La Jornada jueves 11 de febrero de 1999

EDUCACION: TRIUNFO DE LA SOCIEDAD

El secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas, anunció ayer la entrada en vigor de los nuevos programas de estudio para secundaria, con la introducción de la materia de Formación Cívica y Etica a partir del próximo ciclo escolar. Con ello concluye el proceso de renovación de contenidos y métodos de enseñanza que se inició hace ocho años ųcuando el hoy presidente Ernesto Zedillo era titular del ramoų y que causó, en su momento, una intensa polémica de alcance nacional.

Debe destacarse, en primera instancia, el esfuerzo de continuidad transexenal que hizo posible la renovación de planes y programas de estudio de la educación pública y la concepción y producción de los textos correspondientes. Un factor central para lograrlo ha sido, sin duda, la permanencia en el cargo del subsecretario Olac Fuentes Molinar, quien ayer sintetizó la transformación de la antigua materia de Civismo en la nueva de Formación Cívica y Etica: básicamente formalista y jurídica, la primera; ética, la segunda, orientada a dar a los jóvenes un sentido de los valores que les permita enfrentar fenómenos como la violencia, la desintegración familiar, el narcotráfico y las adicciones. La recuperación del contenido ético, que caracterizó a la educación pública mexicana desde los años veinte hasta 1940, permitirá a los educandos interactuar en los entornos sociales del presente y del futuro.

Otro elemento de gran importancia es la caracterización que hizo el secretario Limón Rojas de la nueva materia: formativa, laica, nacionalista, universal, preventiva y comunicativa, ajena a las ideologías dogmáticas. La reivindicación de estos valores en los programas de estudio constituye un triunfo alentador del espíritu racional, plural, democrático y científico ante las embestidas de círculos fundamentalistas y moralistas orientados por los sectores más atrasados de la jerarquía eclesiástica católica ųcomo Provida y la Unión Nacional de Padres de Familiaų. La sociedad, que está a punto de ingresar al siglo XXI, debe congratularse por ello.

Finalmente, ha de señalarse que ese rumbo correcto y plausible en materia de contenidos educativos debe ir acompañado de esfuerzos presupuestales sustantivos para extender la cobertura y elevar la calidad de la educación pública nacional, de la cual ųsegún cifras dadas a conocer hace unas semanas por el SNTE, y no desmentidas por ninguna autoridadų están actualmente excluidos más de un millón de niños de entre 6 y 14 años, y en la que sólo una de cada diez escuelas alcanza el nivel de excelencia.