n La aplicación rigurosa de la ley será la respuesta a esa conducta, advirtió


Zedillo: ofenden al Ejército bufones que alimentan el sensacionalismo

n Compartimos la indignación que provoca un miembro que no sabe honrar a las fuerzas armadas, dijo

Rosa Elvira Vargas y Jesús Aranda, enviados, San Miguel de los Jagüeyes, Méx., 19 de febrero n El presidente Ernesto Zedillo dijo a los miembros del Ejército Mexicano que comparte ''la vergüenza'' que causan aquellos que ofenden al instituto armado ''al convertirse en bufones para alimentar sensacionalismos de moda'', pero también advirtió que la aplicación rigurosa de la ley será la respuesta a esa ''deshonrosa conducta''.

Frente a la plana mayor de la Defensa Nacional, generales en retiro, agregados militares, jefes, oficiales y tropa, el mandatario precisó que los integrantes de las fuerzas armadas, al tiempo que son guardianes del estado de derecho, son además ''vigilantes y practicantes de nuestras leyes''. Como institución de la República, puntualizó, el Ejército emana del orden constitucional y ''asume plenamente que sus miembros están sujetos a la ley''.

Los miembros de las fuerzas armadas, continuó el Presidente, saben que el cumplimiento de cada una de sus actividades y el respeto a las leyes del país, de ningún modo son contradictorios y sí complementarios y parte de un todo.

Para ser integrante de ese instituto, indicó entonces, se requiere la más entera convicción y la más inquebrantable disciplina para sujetarse a las leyes de la República, a las normas de la legislación militar y al cumplimiento pleno del deber.

En el Día del Ejército, Zedillo elogió las virtudes y atributos del militar, a quien la vida en los cuarteles le demanda, dijo, férrea voluntad e inexcusable sujeción a la más estricta de las disciplinas humanas, una vida de sacrificio, de servicio y en la que no hay lugar para flaquezas ni para egoísmos.

Por ello, ''compartimos la indignación que provoca un miembro que no sabe honrar al Ejército Nacional; quien no sabe honrar el uniforme de las fuerzas armadas, no sabe honrar a México''. Esos militares, enfatizó, causan vergüenza y ofenden a la institución que generosamente les ofreció educación y carrera.

Aseguró que los mexicanos viven con la tranquilidad de saber que, además de defender la soberanía, la integridad territorial y las instituciones, el Ejército siempre está listo cuando más se le necesita, y ''esta tranquilidad no tiene precio''.

En el discurso que dirigió Zedillo a los siete mil militares reunidos en la explanada de 90 mil metros cuadrados del Campo Militar 37-C, dejó en claro que su administración se ha propuesto transparentar y velar porque la participación del Ejército en labores de seguridad interior y combate al narcotráfico, ''se lleve a cabo con riguroso apego a la ley''.

Aunque no precisó las medidas hacia ese fin, destacó que al transparentar y precisar las responsabilidades del Ejército, el Estado mexicano aumenta su efectividad en garantizar la seguridad interior que con tanta razón reclaman los ciudadanos para su persona, sus bienes y su vida cotidiana.

En forma reiterada, el Presidente dijo que en su condición de comandante en jefe de las fuerzas armadas del país, tiene y tendrá hacia ellas absoluta confianza, pues cuentan con una firme trayectoria de solidez institucional, de honda raigambre popular y de inquebrantable vocación de servicio.

Como ocurriera con el mensaje del general secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, la intervención del mandatario estuvo impregnada de la explícita distinción entre aquellas tropas y oficiales a quienes se ve, exaltó, entrenarse con decisión y constancia para ser mejores soldados, y aquéllos, ''muy pocos individuos'', que deshonran a la institución armada.

Los mexicanos, resaltó ufano Zedillo, aprecian a quienes integran y guardan honor a las fuerzas armadas, los quieren y respetan porque saben lo severa y eficiente que es la vida militar. Esta, demanda fortaleza física, mental y, sobre todo, moral; reclama la mayor firmeza en el carácter individual y el más generoso espíritu de cuerpo. La disciplina, el sacrificio y el servicio ''son atributos de los soldados de nuestro Ejército. Y sabemos que un atributo fundamental de nuestro Ejército Nacional, es el honor''.

