n La invitación para ser titular de la OFCM ''es un acto de generosidad''


Jorge Mester: desde que el director se para

en el podio su energía produce sonido

Verónica Flores Aguilar, especial para La Jornada n Director con perfil internacional, Jorge Mester narra que la primera vez que estuvo al frente de una orquesta fue a los 15 o 16 años, pues era miembro de un agrupamiento juvenil en Los Angeles y de pronto, quien blandía la batuta, le dijo: ''quiero oír cómo suena allá afuera. ƑPuedes dirigir?''.

ųNunca había dirigido nada. Era la obertura del Festival Académico de Brahms, así que me paré y la dirigí. Me parecía muy fácil.

En la primera entrevista que concede, luego de su nombramiento como titular de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), Mester señala:

ųFui discípulo de Anastasio Flores (en violín) y de Similovic, y me mandaron a una escuela militar en Hollywood. Ahí aprendí a tocar saxofón, también seguí con mis clases de violín, impartidas por Tosha Seitel, y con Sasha Jacobson. Piatigorski, el chelista, mandó a su hijo a la escuela militar. Cuando el hijo le dijo a su padre que conocía a un violinista, le dijo que quería oírme. Entonces me mandó a Tanglewood. Ahí conocí a Bernstein.

Mester tiene 85 grabaciones ''y no me avergüenza ninguna". Y no obstante sus logros, dice, ''los reconocimientos tienen que venir de adentro y sé que hago lo mejor que puedo. Porque, aunque me reconozcan súper-súper, de vez en cuando doy un concierto muy malo... y dicen que soy un genio".

 

Preparar piezas en los aviones

 

En la música busca el lenguaje con el que el compositor habla. ''He estado dirigiendo la música de Idomeneo ųla semana pasadaų y como la música material de la orquesta se renta, cada vez que trabajaba, estaba escrito exactamente lo opuesto. Así, Ƒquién tiene la razón?... yo, naturalmente", dice.

Luego de dirigir Idomeneo, de Mozart, en Los Angeles, la noche del pasado lunes arribó a México. Ayer, en punto de las 10:00 horas comenzó a impartir un curso de dirección orquestal en una de las aulas del Conservatorio Nacional de Música, en el Centro Nacional de las Artes.

ųƑEs un acto de generosidad regresar a México para dirigir la Filarmónica de la Ciudad?

ųNo. Es generosidad de parte del gobierno mexicano invitarme para dar un poco de mi experiencia. Por muchos años no trabajé aquí, así que ahora me han dado esa oportunidad.

ųƑCómo encuentra a México?

ųRegreso cada dos años al país... y la cosa sigue igual. Los problemas económicos son serios y afectan a la orquesta.

ųƑCómo logró cambiarle el sonido?

ųUn director automáticamente le cambia el sonido a la orquesta, porque la energía de cada titular es reflejada por la orquesta. Así, en el momento en que alguien se pare en el podio esa energía produce sonido.

ųPero ha mejorado...

ųHa cambiado. Como toco cuerda, siempre que un director toque un instrumento de cuerda cambia todavía más el sonido de la orquesta, porque la manera de manejar la batuta se parece a la forma en que se maneja el arco, entonces eso produce un sonido más plástico.

ųƑCómo ha logrado paliar los problemas laborales del agrupamiento?

ųEn primer lugar, esos problemas laborales se deben a la falta de normas en el pasado. Así que tratando de establecer estas normas para que no exista mal entendimiento con los músicos. Otra forma es sentar a las personas en un cuarto y hablar; ya lo hemos hecho, darles buena música y tratarlos como los artistas que son.

ųƑLos retos para un director están en el repertorio?

ųTengo una lista de 500 piezas que quiero hacer, a ver si no se me acaba la cuerda antes de que tenga la oportunidad de concretarlas. Me gusta crear piezas que no me agradan, ese es un reto para mí.

''Hace dos años, por ejemplo, programé Requiem, de Berlioz, obra que nunca me gustó. La estudié por un año y medio y al final de ese periodo de pronto se me armó en la mente cómo iba y salió bien. Ahora estoy haciendo lo mismo con la Misa solemne, porque tampoco me agrada mucho. Le estoy encontrando chiste, me queda mes y medio para entender cómo es esa obra.''

