n Premier que revivió las grandes galas con que se festejaba nuestro séptimo arte
El verdadero hechizo de Un embrujo es el amor, dice Blanca Guerra
n Me entusiasmó tener cabida en el guión, afirma la actriz
Raquel Peguero n Cuando Blanca Guerra recibió la propuesta de protagonizar Un embrujo, se emocionó. Tenía muchas ganas de trabajar bajo las órdenes de Carlos Carrera y le entusiasmó que el realizador ''contara con un guión en el que yo tuviera cabida". Así que no le dio vueltas y encaró de inmediato a Felipa, una maestra que a finales de los años veinte trabaja en Progreso, Yucatán, y cuya actitud frente a la vida rompe los cánones de la época.
La actriz, ganadora de un Ariel en 1987 por su papel en Días difíciles y quien actualmente está ''entre feliz y asustada" ųpor su retorno al teatro con Yerma, la obra de Federico García Lorca, con dirección de Manuel Montoroų, desarrolla en la cinta el papel de una mujer madura cuya historia se cuenta a partir de que ella tiene más de 30 años, ''es una quedada según las normas establecidas de esa época, pero es capaz de sostener una relación valiente aunque mal entendida", y que regresa diez años después ya más ''madura, asentada en lo que cree, pues ya no es una jovencita".
Lo que le gustó del personaje fue el hecho de que Felipa es una mujer ''de vanguardia, subversiva; un ser que obedece sus impulsos y los sigue sin importarle las reglas de una sociedad, de una localidad, de una época". Tiene, además, fuertes convicciones, pues ''sigue su vocación al lugar más indicado, un puerto donde se daban los primeros brotes socialistas y cuyas normas sigue con mucha congruencia porque cuando regresa al pueblo ųdespués de un suceso en el que la población piensa que ocurrió por un
embrujo que ella hizoų continúa pensando en levantar una escuela para hombres y mujeres en la que dejen enseñar con libertad y donde los niños coman para que no sólo nutran su mente".
Con todo ello se identificó la actriz; ''en cierta forma soy así: sigo mis impulsos, mis deseos y lucho por lograr que se cumplan. Felipa es una mujer que sabe comprometerse con las personas y tiene un fuerte lazo afectivo con los chicos a los que educa, especialmente con Eliseo, con quien desarrolla una relación más íntima, primero al preocuparse por él para que sea un buen estudiante y, aunque después lo utliza para que le ayude a espiar al marino que ella ama y la abandona, en poco tiempo establece un vínculo afectivo propiciado por la circunstancia que se da entre dos personas necesitadas de afecto, con dos soledades que se cobijan.''
Mover cielo y tierra
''Por supuesto, esa relación los convierte en víctimas de la censura y es cuando se da la ausencia de Felipa, quien debe caer bajo la protección de un hombre con quien ella jamás se había planteado hacer una vida de pareja, pero es el único que la puede aceptar."
En ese momento Eliseo queda marcado ''y la vida lo lleva a que se le considere bajo un embrujo, que se lo hace su propia mujer desde que era una niña, a través de una esferita mágica, a la que cuida y pide se cumpla su anhelo de casarse con él. Es una mujer enamorada que lo defiende con unos celos brutales. Y ese es uno de los planteamientos de la película, ver que el verdadero embrujo es el amor''.
''Por él, uno hace todo, y por conseguir al ser amado somos capaces de mover cielo y tierra valiéndonos de todas las artes que se nos ocurran, sean intelectuales, esotéricas: lo que sea, con tal de alcanzar ese amor."
Para encarnar a Felipa, Blanca siguió su método acostumbrado, ''difícil de explicar, porque cada quien tiene su forma de hacerlo, pero suelo jugar mucho con la cuestión personal, intuitiva, de primera apreciación". Sigue también el canon de estar acorde con los actores con los que le toque participar ''más una serie de elementos que se manejan a la hora de preparar un personaje. Lo primerísimo es el entendimiento profundo de lo que se va a decir y, sobre todo, estar de acuerdo con la historia".
En Un embrujo, Blanca Guerra comparte protagónicos con dos actores debutantes en pantalla, Daniel Acuña y Mario Zaragoza, quienes dan vida a las aventuras de Eliseo chico y grande, respectivamente. Ambos poseen una formación teatral, al igual que la actriz, por lo que el entendimiento fue sólido. Con Zaragoza ''fue estupendo, más inmediata la química pues desde que lo conocí tuve la sensación de que nos habíamos tratado de siempre. Quizá hubo sus estiras y aflojas, pero en general la relación fue muy rica".
ųƑFue difícil filmar la escena amorosa entre Felipa y Eliseo adolescente?
ųNo, porque son dos detalles que dan la idea de que ahí hubo una relación sexual, se cuenta pero no se ve, se intuye, y está tan llena de ternura que no agrede a nadie. Me acuerdo que previo a la filmación, ocurrió que el primer momento en que nos enfrentamos Danielito (Acuña) y yo fue para hacer una sesión de fotos fijas en donde estábamos en una actitud de gran acercamiento emotivo, pero con una sensación sexual. Eso sí fue un poco más difícil y él estaba muy nervioso por razones, no sólo del papel, que era su primer protagónico en una película, sino por el hecho de que no me conocía. Sabía quién soy: una mujer con experiencia como actriz y además mayor que él, lo que le producía cierta sensación de timidez, pero se le fue quitando porque está acostumbrado al teatro, tiene esa formación y eso le da seguridad. Lo tomó con una actitud muy profesional, relajada porque, además, Carlos (Carrera) se encargó de darle seguridad a los chicos, les fue creando esa libertad que les permitía portarse igual en el set, que afuera; nadie los reprimía, estábamos conscientes de que no había diferencia; cuando se les pedía una actitud de respeto y disciplina lo hacían.
Amar para crecer
ųƑFue un buen rodaje?
ųSí, muy sabroso. Carlos se llevó muy bien con todos y con los muchachos nunca hubo un grito de su parte. La que se desesperó fui yo, pues de pronto sí los sentía muy indisciplinados sobre todo cuando los mandaban a cambiarse de ropa hacían repelar a la chica de vestuario y ahí sí, para que veas, hubo un grito muy fuerte de mi parte a Daniel, porque no debía perder la conciencia de que era profesional. La asistente me decía, preocupada, que no me pusiera así porque se suponía que él debía estar enamorado de mí, pero la tranquilicé diciéndole que de esa forma lo estaría más, porque así es el amor y uno ama a quien te ayuda a crecer. Nuestra relación nunca se deterioró.
ųƑCómo fue la dirección de Carrera?
ųEstupenda, y espero que no sea la última vez que trabajemos y tengamos una segunda oportunidad. Me sentí tan a gusto con él que se lo agradezco, ya que eso es importante porque a veces estás en una película y el resultado puede ser muy bueno, pero no lo disfrutas.
ųƑTe gusta cómo te ves en la película?
ųDisfruté mucho la premier del jueves y, cada vez que la veo, me atrapa. Me encanta verla y conmigo misma hay momentos que me olvido que soy yo y puedo estar como espectadora. Claro que es inevitable decir, de algunas partes, que tendría que haberlas hecho de otra forma; siempre hay una crítica, pero en general me emociona mucho ver el trabajo con el equipo, con los nativos de Campeche. Mi personaje es muy entrañable y hasta los que tienen actos injustos hacia otros, como el líder sindical y sus secuaces, me gustan porque son producto de una situación del sistema. Ahí no hay nada gratuito. Por eso me seduce verla, aparte la fotografía, me encanta: realmente embruja.