n Eugenia León ofrecerá un recital el próximo domingo en la Sala Nezahualcóyotl


Al morir el riesgo en un artista,

fenece su capacidad de crecer

n ''Más que cantar bonito y conseguir dinero y fama, aspiro a ser una muy buena intérprete''

Angel Vargas n Si algo determina la trayectoria artística de Eugenia León es su tenaz espíritu de renovación y su amplia versatilidad. Podría decirse que la suya es una historia que se arropa de ciertos matices mitológicos, pues de igual forma que lo hizo Penélope en La odisea, ella ''teje y desteje" constantemente su obra, no en espera del regreso de Ulises sino como parte de un proceso de relaboración.

Cantante cuya calidad de voz y capacidad expresiva le permiten abarcar diversos géneros musicales, que van de lo infantil hasta el tango, pasando por lo popular y lo tradicional de nuestro país, Eugenia vive una etapa de síntesis de su carrera profesional, de integración, en la que retoma lo que fue su ''tesis artística", aquellos temas de la década de los ochenta para revisarlos y darles nuevo sonido.

''Ahora es como una especie de puente. Retomo mi historia dentro de ese tipo de música con el fin de buscar composiciones nuevas", indica la intérprete, quien para expresar su actual etapa profesional ofrecerá un concierto el próximo domingo, a partir de las 19:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario y, muy pronto, grabará un álbum.

El proceso de renovación es una característica que define la personalidad de la ganadora del Festival OTI 1985. En su trabajo le gusta apostar y correr riesgos, experimentar, según dice, pues le ''aterra" la idea de que sea vista como una ''persona que se institucionalice, que siempre esté protegiendo una imagen oficial de su quehacer artístico".

 

Ofrecer versatilidad

 

Eugenia León explica que volvió a las canciones de David Haro, Marcial Alejandro, Jaime López y Liliana Felipe, entre otros, porque sigue siendo un repertorio fresco, además de que sonarán distintas al tener nuevos arreglos.

''Creo que los temas de cada uno de esos autores son una especie de canción ciudadana y emblemática de una época que se acaba, de un acto de esperanza frente a los riesgos, a que no nos quedemos sólo en decir México lindo y querido", señala.

Considera que las creaciones de los compositores contemporáneos se encuentran un poco relegadas del concepto de cultura nacional, situación que con mayor énfasis puede apreciarse cuando se trata de presentar la música mexicana en el extranjero.

Dice: ''Siempre que se habla de llevar una expresión representativa del país tenemos que agarrar el traje de charro, hacer Redes (de Silvestre Revueltas) o el Huapango de José Pablo Moncayo. Eso lo vimos, por ejemplo, durante la Expo Lisboa'', de la cual fue partícipe.

''Me siento muy orgullosa porque fue une espectáculo digno, sin embargo no se nos permitió que metiéramos cosas recientes, que cantáramos algún tema de los nuevos autores. Tuvimos que ceñirnos a lo oficial: el Cielito lindo, Bésame mucho y México lindo y querido. Lo nuevo no se permite porque, creo, hay como mucha desconfianza a que esas canciones no tengan la calidad, cuando sí la tienen."

Según apunta, esas restricciones crean un tipo de prejuicio en el intérprete, quien en lugar de arriesgar apuesta por lo seguro, por aquellas canciones que son clásicas y, por ende, del agrado del público.

En ese sentido, afirma: ''Cuando muere el riesgo en un artista, muere también su capacidad de crecer".

Con 16 producciones discográficas en su haber, la primera realizada en 1982, Eugenia León es una intérprete que además de incursionar en lo clásico está abierta siempre a las nuevas propuestas. Para ella no existen barreras en cuanto a género, pues lo mismo ha incursionado en el danzón que en el bolero; en las canciones infantiles que en el tango. Su voz da para cantar norteño, pero también al lado de Ramón Vargas, acompañados de una orquesta filarmónica. Es una cantante llena de versatilidad que imprime gran talento emotivo a todo lo que hace.

 

Apostar por el espíritu y la justicia

 

Ante los comentarios que la ubican como la mejor cantante de México, por su calidad de voz y su capacidad expresiva, ella conserva la ecuanimidad:

''Estoy estudiando para poder cuidar lo que tengo de natural, las cualidades que ya tiene mi voz; (debo) cuidarla y además sacarle todos los vicios de mala técnica y limpiarla para que crezca.

''Conozco a personas que con su voz realmente realizan cosas que yo no puedo hacer, pero lo importante no es sólo hacer cosas interesantes, sino que de veras se sientan. Tú oyes a un Bola de Nieve o a una Toña la Negra y te seguirán haciendo vibrar, aunque no hacían grandes cosas, aparentemente. Era tan grande el corazón que ellos tenían que tú dices: pocos intérpretes habrá como ésos; son personas que ya marcaron historia.

''Voces buenas hay muchísimas en México, pero el chiste ahorita, en mi caso, es no quedarme con la imagen de que canto bonito. Yo no canto bonito, mi aspiración es la de ser una muy buena intérprete."

Luego de casi dos décadas de trayectoria, Eugenia León se considera satisfecha y feliz de su trabajo.

''Yo canto por amor a la música y no por amor al éxito o por tener dinero. ƑQue es importante tener éxito? Lo es, pero para mí no se trata de conseguir los falsos trofeos de la lana o de la fama, sino de hacer aquello que quiero."

Asimismo, manifiesta su convicción de que las canciones con propuesta se sobrepondrán a los temas fáciles y pegadores: ''La apuesta es que la humanidad, por sobrevivencia, será capaz de apostarle finalmente al alma, al espíritu, a la justicia y a la conciencia.''

Sin embargo, ''si te digo que nada más creo en la canción por el sentimiento, creo que pecaría de un romanticismo que tampoco tengo; soy menos fresa de lo que parezco. Creo mucho en la conciencia y siempre siento que lo que canto, además de ese primer plano de la sensualidad, del sentimiento y de la emoción, debe dejarle otra huella a las personas, que es la capacidad de estar conscientes y lúcidas frente a muchas cosas'', expresa.

-Entonces, ¿no crees que la materia esté desplazando al espíritu?

-No es que no crea. Desafortunadamente sí lo veo, si no, no estaríamos tan jodidos, acabándonos el planeta y en un estado de desgracia en muchos sentidos.

``Realmente estamos muy mal, nos encontramos como en el Titanic: todos bailando y creyéndonos que nos ubicamos en primera clase, cuando todo el barco se está hundiendo. Sin embargo, no dejo de creer, no dejo de cantarle a la humanidad.''

Emprender una nueva etapa

Eugenia León tiene preparadas unas cuantas sorpresas para el futuro inmediato. Anuncia que dentro de unas semanas presentará dos discos: uno que grabó con el Cuarteto Latinoamericano y otro de canciones infantiles inéditas. Y también señala que aceptaría con gusto una invitación para realizar un concierto masivo y gratuito en la ciudad de México; sólo está en espera de la invitación.

Por lo pronto, la cantante se prepara para su recital del domingo en el que además de retomar las composiciones de los autores mencionados, presentará tres canciones que causarán sorpresa: Cádaver exquisito, de Fito Páez; Vida loca, de Francisco Céspedes, y Triste canción, de Alejandro Lora.

Como ya lo dijo ella misma, con este concierto y con el disco que retome el material de los años ochenta, Eugenia León comienza y termina un ciclo, para ir en busca, con sus característicos tenacidad y pundonor, de una nueva etapa.