n José Cueli n

Alteridad y tiempo en el sujeto y la historia

Patricia Corres Ayala, doctora en sociología del conocimiento por la Sorbona, escribió el interesante libro Alteridad y tiempo en el sujeto y la historia en el que rastrea la verdad de la historia que se esconde en los recovecos, en los caminos escabrosos de lo que oculta, en el no ser, en la locura, en lo malo. Corres da cuenta que la historia manifiesta que el ser, la razón, lo bueno, aun la noción de verdad, han de ponerse en tela de juicio, puesto que su autenticidad no queda sólidamente fundamentada desde el momento en que niegan su contrario, o más bien que lo identifican como tal.

Corres estudia las tradiciones derivadas de la fenomenología kantiana en la que razón y experiencia se complementan en el proceso de conocer. Fenomenología que en sus diferentes momentos fundamenta la réplica al mundo ingenuo del realismo empirista y que en la psicología queda representada por el psicoanálisis freudiano, la teoría de la Gestalt, el desarrollo en las corrientes de psicología social y el estructuralismo de Jean Piaget.

Es Heidegger el máximo exponente de la fenomenología de este siglo, ilustre heredero de Husserl, que nos muestra que el ser es, en sus maneras de manifestarse y de ocultarse. El mundo fenómenológico no es diferente al mundo de la vida, al mundo primero. Más ninguno de los dos se expresan unívocamente. El trabajo de conocer es una labor interpretativa. Así, es necesario reformular los problemas que la filosofía se había planteado. Requiere de nuevos conceptos, nuevas palabras para construir problemas diferentes y darle un giro a nuestro viciado discurso.

En esa línea, Nietszche fija a los filósofos en su ignorancia del tiempo para pensar al humano. Mira al individuo y la cultura desde la tradición racional. Pero encuentra los túneles que no siempre tienen la luz para observarlos en su interior. Y que cuando descubrimos algo que no es siempre grato, Nietszche está en el pensamiento de Heidegger, en su propuesta de la hemenéutica como aproximación al conocimiento del ser. También en la de Foucault, al señalar la necesidad de estudiar la historia en su no ser, en la locura, la delincuencia. La ética como autocandado, estética de vivir.

Está también presente esta línea que rastrea Patricia Corres en Freud, y su teoría psicoanalítica, al considerar las pulsiones y los sueños, expresiones de naturaleza humana, no consciente sino inconciente. En esta convergencia se inaugura la noción del sujeto, inscrito en el tiempo y la alteridad. La filosofía en cuanto reflexión se presenta como la posibilidad de desplazarse sin perder las procedencias y los fines de este pensamiento filosófico en que se construye la psicología moderna. Patricia, en su libro piensa, que la ciencia desde la visión del poder permite una nueva conceptualización del sujeto en que los marcos de referencia pierdan rigidez y se aproximen más a lo que entendemos por realidad. La psicología, de acuerdo con Patricia está en deuda con esta perspectiva, pues le falta desarrollar sistemas más complejos y perder el temor a la obscuridad "pues ella también puede significar el anuncio de un nuevo amanecer".

 

Corres, Patricia. Alteridad y tiempo en el sujeto y la historia. Distribuciones Fontamara. México, 1998.