n La sometió a careo de más de 10 horas y citó para el viernes a las dos menores


Enfrentó la juez a una de las jóvenes violadas en Tláhuac con su agresores

n Urgen reformas al Código Penal para poner fin a esta práctica: subprocuradora Guerra

José Galán n Edith, una de las tres jóvenes violadas por 15 integrantes de la Policía Montada de Tláhuac el año pasado, fue obligada durante más de diez horas a carearse con cada uno de sus agresores, a través de la rejilla de prácticas del juzgado 47 penal del Reclusorio Norte, en un trámite dispuesto por la titular, la magistrada María del Refugio Méndez Hernández.

El otro careo se realizará este viernes e incluirá a las otras dos muchachas, ambas menores de edad, Evangelina y Adriana, y se efectúa a petición de los abogados defensores de los ex integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública, en el marco del desahogo de pruebas del proceso penal que, a juicio de las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), se basa en reglamentos obsoletos que deben ser sometidos a una profunda y extensa reforma penal.

La subprocuradora A de Procedimientos Penales, Margarita Guerra de Tejada, sostuvo que actualmente resulta fundamental efectuar reformas en los códigos penales tanto del Distrito Federal como el que rige en el ámbito nacional, para poner fin a la práctica de carear a las víctimas de delitos como la violación o el abuso sexual, sobre todo cuando son menores de edad, con sus presuntos agresores.

''Pero mientras se procede con las reformas legales sobre este tipo de procedimientos, no tenemos más que apelar al criterio de los jueces para controlar los términos del proceso y las características del careo. Esto sería más bien como exhorto respetuoso'', añadió.

Al comenzar ayer el careo, primero fueron presentados los 15 ex policías ante la rejilla de prácticas, y posteriormente fueron llamados uno por uno para rendir su declaración frente a Edith, de 19 años, quien explicaba la participación de cada sujeto y en conjunto durante la agresión sexual que sufrió.

''Debemos buscar una reforma al Código Penal del Distrito Federal para evitar este sistema de careo, que significa un proceso de desgaste para las víctimas'', dijo Guerra. ''Enfrentar a sus agresores significa, de alguna forma, revivir la agresión y ahondar en sus secuelas, sobre todo psicológicas''.

Custodiada por agentes de la Policía Judicial, Edith rechazó responder las preguntas de reporteros. Visiblemente nerviosa, tomó asiento a las 10:12 horas en la estrecha sala de trabajo del juzgado 47, de cara a la rejilla de prácticas y de espaldas a las cámaras que, desde afuera, buscaban captar su rostro. Por disposición de la magistrada responsable, el acceso sólo fue permitido a las partes involucradas.

Guerra de Tejada, presente en la audiencia a nombre de la fiscalía, es decir, de la parte acusadora, sostuvo que las reformas a los códigos penales deben tomar en cuenta, sobre todo, el derecho de las víctimas a preservar su integridad psicológica y emocional, para evitar la intimidación que pudiera desvirtuar la acción objetiva de la justicia.

''La intención, en este caso, de la Procuraduría capitalina es suavizar el impacto de este tipo de careos para las tres jóvenes acusadas, porque es el turno de Edith, pero las otras dos muchachas han sido citadas por la juez para este viernes a la misma hora'', dijo la subprocuradora A de Procedimientos Penales, Margarita Guerra.

Desde el 24 de julio en que se dio a conocer el caso, las jóvenes violadas en Tláhuac han sido sometidas a un sinfín de cuestionamientos que han puesto en duda su acusación, a pesar de que hay prubas médicas y psicológicas que sostienen su dicho.

En el último de ellos, los abogados de los policías sometieron a las menores a cuestionamientos ofensivos.