Antes de iniciar el desayuno que tradicionalmente organizan en su día los miembros del Ejército, el presidente Zedillo recorrió las en rigor nuevas instalaciones de este campo militar, que alberga a unidades de Caballería, Infantería y Policía Militar. Se trata de una amplísima extensión semidesértica, donde también se levantaron unidades habitacionales y otros servicios.

Además, y luego de recibir los honores a su investidura, el jefe del Ejecutivo encabezó el izamiento de la bandera monumental en estas instalaciones. Siempre acompañado por el general Cervantes Aguirre, el presidente Ernesto Zedillo contempló luego, desde el balcón del cuartel general de la Primera Brigada de Infantería Independiente, el cuadro que formaban miles de soldados y oficiales en la inmensa explanada.

Ya en su intervención, el mandatario se referiría al Ejército Mexicano como garante de la independencia, de la forma de gobierno y de las instituciones mexicanas; lo llamó baluarte de la integridad territorial y garantía del resguardo de los recursos y las instalaciones vitales para el país. Asimismo, señaló que el instituto castrense es ejemplo de compromiso y de solidaridad, y recordó su origen histórico y social glorioso.

El instituto armado, puntualizó, ha sido y seguirá siendo el pueblo mismo, con sus virtudes de valor, patriotismo, nobleza y generosidad. Constituye, además, un Ejército patriota y leal, nacionalista y valiente que cumple con honor sus responsabilidades estrictamente militares y solidariamente sus labores sociales.

Enseguida, hizo un recuento de la participación militar, sobre todo el año pasado, en tareas como el combate a siniestros, el auxilio a damnificados por las inundaciones en Chiapas y otros estados, su trabajo en el rencauzamiento de ríos, la reparación de puentes y caminos, la reconstrucción de hogares, escuelas y hospitales. Tampoco omitió las tareas de ayuda que realizaron los soldados en países como Bolivia, los de Centroamérica azotados por el huracán Mitch y recientemente en el terremoto de Colombia.

En esos actos de auxilio y solidaridad, subrayó el Presidente de la República, las fuerzas armadas sufrieron 53 bajas.

''Es motivo de profunda satisfacción que cada acción solidaria que realiza el Ejército Nacional en apoyo de pueblos hermanos, se gana siempre el reconocimiento de sus autoridades civiles y militares. En muchas partes del continente y del mundo, se reconoce al Ejército Mexicano por ser un ejército de paz, bien adiestrado, organizado, profesional y solidario. Es un ejército del que nos sentimos orgullosos'', destacó.

Militares en retiro, políticos y editores, invitados especiales

La lejanía de San Miguel de los Jagüeyes no impidió que desde temprano y aguantando el frío de las ocho de la mañana, los invitados especiales que anualmente convoca el Ejército para su fiesta lucieran animados.

Antes de la llegada de la mayoría de los miembros del gabinete presidencial, charlaban y recibían saludos efusivos generales en retiro, como el ex secretario Antonio Riviello Bazán, o aquéllos que están en la política, como el senador Alvaro Vallarta Ceceña y el diputado Miguel Angel Godínez, jefe del Estado Mayor Presidencial en el sexenio de José López Portillo, y su sucesor en la gestión de Carlos Salinas de Gortari, el general Arturo Cardona.

Asimismo, fueron vistos por ahí militares de alto rango con presencia en la vida pública, como el ex jefe policiaco capitalino Enrique Salgado y el ex senador Alger Urke León Moreno.

Ya estaban también directores y editores de revistas y periódicos, propietarios de medios electrónicos, columnistas y hasta empresarios, como Juan Sánchez Navarro.

Más tarde, ya cerca de la hora de la llegada del presidente Zedillo, arribaron al lugar funcionarios de los gabinetes legal y ampliado.

Estos últimos fueron, por supuesto, los más solicitados una vez concluido el ágape y la ceremonia toda.

Algunos, no los militares por cierto, buscaban fotos lo mismo con Francisco Labastida que con Esteban Moctezuma; otros más eran buscados para entrevistas y los de más allá, hacían citas y refrendaban amistades.