EDUCACION: ACCIONES INSUFICIENTES
Con el telón de fondo del reciente recorte presupuestal a la educación, y con la presencia de un conflicto político motivado por las persistentes prácticas antidemocráticas y corporativas en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el presidente Ernesto Zedillo encabezó ayer la presentación del Programa de Educación 1999.
En ese documento se establecen necesarias acciones de actualización ųcuya importancia no debe ser soslayadaų para la enseñanza pública, tales como el lanzamiento de nuevos libros de texto gratuitos que completan el catálogo de esas publicaciones para todo el ciclo de primaria, así como la transformación, en secundaria, de la materia de civismo en un curso de formación ética.
Debe saludarse, también, el propósito enunciado por Miguel Limón Rojas, secretario de Educación Pública, de abrir al debate el desempeño de esa institución, el cual podrá medirse por medio de las evaluaciones del ejercicio educativo nacional, cuyos resultados serán dados a conocer a la sociedad. Asimismo, ha de reconocerse la importancia del logro nacional que significa la reducción ųa lo largo de tres décadasų del índice de analfabetismo de cerca de 25 por ciento a 9.6 por ciento, según la proyección "menos optimista" referida por el presidente Zedillo en el acto referido. Es digna de encomio, por otra parte, la resuelta defensa que formuló el subsecretario del ramo, Olac Fuentes Molinar, del carácter laico de la enseñanza pública, un precepto constitucional que sectores católicos y conservadores se empeñan sistemáticamente en socavar.
Con todo, debe mencionarse que el Programa de Educación 1999 elude, en lo sustancial, dar respuesta al preocupante estado en el que se encuentra el sistema educativo en su conjunto. Cabe citar, a este respecto, el diagnóstico presentado por el secretario general del SNTE, Tomás Vázquez Vigil, de quien no podría sospecharse ninguna intención de contradecir a las autoridades gubernamentales: la escolaridad promedio del 30 por ciento más pobre de la población es de sólo cuatro años; sólo 17 por ciento de los jóvenes en edad universitaria tiene acceso efectivo a la enseñanza superior; el nivel de excelencia sólo es aplicable a una décima parte de las escuelas públicas, y hay en el país más de un millón de niños de entre 6 y 14 años que se encuentran excluidos, por diversas razones, del sistema educativo.
El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), de la Facultad de Economía, por su parte, señala que, de principios de esta década a la fecha, los salarios del personal académico de la UNAM han sufrido una pérdida de más de 53 por ciento de su poder adquisitivo, merma que, de hacerse efectivo el 18 por ciento de incremento salarial ofrecido por las autoridades universitarias, sería de 14 por ciento entre 1998 y el presente año.
Con base en los preocupantes datos referidos, es claro que el Programa de Educación 1999, si bien prescribe medidas correctas y necesarias, resulta por demás insuficiente para subsanar el grave daño causado en la estructura educativa del país por tres lustros de políticas económicas neoliberales.