n Trascendió que hubo línea y que se detectaron anomalías en el proceso


Moreno Valle, presidente de la Cruz Roja

Angeles Cruz n El ortopedista Rafael Moreno Valle fue electo ayer presidente de la Cruz Roja Mexicana, en un proceso que violó los estatutos, pero siguió las ''recomendaciones'' de ''arriba'' para que la nueva dirigencia proyecte una nueva imagen y mejore la deteriorada relación de la institución con el gobierno federal.

Varias horas antes de que el Consejo Nacional de Directores tuviera la primera reunión para seleccionar entre sus miembros al nuevo presidente, se supo que Moreno Valle iba a resultar electo, pese a estar inhabilitado por haber dejado de ser consejero nacional el 13 de enero.

Esto no fue obstáculo, pues Valentín Diez Morodo, empresario de la cervecería Modelo, ''no aceptó'' ser parte del Consejo Nacional y por acuerdo del consejo Moreno Valle ocupó su lugar. El artículo 19 de los estatutos de la Cruz Roja señala que sólo la Asamblea Nacional puede nombrar consejeros y no indica nada sobre los puestos vacantes.

Así, por ''votación unánime'' y luego de que el secretario del consejo, Francisco López Jacíntez, propuso a Moreno Valle para ocupar la presidencia, los 24 consejeros que acudieron a la reunión de ayer en la Hacienda de los Morales lo eligieron, con base en su trayectoria en la política y la medicina.

Moreno Valle fue secretario de Salud durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz; después fue gobernador de Puebla y más tarde ocupó diversos cargos en el sector salud, entre ellos el de director del Hospital Militar.

Los consejeros dejaron pendiente la designación de los dos vicepresidentes y de los presidentes de los comités nacionales de la Cruz Roja. Según algunos de los asistentes, los miembros de reciente ingreso no aceptaron tomar decisiones sin conocer bien las características y funciones de cada puesto y a los posibles candidatos.

Asimismo, comentaron que por primera vez José Barroso Chávez no pudo dirigir la reunión, pues los consejeros le exigieron que respetara la jerarquía del hasta ayer presidente interino, José Calderón. De hecho, aseguraron las fuentes, ninguna de las propuestas de Barroso Chávez prosperó, a excepción de la inclusión de Moreno Valle en el Consejo Nacional, que fue el primer punto del orden del día.

Según estas versiones, fue Mario Luis Fuentes, director del DIF, quien dio a conocer a Barroso Chávez la instrucción gubernamental de que Moreno Valle fuera el nuevo presidente de la Cruz Roja Mexicana.

Por otro lado, el Consejo Nacional de Directores acordó formar una comisión que evaluará la situación del todavía consejero Alejandro Gómez de la Llata, quien junto con otras siete personas denunció en septiembre un supuesto desvío de recursos de la Cruz Roja Mexicana. El 13 de enero, la Asamblea Nacional acordó destituir a Gómez de la Llata de todos los puestos que aún ocupa en la institución y así se planteó ayer al consejo, pero éste decidirá en la próxima reunión.

Por la tarde y antes de la sesión del Consejo Nacional, cientos de personas acudieron a una comida en homenaje a José Barroso Chávez. Seis integrantes de la institución reconocieron la labor del presidente saliente y destacaron su dedicación al frente de la Cruz Roja Mexicana.

Barroso Chávez estuvo feliz entre sus amigos y, cuando le tocó hablar, reiteró los logros de su administración, entre ellos el aumento de los ingresos de Cruz Roja, el apoyo a la población de Guerrero y Oaxaca afectada por el huracán Paulina, así como las labores realizadas tras las inundaciones en Chiapas.

Admitió que la denuncia de presunto desvío de recursos perjudicó a la institución, pero confió en que ésta seguirá siendo ''el vehículo más eficaz para servir al país y apoyar al gobierno en situaciones de emergencia''.

En entrevista posterior, aseguró estar tranquilo porque ''no debo nada''. Para él, el conflicto de los meses pasados ya es asunto terminado. En la Cruz Roja, afirmó, no hay problemas ni discrepancias. De otro modo, argumentó, no habría sido posible realizar con éxito la operación Vaticano 99 durante la estancia de Juan Pablo II en México.