ųƑCómo prepara una obra?, Ƒse adentra en la vida del autor?

ųEn los aviones, porque no suena el teléfono. Ahí se puede estudiar muy bien. Abro la partitura, la veo y empiezo. Y naturalmente tengo que saber qué quería hacer el compositor, conocer todas las obras posibles para entender el estilo; saber un poco lo que estaba pasando en esos tiempos, la vida cultural y política.

ųƑUsted compone?

ųNo, pero ya me estoy descomponiendo.

ųƑPara ser director hay que ser músico primero?

ųEso me dijo mi papá, pero veo a muchas personas que no lo son, aunque tienen carreras importantes. Mi filosofía es muy dura. Fui violista, toqué y sigo tocando música de cámara y lo he hecho con las personas más espectaculares del mundo (Pinchyaz Zuckerman, Yoyo Ma. Cuarteto Emerson, Cuarteto Julliard, Cleveland de Amadeus), así que aprendí mucho acerca de cómo se hace la música.

 

Reticencia a los viajes

 

''Tocando música de cámara se aprende todo lo que uno tiene que saber de dirección orquestal, porque se aprende a oír, a seguir, a acoplarse; cosas de afinación, cómo se calibra la arquitectura de una obra. Tuve mucha suerte. Pero hay personas que ni tocan un instrumento muy bien. Y es esencial, es como si a alguien le faltara la lengua. šCómo es posible hacer música cuando no se es músico!''

ųƑEl trabajo de un director de orquesta es conjuntar y dar su versión de la obra?

ųEl secreto es tener un plan que los músicos puedan aceptar. Uno debe tener la fuerza moral, musical y sicológica para convencer a las personas que así va la obra.

ųƑQué tanta autodisciplina observa?

ųLo primero es tener la mente clara, bien organizado, saber cómo no gastarle el tiempo a los músicos y estar en buenas condiciones físicas.

ųƑQué ocurre cuando está deprimido y tiene que interpretar, por ejemplo, la Quinta Sinfonía de Beethoven?

ųNunca estoy deprimido, sino muy contento con mi vida. Tengo una hija que en una semana cumplirá 11 años. No me falta nada. Lo único que odio son los viajes, pero uno no puede dirigir sin hacer viajes. Ya no es posible que una persona se quede sólo con una orquesta.

 

Experiencia con el gesto

 

ųƑPodría hablar de su técnica de ensayo?

ųEs más difícil de explicar, por ser una cuestión de experiencia para tomarle la temperatura a la orquesta. Uno tiene que saber cuándo puede exigir y cuándo dejar las cosas para que mejoren solas. La parte más importante para un director es cuajar en los músicos una visión que incluye, como si fuera un mosaico que se prepara, qué piedrita es cada intérprete. De este modo pueden ver que hay un diseño y que las notitas que tocan son parte del diseño y cómo armarlo. Es lo interesante de los ensayos, pues al final la orquesta debe sentir que está tocando mejor que al principio. Debe sentir que hubo progreso y no llegar demasiado rápido a la perfección; si se puede llegar, que se dé en el concierto.

ųƑCuál es su criterio al programar y ejecutar música contemporánea?

ųSi me gusta la programo. Ya pasé mis años de hacer música que no me gustó. Ahora me puedo dar el lujo de dirigir únicamente lo que me gusta.

ųƑSe puede decir que al preparar, al dirigir una obra, está creando?

ųEstoy recreando. Sin embargo, si la orquesta y el director están unánimes en el concierto, sólo así se puede hacer un switch y cambiar a la parte del cerebro que es creativa y dejar que la música dicte cómo va.

ųƑQué compositor le seduce más?

ųTodos... incluso los muertos.

En uno de los salones del conservatorio, cuatro alumnos están ávidos de aprender consejos, tips, ''resolver dudas o carencias". Mester primero les hace una breve entrevista, después nos invita a observar ''los misterios" de la dirección. Minutos después, batuta en mano, cada alumno resuelve algunos: ''Eso es la dirección, la experiencia de una idea musical con el gesto... la respiración es la base de la transmisión mediante el gesto. Entre menos control hay sobre los músicos, mayor es la calidad''.