n Los óleos, los mejores de formato pequeño
Los tamayos hurtados, invaluable pérdida artística: Del Conde
El valor artístico de los 12 tamayos robados este jueves supera por mucho los 2 millones de dólares en los que se evaluó el conjunto de los óleos: se perdieron las mejores obras del pintor oaxaqueño, piezas de pequeño formato que se distinguían por su extraordinaria calidad, observó la directora del Museo de Arte Moderno (MAM), Teresa del Conde.
Y es que más allá de las pérdidas económicas, el saqueo ocurrido en la galería López Quiroga ųdonde se exhibían la pinturas como parte de los festejos para conmemorar los 100 años del natalicio de Tamayoų constituye un lamentable extravío, pues "obras del artista en pequeño formato hay muy pocas, y suelen ser muy finas, muy apreciadas, primorosas".
Precisamente por esta condición, la muestra en la López Quiroga, montada antes en la galería estadunidense Latin American Masters, figuraba como una de las más selectas, pues se dedicó específicamente a cuadros de pequeño formato, muchos presentados por vez primera en México con fines de difusión cultural y no de venta.
Durante los inicios de su actividad plástico, recordó la crítica de arte, el maestro Tamayo pintó con ese formato óleos de espléndida calidad, todos ellos excelentes. Después produjo menos obras de ese tamaño.
Si bien las piezas sustraídas dan cuentan del Tamayo de una primera época, también los delincuentes eligieron obras que son representativas de otras etapas, acotó.
Las piezas faltantes datan de 1929 (Los caracoles), 1930 (Naturaleza muerta), 1953 (Abejas agresivas), 1958 (Constelación), 1958 (Payaso), 1960 (Cabeza flotando), 1961 (Perfil amarillo), 1965 (Sandías), 1967 (Hombre confrontando al infinito), 1971 (Dos perfiles), 1972 (Figura) y 1988 (Hombre y mujer).
La mayor parte son óleos sobre tela de tamaño variable: 25.5 por 40.5 centímetros el de menores dimensiones, o 64.8 por 54 centímetos el mayor.
En esas piezas se aprecia el peculiar estilo del pintor nacido en 1899 en Oaxaca, así como su habilidad para fusionar los más sofisticados aspectos del modernismo con el poder expresivo del arte antiguo de México, según anotó William J. Sheehy, de la galería estadunidense que alojó en octubre y noviembre pasados la misma exposición que luego fuera montada en México por Ramón López Quiroga, dueño de la galería.
Teresa del Conde coincide con otros especialistas en que no se trató de un robo fortuito. No es posible aventurar qué sucedió, dice, pero existen elementos los cuales permiten pensar que por lo menos una persona, quien probablemente orquestó el hurto, conocía la exposición, la había analizado previamente.
"Yo soy optimista y creo que las obras se van a recuperar", confió al considerar que los tres cuadros propiedad del museo que ella dirige (El Hombre y su sombra, El frutero azul, y Paisaje con rocas) no fueron robados porque forman parte de una colección oficial y no particular, como los restantes.
Hay duelo en la comunidad artística, asevera Del Conde, y admite que el lamentable acontecimiento ensombrecerá los festejos previstos para celebrar el centenario del natalicio del artista, pues todavía están programadas otras exposiciones.
En tanto, la comunidad artística y cultural demandó a las autoridades "el uso de toda su capacidad y efectividad", a fin de rescatar las 12 obras del pintor Rufino Tamayo, robadas el 20 de enero en la galería López Quiroga.
En una carta, una veintena de artistas manifiestan su apoyo y solidaridad a la galería, y expresaron su deseo de que "tan lamentable suceso no impida la continuación en el desempeño de la positiva labor que desde hace mucho ha venido realizando".
"La exposición de la obra del maestro Tamayo fue resultado de un esfuerzo notable que Ramón López Quiroga logró conjuntar, junto con galerías y colecciones de dentro y fuera del país. Las obras robadas no estaban en venta, su presentación en México tenía fines culturales y de difusión. En demostración inusual de profesionalismo, López Quiroga celebró el centenario de Tamayo con una exposición ejemplar. La acción criminal convierte la celebración en drama", señala la misiva, en la que se agrega que el robo "escandaliza y entristece" a quienes forman parte de la comunidad artística de esta ciudad.
La carta fue rubricada por Teresa del Conde, Meche y Manuel Felguérez, Alberto Blanco, Andrés Blaistten, Coral Bracho, Tessa Corona, Rita Eder, Cristina Gálvez, Gunther Gerzso, Alexandra y Walter Gruen, Luis Martín Lozano, Manuel Marín, Perla Krause, Mónica Mansour, Jorge Alberto Manrique, Xavier Moyssén, Alba y Vicente Rojo, y Boris Viskin, entre otros. (Yanireth Israde)