n Dejará la Cocopa; buscará postulación


Autodestape de Salazar

Mendiguchía en Chiapas

n Por el momento no romperá con el tricolor

Andrea Becerril, enviada, Soyaló, Chis., 14 de febrero n El senador del PRI Pablo Salazar Mendiguchía anunció hoy aquí su resolución de contender por la gubernatura del estado y la decisión "dolorosa" de renunciar a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), ya que la batalla electoral que habrá de librar no le permitirá dedicar tiempo completo a esa instancia legislativa.

Sin embargo, precisó, ello no significa que claudique en la búsqueda de la paz por otros medios. "Sostendré hasta el final mi compromiso con el espíritu y la letra de los acuerdos de San Andrés y con la llamada iniciativa de la Cocopa". Sobre este punto, sostuvo que le queda muy claro que "de no haber sido por la frivolidad e insensatez de los responsables de operar y conducir el proceso, la paz se habría firmado desde hace mucho tiempo".

En esta paupérrima población tzeltal que lo vio nacer, Salazar Mendiguchía aclaró que no tiene en mente, "por el momento", una ruptura con el PRI, ni buscar otro partido que lo postule, sino convocar a todas las fuerzas políticas y sociales de la entidad, a los ciudadanos con partido y los que no lo tienen para participar en un proyecto encaminado a rescatar la conducción política de Chiapas, luego de décadas de imposiciones del centro y de estrategias federales erráticas.

Anunció, en ese sentido, que recorrerá la entidad, de hoy al próximo 2 de julio, a fin de hablar con las bases de todas las fuerzas políticas ųpriístas, panistas, perredistas y panistasų y con aquellos que no militan en ningún partido, para tratar de convencerlos de ese proyecto que busca dar solución a los dos problemas más acuciantes de Chiapas: el de la gobernabilidad y el de la pacificación.

Su convocatoria, precisó, trasciende el tema de los partidos políticos o de las coaliciones, ya que "se trata de un nuevo esfuerzo colectivo, incluyente, amplio, generacional, sin precedente, para devolver a los chiapanecos lo último que un gobierno puede quitarle: el derecho a la esperanza".

Aclaró luego que está consciente de los riesgos que implica su postura, pero está seguro de lo que hace al participar en un proceso abierto y sometido al escrutinio de la opinión pública.

"Decidí hacerlo desde ahora porque son los tiempos que marca la nueva hora de la democracia en el país, y porque no voy a esperar a que me lo autoricen o a que me designen".

El anuncio esperado lo formuló el controvertido senador chiapaneco en el pueblo en que nació y creció y en el que esta mañana los soyaltecos dejaron de lado las diferencias y pusieron por delante las coincidencias para reunirse en la plaza, apoyar a Salazar Mendiguchía y aplaudir las severas críticas que formuló a los gobiernos de las últimas décadas.

 

El estallido retiró el velo con el que se

cubrían el rezago y la marginación

 

Hizo un recuento de las ineficiencias, las corruptelas y la política errática que a niveles federal y estatal se ha seguido, con planes que son sólo "listados de buenos propósitos". La rebelión indígena estallada el primero de enero de 1994 no únicamente "sorprendió a todos por la aparición del EZLN, sino que constituyó un acto que de golpe retiró el velo con el que querían cubrir los niveles de rezago y marginación en los que viven los indígenas y la gente de Chiapas".

A partir de 1995, resaltó, las políticas de desarrollo han estado determinadas por las estrategias gubernamentales federales de búsqueda de una solución unilateral al conflicto armado y no por proyectos pensados en función de los intereses chiapanecos de largo plazo.

"En el diseño y aplicación de políticas encaminadas a contener el conflicto, a restar bases de apoyo de la insurgencia, a construir una artificial fachada de la economía" se han ido meses y años que pudieron haberse aprovechado para sentar las nuevas bases del desarrollo, dijo.

 

Se podrían haber utilizado recursos

del erario para armar paramilitares

 

Pero, además de ello, desde 1995 se han canalizado cuantiosos recursos públicos a acciones cuya utilidad "para abatir el enorme rezago económico que vive la entidad" ha sido muy cuestionada, y cuyo gasto ha despertado serias dudas sobre el destino final que tuvieron, abundó.

"Es la hora que no se sabe con precisión qué tanto de esos recursos pudieron servir para armar grupos paramilitares o qué cantidades engrosaron los bolsillos de los funcionarios en turno."

Insistió luego: "El gobierno actual conduce a Chiapas sin rumbo preciso", con mucha improvisación, con una "peligrosa personalización del poder", con acciones inclinadas más por las obras de "relumbrón" que por una visión de largo plazo en función de los intereses estratégicos de la entidad.

A un año y meses del advenimiento de un nuevo siglo, continuó, es indignante ver "cómo nuevamente, con grandes ínfulas y para satisfacer ambiciones personales de poder, funcionarios federales se quieren erigir en nuevos encomenderos de lo que todavía consideran Provincia de las Chiapas".

Los saldos de la acumulación de problemas, afirmó, saltan a la vista. La economía chiapaneca pasa por una situación muy complicada. A los problemas de la industria eléctrica en la entidad se aúna la posible privatización de ese sector ųlo cual él rechazará, sostuvo, en el Senado de la República.

Abundó: la industria del café está en crisis, el aislamiento geográfico de la entidad sigue siendo un problema de primer orden. A ello hay que agregar la lacerante pobreza extrema en la que vive más de 80 por ciento de la población.

De ahí, dijo, su llamado a construir entre todos los chiapanecos, "por encima de los enconos y rencores que tanto daño nos han causado", un proyecto de esperanza para Chiapas.

Salazar Mendiguchía inició así su campaña, 500 días efectivos antes del proceso electoral de julio del 2000, en los que recorrerá la entidad y buscará el respaldo de todos los chiapanecos, con partido y sin partido, a fin de diseñar un programa de gobierno para vivir "en completa paz y armonía".

Un proyecto, señaló el legislador, en el que "ninguna fuerza política o social se abrogue el derecho de gobernar, excluyendo a las demás".

Después del mitin, en conferencia de prensa, aclaró que por el momento no piensa romper con el PRI, ni optar por otro partido que lo lleve a la candidatura. "Mi proyecto es recorrer el estado de aquí al 2 de julio de este año para hablar con las bases de todos los partidos y organizaciones, convocarlos y trabajar con los que se sientan identificados".

ųƑSi el PRI le cierra las puertas aceptaría la candidatura de otro partido?

ųYo no estoy en posibilidades ni de abrir ni de cerrarme puertas con ningún partido. Estoy insistiendo en que hay una causa en la que podemos coincidir priístas, panistas, perredistas, petistas y los que no tienen partido. Creo que la causa de Chiapas es mucho más amplia que la de los partidos.