El problema pedagógico, dice Hubert, es central en toda meditación filosófica sobre el hombre. Tiene razón: detrás de toda pedagogía subyace una imagen del hombre --en sus dimensiones individual y social-- y de su esencia, valores y destino.
En América Latina, luego de casi dos siglos de independencia, no hemos podido superar las duras condiciones de vida de la inmensa mayoría de los habitantes que pueblan nuestros países y, quizás, mucho de lo que pasa tenga que ver con la persistencia de condiciones culturales, políticas y económicas funcionales al statu quo y con el papel reproductor de esas condiciones de la educación, no en el discurso ni en los documentos públicos, sino en su ejercicio real y cotidiano.
En el umbral del nuevo milenio, el desarrollo del ser humano reclama una pedagogía que se oriente a potenciar sus facultades y que ofrezca una mixtura humanista y científico-técnica.
Hoy se inaugura en La Habana, Cuba, el séptimo Congreso de Pedagogía. Desde hace 13 años, estos congresos (1986, 1990, 1993, 1995, 1997) han sido espacios sobresalientes para el intercambio de experiencias y propuestas educativas de maestros, pedagogos y dirigentes de sindicatos educativos procedentes de América Latina, el Caribe y España.
A lo largo de cinco días (del 1o. al 5 de febrero), este Encuentro para la unidad de los educadores latinoamericanos aborda una temática vinculada a las necesidades y a los intereses específicos de la región como la educación en distintos niveles (preescolar, primaria, especial, física, para adultos, técnica, profesional y superior), la educación indígena y los valores autóctonos.
También se reflexiona sobre psicología aplicada y técnicas pedagógicas para atender problemas de enseñanza; se analizan aspectos relativos a la formación de personal docente y a la organización magisterial; temas relacionados con la familia y la educación sexual, la escuela, el medio ambiente, el empleo y la competencia laboral, los valores cívicos y los derechos humanos; medios de comunicación, nuevas tecnologías, informática, aspectos culturales y artísticos, entre otros.
Este esfuerzo latinoamericano de avanzar juntos en el terreno educativo, parte de la existencia de profundos lazos históricos, geográficos y culturales que nos unen y de la existencia de problemas económicos y sociales similares, y es auspiciado por el Ministerio de Educación de Cuba con la contribución de distintas instituciones, entre ellas la Unesco, el Unicef, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OFI) y la Confederación de Educadores de América (CEA).
La idea central de estos encuentros es, a partir del reconocimiento del extraordinario dinamismo y complejidad de la vida social, revisar los sistemas educativos, la formación de los educadores, las maneras de enseñar y los recursos pedagógicos, para acompasarlos a las nuevas condiciones que viven nuestras sociedades. Las ponencias y las experiencias que se debaten en estos encuentros, buscan dar cuenta, de manera crítica, del estado que guarda la educación; identificar la problemática social y su impacto en la labor educativa; ahondar en los retos, avances y rezagos, y compartir visiones y propuestas con educadores de los diferentes países de la región para ir explorando juntos respuestas más adecuadas a problemas comunes.
Detrás de Pedagogía 99 está el ideal bolivariano recuperado a partir del papel crucial que juega la educación tanto en la formación de valores como en la sistematización del conocimiento: la misión de reforzar la identidad latinoamericana.