n Grupos de rock en El circo volador en un acto de conciencia y divertimento


Jóvenes en favor de la consulta zapatista

Angel Vargas n Un sector muy movido de la sociedad es, sin duda, el de los jóvenes. Lo mismo se contonean, saltan y se desgarban a la menor provocación de los decibeles de ska, hip hop o rock que, prestos, se solidarizan con las causas sociales. Son movidos en todos sentidos.

Varios de ellos, cualquiera que sea su sexo, usan tintes llamativos en su cabellera, sea corta o larga; sus playeras, en colores eléctricos, se ajustan a sus troncos, y sus abombados pantalones parecen cuando menos 10 números mayores a las tallas de sus usuarios; sonríen y fuman, y fuman no obstante que, en su mayoría, apenas acaban de abandonar la adolescencia. El mundo es poco para ellos.

Pero ahí están, uno: para oír a sus grupos favoritos, sea La Maldita Vecindad, Panteón Rococó, Los de Abajo, Jambo o los chicanos Aztlán Underground y Quetzal. Y dos: en apoyo directo al movimiento zapatista de los Altos de Chiapas.

Ahí están disfrutando del concierto que el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN) organizó este sábado en apoyo y difusión de la consulta zapatista que sobre derechos y cultura indígenas se realizará en el país el próximo 21 de marzo.

La música irrumpe y rebota por todos los ángulos de El circo volador, el otrora cine Francisco Villa, ubicado en el oriente defeño. Los bailes cuasitribales, los saltos energéticos y los ordenados chingadazos del slam, van y vienen, conforme las bandas participantes se suceden.

 

Los jóvenes, sin voz ni voto

 

"Uno de los sectores más movidos es el de los jóvenes y, sin embargo, es el que menos expresión política tiene en los medios de comunicación; pero lo que ese sector está produciendo culturalmente, resulta muy interesante", señala Javier Elorriaga.

El coordinador del FZLN explica que el concierto fue organizado para difundir la consulta y recaudar fondos para la misma.

Señala que es fundamental para la transición democrática en nuestro país la participación de los chavos en el movimiento zapatista, porque el gobierno los mantiene marginados, sin voz y sin voto.

Agrega: "A pesar de que la corriente que gobierna los ve con un espanto increíble, por el pelo largo, el decibel tan alto que tocan o el lenguaje que utilizan, son chavos que le dan mucha fuerza al colectivo, que tratan de que éste tenga una voz y de que los valores de barrio y de comunidad estén presentes".

Elorriaga dice que la tarea fundamental del FZLN en este primer semestre del año es la consulta, cuya difusión se complica, pues no "se puede competir contra la televisión ni los partidos políticos". Empero, comparte su confianza de que conforme se acerque la fecha del acto y se anuncie la salida de los zapatistas de Chiapas la gente se involucrará más.

 

Los mostros y los chicanos

 

Algo ha sucedido. En el escenario un grupo de mostros se ha apoderado de la música. Para el público no pasa inadvertido, pero, contrario a la que se puede esperar, el júbilo en los juveniles rostros brilla.

Se trata de La Maldita Vecindad, que ofrece rolas de su más reciente álbum, Mostros. Frente a los jóvenes, una de las bandas más consolidadas del rock mexicano.

Antes de ellos, procedente de Los Angeles, California, el grupo Quetzal ya había dado muestras de lo que es la música chicana.

Esta es una banda comprometida con su condición de no ser ni de aquí ni de allá, de no ser mexicanos ni estadunidenses, sino una mezcla de ambas nacionalidades.

Su música es poderosa y pegadora, ritmos varios se fusionan, desde lo tradicional mexicano hasta hip hop, rap y reggae. La mezcla incita al movimiento...

Los integrantes de Quetzal ven en su quehacer artístico un medio de expresión política. Abundan: "Usamos la música como una herramienta para la reconstrucción y redefinición de nuestra comunidad".

Cuentan que en agosto de 1997 estuvieron en Oventic, donde vivieron la realidad chiapaneca. Después de unos días de compartir con los naturales de la región trasladaron a parte de sus obras algunas de las expresiones de ese acontecer mexicano.

Previo a que la música se hiciera, se proyectó el video Zapatista, realizado por un trío de jóvenes, dos de ellos de nacionalidad estadunidense y uno noruega.

En el video ųde 55 minutos de duración y cuyos derechos en México fueron cedidos al FZLNų, "se da voz a los indígenas zapatistas. Es una voz que no se encuentra en ninguna de las grandes cadenas de comunicación del planeta", explica uno de los realizadores, Benjamin Eichert.

"El mensaje es otra forma de ver al mundo, de tratar a la gente, de pensar y de luchar. Dice que hay que reconocer que todos estamos siendo explotados, que debemos reconocer que tenemos un enemigo común: el sistema neoliberal, contra el cual debemos luchar juntos, porque, si no, no podremos derrotarlo", concluye Eichert, quien señala que lo recabado por la distribución mundial del video es canalizado a las comunidades chiapanecas para asistencia humanitaria.

Son horas que se prolongan, tiempos que adquieren elasticidad conjurados por los decibeles. Los jóvenes siguen movidos, escuchan, bailan, algunos, se medio madrean, pero continúan ahí, en ese acto de divertimento y también de conciencia política.