n Asesor de Clinton
Firmarán México y EU una docena de acuerdos; el narco, tema central
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 11 de febrero n México y Estados Unidos firmarán una docena de acuerdos en la reunión que sostendrán los presidentes Ernesto Zedillo y Bill Clinton el próximo lunes en Mérida, informó el asesor principal de la Casa Blanca para América Latina.
El director de Asuntos Interamericanos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jim Dobbins, declaró a este diario que las drogas no serán el único tema de la agenda de ambos presidentes. ''Es una reunión que se enfocará principalmente en la relación Estados UnidosųMéxico, dentro de la cual las drogas ocupan un lugar importante, así como también el comercio, la migración y el medio ambiente'', indicó Dobbins.
El asesor de alto nivel de la Casa Blanca no detalló los acuerdos particulares que serán firmados por los dos presidentes, pero La Jornada se ha enterado de que se anunciarán convenios que establecen metas claras para los programas antinarcóticos de ambos países, otros sobre la protección de los derechos de los inmigrantes, un acuerdo sobre aviación civil y otro donde Estados Unidos se compromete a asistir en el mantenimiento de los helicópteros otorgados al Ejército mexicano.
''Probablemente habrá alrededor de una docena de acuerdos diferentes que serán concluidos, que están por ser concluidos, o que ambas partes prometen realizar'', dijo Dobbins.
El presidente Clinton y su esposa Hillary Rodham esperan llegar el domingo a Mérida, donde cenarán en la noche con el presidente Zedillo y su esposa Nilda Patricia Velasco. El lunes, los mandatarios se reunirán en privado y después con miembros de sus gabinetes. También habrá una amplia delegación de legisladores de ambos países, quienes mantendrán encuentros entre sí y también con los dos mandatarios. Clinton regresará a Washington el lunes por la noche.
Varios altos funcionarios de la Casa Blanca entrevistados por La Jornada esta semana señalaron que el tema de las drogas será el enfoque principal de este viaje, pero Dobbins insistió en que será uno de varios.
''Seguramente los dos presidentes hablarán de la cooperación sobre drogas, que es uno de los temas importantes en nuestra relación'', dijo Dobbins, al subrayar que los otros temas de interés bilateral recibirán la misma atención. No obstante, uno de los anuncios más importantes que se harán durante la reunión, según otras fuentes, será el acuerdo sobre los llamados ''medidores de efectividad de desempeño'', que permitirá a ambos países establecer ciertas metas para sus luchas antinarcóticos, así como un calendario para realizarlas.
También se espera, según las fuentes, que los dos mandatarios anuncien una ampliación del intercambio de cartas del año pasado en Brownsville, que fueron parte del esfuerzo para superar las tensiones provocadas por la operación Casablanca.
La procuradora general, Janet Reno, señaló este jueves que la cooperación con México está en su momento más fuerte. Dijo que es importante crear vínculos entre las agencias de seguridad pública de ambos países, ''para poder abordar problemas que son problemas de todos''.
Agregó: ''yo sé que (el gobierno mexicano) a veces se siente frustrado, pero creo que están comprometidos, y muy recientemente anunciaron una inversión financiera significativa para la seguridad pública antidrogas''.
Según el profesor John Bailey, quien dirige el Proyecto México en la Universidad Georgetown en esta capital, en los últimos años los asuntos de seguridad han sustituido a los temas de comercio y los económicos como la prioridad en la agenda bilateral para Washington. ''Las drogas es lo primero, y después siguen los asuntos fronterizos, incluyendo la inmigración'', dijo.
Los temas comerciales y de inversión todavía son muy importantes, pero están más abajo en la lista de prioridades. El profesor de Georgetown, autor de varios libros y ensayos sobre la relación bilateral, expresó pesimismo sobre el tono de la relación entre ambas naciones.
''Durante los últimos 15 años Estados Unidos se ha centrado en la política simbólica, que lleva a un endurecimiento (de la seguridad) en la frontera y la guerra contra las drogas'', señalo Bailey.
Indicó que los actores políticos en esta ciudad no están dispuestos o no pueden invertir el capital político para cambiar esta dinámica, a fin de modificar el enfoque de las drogas a un tema de salud pública y el consumo, o en los factores que generan la inmigración en vez de sólo sus consecuencias, por lo que la relación probablemente se mantendrá encarcelada en la dinámica actual. Además, los ciclos electorales presidenciales de ambos países en vísperas del año 2000 también hacen que un cambio real en la política bilateral sea menos posible.
''El comodín es el Congreso'', comentó Bailey. Consideró que el Congreso de Estados Unidos se ha insertado aún más en los asuntos internacionales y, en particular, los que corresponden a la relación con México en los últimos años, y que esto influirá en la política bilateral en el corto plazo. ''La cuestión más inmediata para el Congreso ahora es el debate sobre la certificación, y sobre ese asunto, hasta los simpatizantes de México están algo preocupados'', opinó.
''Será difícil para México, siempre lo ha sido'', comentó el representante republicano Jim Kolbe esta semana. En un foro legislativo, Kolbe dijo que aunque su opinión personal es que México había logrado mucho en este rubro, la mayoría de los legisladores interpretan este tema de una forma más simplista. ''Pocos de ellos desean que se les perciba como suaves ante el tema de las drogas'', apuntó.