n Es "injusto y éticamente inaceptable", según el prelado
El cardenal de La Habana condena el bloqueo a Cuba
n Critica el armamentismo en la apertura de la cumbre de obispos
José Antonio Román, enviado, La Habana, 14 de febrero n Al inaugurar la Cumbre Interamericana de Obispos, el cardenal de La Habana, Jaime Lucas Ortega y Alamino, condenó abiertamente el bloqueo económico de Estados Unidos a la isla, hecho que calificó de "injusto y éticamente inaceptable".
Ante una treintena de jerarcas eclesiásticos representativos de los episcopados de toda América y de la curia romana, el segundo vicepresidente del Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam) señaló que en las precarias condiciones en las que viven grandes sectores de la población resulta imposible no levantar la voz en favor de los sectores desfavorecidos, y hacerla oír también en los foros internacionales.
Denunció que la deuda externa, la corrupción y el armamentismo contribuyen de una manera alarmante al empobrecimiento de los pueblos. También dijo que hay que levantar la voz de denuncia.
En una catedral abarrotada por feligreses, el cardenal Ortega recordó los continuos y permanentes exhortos del papa Juan Pablo II a los organismos internacionales para establecer un orden económico en el que no domine sólo el criterio del lucro, sino la búsqueda de la promoción integral de los pueblos.
Señaló que la Iglesia católica en América está consciente de que su misión evangelizadora lleva consigo una lucha contra los "pecados sociales" que el mismo Juan Pablo II ha enumerado en su exhortación apostólica Ecclesia en America, entre los cuales cita el comercio de drogas, la corrupción, el terror de la violencia, el armamentismo y la discriminación racial.
Consideró que la Exhortación postsinodal, documento entregado por el pontífice en su reciente visita a México, "es una especie de carta magna" de cara al próximo siglo y milenio, en los cuales finalmente se trazarán los programas y planes concretos de cada uno de los episcopados y evidentemente tendrá sus repercusiones sociales, políticas y sociales.
Durante la misa con la que se inauguró esta noche la reunión interamericana, el arzobispo anfitrión pidió al prefecto de la Congregación para los Obispos, cardenal brasileño Lucas Moreira Neves, transmitir al Papa un agradecimiento del pueblo cubano por su visita a la isla, hace ya poco más de un año, palabras que por cierto generaron un aplauso prolongado entre los asistentes.
Precisamente, agregó, para conmemorar este hecho los arzobispos del continente americano eligieron La Habana como sede de su reunión, y escogieron una fecha cercana a los días de la estancia del Papa entre los cubanos en enero de 1998.
Crítico en sus delcraciones, el cardenal Ortega se preguntó durante su homilía: "ƑCómo hablar del hombre digno que Jesús diseña en cada frase y en cada gesto, sin hacer un llamado a las conciencias y a las responsabilidades de gobiernos e instituciones para que no se violen los derechos humanos de personas y de grupos sociales?".
Desde el altar mayor y ante funcionarios del gobierno cubano e integrantes del cuerpo diplomático, el arzobispo dijo que la Iglesia de toda América se siente comprometida con el Papa en el rechazo a una "cultura de muerte" que pretende eliminar a los más débiles: a los niños no nacidos, a los ancianos y enfermos incurables; que recurre sin necesidad a la pena de muerte, cuando otros medios incruentos bastan para defender y proteger la seguridad de las personas contra el agresor.
Apuntó que América, como la humanidad entera, sólo encontrará el camino de la justicia que dé a cada hombre el puesto digno que le corresponde en la sociedad y a cada pueblo el sitio merecido en el concierto de las naciones, si cada hombre y mujer, si cada uno de los grupos naturales o formales que componen el enramado social, es capaz de sobrepasarse en el amor, al estilo del que nos muestra en su vida y en sus hechos Jesús.
"En efecto, sólo el amor es capaz de trascender en cierto grado lo inmediato, aun si es de apariencia caótica, despiadada o cruel, como puede ser la realidad económica y social de amplios sectores de hombres y mujeres en nuestro continente, afectados por la miseria material o espiritual al norte y al sur del Ecuador", dijo el prelado durante el acto religioso que dio inicio formal a los trabajos de la reunión interamericana de obispos.
Asimismo, criticó severamente las doctrinas neoliberales que han dejado al hombre expuesto a la tiranía del mercado y del dinero. El aliento del amor cristiano ha faltado en no pocas de las teologías liberacionistas surgidas en América. Ha faltado también el aliento del amor de las ideologías, sean de signo individualista o colectivista, que desde albores del siglo pasado y durante éste han influido en la historia de los hombres y de los pueblos.
Así, dijo que ante un mundo cansado de reivindicaciones justicieras, todos los que forman la Iglesia ųobispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicosų deben procurar la verdadera justicia sólo desde el amor y por amor.
Ortega y Alamino se refirió de manera especial a los derechos de los pueblos indígenas de América, a los de origen africano y a todos aquellos que se ven prácticamente obligados a emigrar hacia el norte del continente, buscando mejores condiciones de vida. Ninguno de ellos debe sufrir la violación de sus derechos humanos.
Comentó que éstas son las preocupaciones pastorales que los obispos de América llevaron al sínodo y que el papa Juan Pablo II ha recogido y enriquecido en su exhortación postsinodal. Dijo que en su reunión de estos días, dicho documento iluminará la reflexión que los obispos hagan sobre las grandes líneas pastorales de la Iglesia en América para el nuevo milenio que se inicia.