n Este año se verán los primeros resultados, señaló

Aún pendiente, la deuda social

en materia de seguridad: Zedillo

Enrique Méndez y Víctor Ballinas n El presidente Ernesto Zedillo reconoció ayer que por parte del gobierno federal persiste el incumplimiento del pago de la deuda con la sociedad de garantizar su seguridad. Por ello, dijo, con toda razón la población sigue ''estando inconforme frente a la limitada eficacia de los organismos policiales y las instituciones de procuración de justicia''.

Señaló que si bien en este año la sociedad comenzará a percibir los primeros resultados concretos en el mejoramiento de la seguridad, ''ésta no es una tarea que pueda cumplirse en el muy corto plazo, sino que supone una labor paciente que, por fortuna, ya se ha empezado''.

El mandatario presidió en Los Pinos la reunión de evaluación del Programa Nacional de Seguridad Pública, acto al que asistieron además de los 31 gobernadores y el representante del jefe de gobierno del Distrito Federal, el procurador capitalino, Samuel del Villar; los secretarios de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa; de Educación, Miguel Limón Rojas; de Comunicaciones, Carlos Ruiz Sacristán; de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre; de Marina, José Ramón Lorenzo Franco, y el procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar.

Labastida Ochoa ųquien preside el Consejo Nacional de Seguridad Públicaų aseveró que ''1999 es el año en el que vamos a detener la tendencia del crecimiento delictivo en el país; es el año en el que se inicia el gran cambio en materia de seguridad pública''. Esto está garantizado, añadió, por el tamaño de las inversiones, la magnitud de las acciones y las obras, la voluntad de los gobiernos y la exigencia inaplazable de la sociedad.

La inversión total de los estados este año supera los 6 mil 500 millones de pesos, y por su parte el gobierno federal invertirá 2 mil 570 millones en seguridad pública, lo que eleva la inversión total en esta materia a más de 9 mil millones de pesos. En 1995, apenas se invirtieron 200 millones de pesos, comparó el funcionario.

Resaltó que durante este año se aplicarán 275 mil exámenes a más de 55 mil trabajadores de seguridad pública, y además se inicia el proceso de nivelación de sueldos para todos los agentes de la Policía Judicial, peritos y agentes del Ministerio Público, para que tengan ingresos mínimos de entre cuatro y seis salarios mínimos los policías judiciales y entre ocho y doce los agentes del Ministerio Público.

Para derrotar el crimen y la inseguridad se requiere decisión política. ''La tienen el Presidente de la República y los gobernadores; se requieren recursos adicionales, que están creciendo aceleradamente; se requiere continuidad y perseverancia en la acción; también buenos programas y coordinación'', expresó Labastida.

En tanto, el presidente Zedillo insistió en que la ciudadanía exige que esa deuda sea cumplida, primero que nadie, por quienes han recibido un mandato popular. ''Ese mandato es para resolver los problemas y entender las demandas más sentidas de la población''. Subrayó que por ello la población no acepta ni aceptará pretexto alguno que busque justificar ausencias, omisiones o simulaciones en este esfuerzo que es compromiso de todos.

Para este año, el Distrito Federal y los gobiernos de los estados tendrán un incremento real muy apreciable en sus recursos para seguridad pública, y además, el presupuesto que no ejercieron el año pasado los estados podrán utilizarlo este año, con lo cual los gobiernos locales tienen hoy más facilidades que nunca para fortalecer las acciones contra la delincuencia, apuntó.

Las acciones coordinadas contra la delincuencia entre la Federación y las entidades ha empezado a dar algunos resultados, mismos que deberán multiplicarse conforme el sistema se vaya consolidando, comentó el jefe del Ejecutivo, y como muestra de ello dijo que a últimas fechas ''hemos sido testigos de la persecución y aprehensión de peligrosas bandas criminales que se suponían protegidas por complicidades poderosas''.

Todos los grupos y sectores sociales, señaló el presidente Zedillo, exigen con toda razón que se combata sin contemplaciones, con la mayor severidad, a quienes desde los cuerpos policiacos y desde las instituciones de procuración de justicia, son cómplices de los delincuentes.

A su vez, el gobernador del estado de México, César Camacho Quiroz, dijo que brindar seguridad es imperativo ético que obedece a la razón, y a la vez obligación pública que da sentido al pacto sobre el cual descansa nuestra unión.

El mandatario estatal agregó que la depuración de personal, pruebas continuas, salarios dignos, educación permanente, permitirán contar con funcionarios comedidos, honrados y más comprometidos con la comunidad. Sin embargo, también en el esfuerzo hay que combatir las conductas que irritan a la sociedad: la eliminación de privilegios y excepciones, el destierro de la nefasta impunidad que pone en duda la credibilidad de las instituciones y mina la confianza ciudadana hacia ellas.

Camacho Quiroz añadió que nadie tolera las simulaciones, sobre todo ahí donde la realidad se obstina en desmentirlas. ''Nadie puede sentirse seguro si su percepción le dice que no es así, e incluso si tiene motivos para creer que el que podría ponerlo en riesgo es el que está encargado de protegerlo. La seguridad pública no es sólo reclamo sentido ni reto reservado a esta generación: es el desafío de México por recuperar su tranquilidad y con ella su certidumbre''.

También orador en el acto, el gobernador de Nuevo León, el panista Fernando Canales Clariond, reconoció que no obstante ser 1999 un año presupuestalmente difícil, austero, en el ramo de la seguridad pública se asignó un crecimiento de 168 por ciento con respecto al año pasado, ''aunque nunca los presupuestos serán suficientes y estoy seguro que todos compartimos la ambición de que los recursos asignados a los distintos programas de los gobiernos estatales, federal y municipales fuesen mayores''.

Para terminar, el gobernador neoleonés consideró que ''una buena parte de los delincuentes no roba por ser malos, roba por hambre''.