HUGO CHAVEZ EN EL PODER
La toma de posesión de Hugo Chávez, realizada ayer en Caracas en medio de una movilización popular de grandes proporciones, y con la presencia de estadistas y personalidades políticas de relieve en Latinoamérica, marca el fin de un periodo en la vida institucional venezolana, un periodo de cuatro décadas que se caracterizó por una progresiva pérdida de sentido social y de contenidos por parte de la clase política y, particularmente, del bipartidismo tradicional.
Al mismo tiempo, la asunción a la jefatura de Estado por parte del ex militar golpista es vista por una porción mayoritaria de la sociedad de Venezuela como una oportunidad histórica para transformar las inoperantes estructuras representativas del país y superar las inercias de corrupción, ineficiencia y falta de proyecto nacional que sucesivos gobiernos adecos y copeianos generaron en la vida pública de esa nación sudamericana y que, a la postre, llevaron a la mayoría de los votantes a darle la espalda a los políticos tradicionales y a sufragar por el cambio profundo, aunque impreciso, que ofreció Chávez en su campaña.
Proporcional a la nitidez con la que se percibe en el acto comentado el fin de una época, es la incertidumbre que arroja la proclama del presidente Chávez, en la cual se conjugan y rescatan valores políticos y sociales perdurables ųla unidad latinoamericana, en primer lugar-- con un tono de inocultables acentos mesiánicos y caudillistas.
Parece claro que el nuevo mandatario venezolano tiene sobrado respaldo entre sus connacionales para convocar y ganar el referéndum que prometió, y por medio del cual ha de convocarse a una Asamblea Constituyente que dote al país de una nueva Carta Magna. En cambio, si se tiene el discurso de Chávez como única referencia, resulta difícil imaginar los contenidos que podrían plasmarse en ese documento fundamental, así como las modalidades concretas que revestiría la ''democracia social participativa'' propuesta por el ahora residente del Palacio de Miraflores.
Al mismo tiempo, esas y otras incógnitas, sin duda preocupantes, configuran a la Venezuela de hoy en una suerte de campo de experimentación de las propuestas sociales, aún embrionarias, que habrán de ocupar el sitio que dejaron vacante los paradigmas socialista y socialdemócrata, y que han dado en llamarse ''Tercera Vía''. En esa medida, los acontecimientos próximos en la Patria de Bolívar serán, sin duda, de gran importancia para las sociedades civiles latinoamericanas.