n Diagnóstico elaborado en septiembre de 1997 para siete recintos del INBA
Preocupante, la inseguridad que
prevalece en los museos de México
n Constituye un tema permanente y prioritario para la asignación de recursos financieros
Angélica Abelleyra n El robo del jueves pasado a la Galería López Quiroga, de cuyas salas fueron descolgados 12 cuadros de Rufino Tamayo que afortunadamente se recuperaron a 78 horas del ilícito, pone el dedo en la llaga: la escasa seguridad que viven los espacios dedicados a la exhibición de obra artística, tanto las galerías como los museos en México, sean privados o gubernamentales.
Un diagnóstico realizado en septiembre de 1997 por siete directores de museos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y aún vigente, establece:
''Si hubiera que seleccionar un tema prioritario, para fines de asignación de recursos financieros, éste sería el de seguridad". Sobre el punto, desgrana en cuatro apartados el documento obtenido por La Jornada.
ųLa inseguridad de los acervos, del edificio, del personal y de los usuarios en los museos es alarmante.
ųLos museos no cuentan con custodios especializados, tanto para cumplir su función de vigilancia como para atender al público.
ųNo se cuenta con un sistema de mantenimiento de los sistemas de seguridad.
ųSe requiere realizar adaptaciones a los edificios de los museos para reforzar las condiciones de seguridad.
Las propuestas de solución frente a panorama tan inquietante son:
''Que los museos cuenten con las condiciones adecuadas para garantizar la seguridad con custodios capacitados y especializados; radios para intercomunicación de corto y mediano alcance; sistemas de alarma; detectores de humo; detectores infrarrojos de presencia en las áreas convenientes; cámaras de video; sistema de sonido interno; extinguidores y tomas de agua contra incendios; señalización de emergencia (incluyendo rutas de evacuación en caso de sismo o incendio)."
ƑInstaurar un Sistema Nacional de Museos?
Para hacer esto posible, en el apartado de ''requerimientos" se anota la urgencia de ''autorizar recursos para la adquisición de los dispositivos de seguridad y la contratación de personal especializado; recursos para capacitación de ese personal y para realizar las adaptaciones" a los edificios de los museos que así lo precisen.
El de seguridad es el último de los ocho puntos observados en el diagnóstico que se originó luego de la convocatoria que hizo, el 29 de septiembre de 1997, Rafael Tovar y de Teresa ųpresidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA)ų a los titulares del INBA y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y a los directores de los museos de ambos organismos.
La finalidad fue ''recoger propuestas para determinar la conveniencia de instaurar un Sistema Nacional de Museos" y definir en torno de aquéllos las competencias, vocación, ámbito de acción, formas de autogestión ''más sólida y definida", generación de recursos propios y definición del contexto legal y operativo de los museos, entre otros temas.
En una primera etapa se consideró la desventaja de reunir en un solo grupo tanto a los museos del INAH como del INBA, ya que ''enfrentan una problemática distinta", por lo que en el equipo de trabajo de los museos asignados al INBA participaron los directores de siete: Nacional de Arte (Munal), de Arte Moderno (MAM), Nacional de San Carlos, del Palacio de Bellas Artes, de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, de Arte Alvar y Carmen T. de Carrillo Gil y del Antiguo Colegio de San Ildefonso (con administración tripartita CNCA-UNAM-gobierno del DF).
Se anota que los otros museos dependie ntes de Bellas Artes ''presentan en general una problemática semejante", por lo que más adelante ''se incorporarán a los acuerdos que se tomen en este grupo de trabajo".
Después de seis sesiones de trabajo, los responsables de dichos organismos coincidieron en que ''los principales y más urgentes problemas se derivan de una infraestructura física y orgánica deficiente; carencia de equipo técnico; condiciones laborales inadecuadas; impedimentos administrativos para disponer de los recursos generados y falta de liquidez". Sin embargo, matizan, ''esta situación no ha impedido que los museos realicen proyectos cada vez más sólidos y estructurados".
Junto al de seguridad, los otros siete temas desarrollados son: vocación de los museos; acervos y adquisiciones; consolidación de la infraestructura y los servicios actuales; generación de recursos propios; patronatos y asociaciones de amigos; pago en especie; estrategias de difusión y posicionamiento de cada museo.
Problemas urgentes de conservación
El tercer punto del dictamen se refiere a la consolidación de la infraestructura y de los servicios museísticos en la actualidad. El panorama bosquejado acusa también alarma roja: ''Todos los museos tienen problemas de conservación urgente" y "es deficiente la infraestructura técnica" en la mayoría de los espacios, son dos de los aspectos desarrollados en el texto de 13 cuartillas, por lo que se solicita ''contar con un presupuesto anual de conservación" y ''autorizar equipo técnico, recursos y contratación de personal".
En ese apartado, se desglosan otros asuntos como la rotación continua de personal por los bajos salarios, la ''compleja" situación laboral que ''impide la profesionalización de los trabajadores de los museos" y la ausencia de una estructura administrativa adecuada para su operación.
Asimismo, se subraya la carencia de condiciones arquitectónicas y de mantenimiento en los recintos y la deficiencia en la atención al público por no contar con requerimientos mínimos para visitantes con discapacidad física, guardarropa, área de primeros auxilios, señalizaciones y paneles informativos.
Otros robos en recintos mexicanos
Aunque el caso reciente del hurto de cuadros de Rufino Tamayo no tiene precedente por la manera de actuar de los ladrones, así como por el número y la cotización del conjunto, superior a 2 millones de dólares, los museos mexicanos no han estado a salvo de la actuación del hampa, organizada o no, sea un robo ''bajo pedido" o lo que pudiera parecer un acto ilícito de ''algún loco" apasionado por alguna obra o un autor.
En los primeros años de la década de los ochenta, los museos Carrillo Gil y Nacional de San Carlos fueron víctimas de los llamados eufemísticamente ''amantes de lo ajeno".
En el caso del museo de Altavista, un cuadro de Pablo Picasso fue sustraído de las salas para después ''aparecer" en una banca de un parque público.
Por su parte, del de la colonia Tabacalera fueron robadas varias telas coloniales, que incluso fueron dañadas al momento de ocurrir la sustracción.
La historia no termina aquí.
ƑQué medidas tomarán las autoridades ante la señal de alarma que han lanzado los directores de museos oficiales por la falta de seguridad en los recintos mexicanos?
Los responsables de los organismos culturales tienen la palabra para anunciar acciones concretas y plantear una estrategia con el propósito de hacer frente a los rezagos que padecen esos espacios, en especial en lo que concierne al rubro de la seguridad, sin duda una premisa insoslayable para salvaguardar los sitios dedicados a difundir el arte para el bien público.