n Alberto Enríquez del Valle * n

Manual de la guerra irregular

La motivación principal de este artículo son los interesantes reportajes que he leído en La Jornada, en torno a los acontecimientos que se han venido desarrollando desde enero de 1994 en Chiapas a partir del surgimiento a la luz pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y la actuación y respuesta que ha mostrado el gobierno federal, desde esa fecha y hasta nuestros días, en los diferentes aspectos de la vida nacional, como son el político, social, económico y militar.

Siendo un ciudadano mexicano convencido de que nuestro país requiere de un cambio sustancial en todos los campos del poder para establecer en México una verdadera democracia, que sirvió a su país desde el interior de las filas del Ejército Mexicano por 15 años, siendo egresado de las dos escuelas militares más importantes de esa institución: el Heroico Colegio Militar y la Escuela Superior de Guerra, ofrezco mi punto de vista relacionado con la masacre realizada en Acteal, Chiapas, y la participación activa que tuvieron militares en la misma, apoyando a los llamados grupos paramilitares.

La estrategia militar desarrollada por el gobierno federal en Chiapas (así como en otros estados de la República), y que es muestra innegable del mal empleo que se ha dado a las tropas del Ejército Mexicano, abarca dos aspectos fundamentales.

El primero: hacerse de adeptos entre la población (aliados) para lo cual se organizan agrupamientos integrados por miembros de las fuerzas armadas para realizar las llamadas operaciones de labor social, en las cuales, mediante el uso de la guerra psicológica, se trata de convencer a la población civil, en este caso a los indígenas que habitan en las zonas de pobreza extrema, como las regiones de los Altos y la selva chiapaneca, de que el gobierno es su amigo y manda al Ejército para que vean que está al pendiente de sus necesidades básicas, pero también es una clara demostración de fuerza para intimidar a la población.

El segundo aspecto fundamental consiste en infiltrar entre la población grupos de información, para detectar quiénes son las personas que encabezan algún tipo de movimiento, o podrían estar en condiciones de hacerlo, y quiénes son sus adeptos.

Es necesario hacer mención que los libros del Manual de guerra irregular ųeditados en dos tomos por el Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacionalų son utilizados por los miembros del Ejército Mexicano. Por medio de ellos se les adoctrina sobre la guerra de guerrillas, en caso de una invasión extranjera, y en la lucha de contraguerrilla. En el tomo primero se menciona que uno de los factores fundamentales para llevar a cabo la guerra de guerrillas es la población, a la cual se divide en cinco grupos principales, que son:

1. Grupo de Resistencia (que en este caso sería la población civil que apoya en forma activa al EZLN).

2. Grupo de simpatizadores (es el grupo que apoya moralmente al EZLN y, que en ocasiones le proporciona apoyo material de forma indirecta).

3. Grupo neutral (lo representa el sector de la población que no desea verse inmiscuido por razones personales).

4. Grupo de simpatizadores del adversario (simpatizadores del gobierno), que sería el grupo de la población que ve con simpatía las actividades desarrolladas por el gobierno en Chiapas).

5. Grupo de apoyo activo al adversario (apoyo activo al gobierno), representado por los sectores de la población civil dispuesta a apoyar en forma activa al gobierno y al ejército).

Es precisamente, el quinto grupo de la población, el que justifica clara y plenamente en el Manual de guerra irregular del Ejército Mexicano, la existencia de los grupos paramilitares que actualmente actúan en Chiapas con el apoyo del gobierno federal y estatal, en contra de los indígenas que ven con simpatía al EZLN, para poder llevar a cabo una guerra de exterminio en esa zona del país.

Es muy importante analizar que actualmente han sido detenidas por el caso Acteal cerca de 100 personas entre ex policías y civiles; se sabe además que, salvo un soldado raso, de quien se dice que en su tiempo libre entrenaba a los grupos paramilitares, ningún otro militar ha sido sujeto a proceso por esa matanza en la que perdieron la vida 45 indígenas compatriotas. Esto último es lo más importante, ya que las directivas giradas por el alto mando del Ejército Mexicano, ordenan a los comandantes de Agrupamientos Militares y Bases de Operaciones de la fuerza de tarea Arcoiris en el estado de Chiapas, que el personal de tropa no salga franco en su tiempo libre, y que se mantenga al personal realizando actividades que absorban el total de su tiempo.

El soldado raso que impartía el adiestramiento del grupo paramilitar de Chenalhó en su supuesto tiempo libre, es la clave para jalar la hebra y llegar hasta el jefe militar que permitió salir franco a ese soldado para supuestamente adiestrar al grupo paramilitar, y digo supuestamente, porque la capacidad de preparación y conocimientos militares de un soldado raso le impiden impartir adiestramiento militar.

 

* Ex capitán y licenciado en Administración.