n Bernardo Bátiz Vázquez n

Ingobernabilidad artificial

Los enemigos del gobierno de la ciudad y de la mayoría del PRD en la Asamblea, la semana pasada se lanzaron violentamente con muchos recursos y en numerosos medios de comunicación para demostrar a la ciudadanía que en la capital de la República no hay gobernabilidad y que algunos diputados de las mayorías en el congreso local del Distrito Federal son, mínimo, irresponsables.

Afortunadamente, esta campaña encontró pronto su respuesta tanto por parte de los diputados señalados como "distribuidores de leche contaminada", como por diversos funcionarios del gobierno citadino.

La actitud ridícula como exagerada de quienes con pocos alcances pretendieron hacer un caso truculento definitivo en contra de varios asambleístas por la leche supuestamente contaminada, no pasó del escándalo efímero y al final se les revirtió. Habiendo tantos asuntos importantes que discutir e informar es un crimen de desperdicio el tiempo que en horas pico de radio y televisión se dedicó a este asunto; locutor con pujos de politólogo hubo que habló más de media hora del tema, sintiéndose ya un héroe popular al "desenmascarar" a los que tildaba de envenenadores del pueblo. Todo se ha ido aclarando, inclusive la mala fe de los acusadores.

Respecto de la supuesta falta de gobernabilidad, las declaraciones de la secretaria de Gobierno Rosario Robles, poniendo los puntos sobre las ies y el comunicado del día primero, firmado por el superintendente Alejandro Gertz Manero, encargado de la seguridad pública citadina, transmitieron un mensaje pleno de firmeza y autoridad moral que desarma a los desestabilizadores.

Gertz Manero se refirió tanto al intento de asalto tumultuario a la Central de Abastos, como al bloqueo del periférico en todos sus carriles, que tanto indignó a la gente. El primer punto de conclusiones garantiza en forma absoluta el derecho a la libre expresión y el de manifestación pública, pero enseguida, en el puesto siguiente, aclara que quien desee manifestarse públicamente lo podrá hacer sin impedir ni violentar los derechos individuales y colectivos de los habitantes de la ciudad.

Al final advierte que con apego a la Constitución, la Secretaria de Seguridad Pública hará cumplir las leyes y reglamentos que permitan la convivencia de todos (el subrayado es mío) los habitantes del Distrito Federal.

El mensaje, claro y sobrio, alejado de toda demagogia, denota que es un jurista su autor y que la seguridad pública está en buenas manos, a pesar de los que critican lo mismo si se hace o si no se hace; trayéndonos a la memoria el cuarteto de don Manuel Nazaret: "Cuando con los linces /juegas a ensartarla /si la ensartas pierdes /y si no perdiste".