrantes, agregó, han contribuido también a propagar la fe católica en sus nuevos ambientes y a construir una América que quiere ser solidaria y fraterna.
La multitud aplaudió al visitante polaco, quien involuntariamente hizo una pausa larga para cambiar de hoja y seguir la lectura de su mensaje. "Todavía hay más...", dijo el religioso en tono de broma. De pie, casi todos los asistentes comenzaron a corear: "México siempre fiel, México siempre fiel".
ųEs verdad... ųrespondió el jefe de la Iglesia católica. Enseguida, los presentes devolvieron esas palabras con otro grito: "Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano. Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano".
En el mismo escenario de la bienvenida, pero ahora con dos grandes arreglos florales con la leyenda "Buen Viaje", el pontífice recordó las profundas raíces cristianas del pueblo de México, que hoy, expresó, está abierto al futuro en una clara vocación americana y mundial.
"šDios te bendiga, México!, por la libertad religiosa que vas reconociendo (...) dentro de tus fronteras. Esta libertad, garantía de estabilidad, da pleno sentido a las demás libertades y derechos fundamentales", continuó.
Antes de partir rumbo a San Luis Missouri, Estados Unidos, el Papa dirigió un último saludo a la Virgen de Guadalupe, a quien confió el futuro no sólo de México, sino de todo el continente y de sus habitantes.