n Intenta desaparecer la gratuidad: ex líderes del CEU
El aumento de cuotas en la UNAM, viejo proyecto conservador
Claudia Herrera Beltrán /I n A más de 12 años de su participación como fundadores y activistas del movimiento estudiantil que detuvieron el llamado Plan Carpizo, que entre otros aspectos impulsaba el incremento de cuotas en la UNAM, Imanol Ordorika y Antonio Santos coinciden en que el intento del rector Francisco Barnés de modificar el reglamento de pagos obedece al añejo proyecto ''conservador'' de desaparecer la gratuidad de la educación en México.
Dispuestos a ''aclarar confusiones'' que ha habido con otros de sus compañeros que integraron el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), los ex líderes estudiantiles son puntuales en sus objeciones al llamado Plan Barnés: ''la educación pública debe ser gratuita, los estudiantes mexicanos no están en condiciones de sufragar los costos de su preparación, el proyecto de desarrollo nacional depen- de de los recursos que se inviertan en educación y el derroche de los recursos de la UNAM por parte de la burocracia universitaria''.
Imanol Ordorika y Antonio Santos --junto con Carlos Imaz-- fueron punta de lanza de un movimiento estudiantil que sentó a autoridades y alumnos en un diálogo público que desembocó en el Congreso Universitario de 1990.
Ambos recuerdan, en entrevistas telefónicas por separado, los argumentos que hace más de una década levantaron en contra del aumento de cuotas y que, en su opinión, siguen vigentes para desaprobar el proyecto del rector Barnés.
--ƑSe dice que la Constitución abre la posibilidad de que la educación superior no sea gratuita?
--El rector Barnés se equivoca cuando dice que nunca se ha cuestionado la constitucionalidad de las cuotas. El CEU hizo toda una argumentación pública en el sentido de que la UNAM es un organismo público descentralizado del Estado, cuya Ley Orgánica está aprobada por el Congreso mexicano. Ellos dicen que el Estado no tienen la obligación de financiar a las universidades, sin embargo, el artículo modificado sigue manteniendo la obligatoriedad del Estado para toda la educación pública, señala Ordorika.
--ƑPor qué se debe exigir la gratuidad de la educación?
--Hoy más que nunca es necesario defender este principio, que no cambie, porque en las condiciones del país, después del espejismo salinista y de la caída de 1994, las condiciones de vida para la gran mayoría de los mexicanos son extremadamente difíciles. Si en medio del aparente crecimiento económico del salinismo hubo razones claras que demostraban que la mayoría de los estudiantes no podían pagar la educación superior, hoy existen aún más argumentos. La defensa de la educación pública hoy es una tarea histórica, del mismo tamaño que lo es defender la industria eléctrica nacional, afirma.
--ƑSin embargo en todas las universidades estatales se cobran cuotas?
--Un acto anticonstitucional que se repita en todo el país no significa que está bien hecho. En el caso particular de la UNAM, desde 1986 pero con mayor fuerza, desde que se quitaron los ceros al peso mexicano, le ha salido más caro cobrar las cuotas que no hacerlo. El pago lo han mantenido como un precedente, como un proyecto histórico de largo plazo para relevar al Estado mexicano de su responsabilidad financiera con la institución. Con ello están dándole el giro mexicano a una política diseñada por el Banco Mundial de quitar recursos públicos a la educación superior y sustituirlos por aportaciones privadas.
Por su parte, Antonio Santos explica que en la propuesta de Barnés ''los alumnos con su palabra obtendrán la exención, pero en el artículo noveno se indica que en los casos que se proporcionen datos falsos la UNAM la cancelaría. La Universidad montará un aparato de fiscalización y vigilancia cuando el problema de la burocratización universitaria es el problema central de la institución''.
Otro problema, indica Ordorika, es que las autoridades universitarias, ''como expresión de la burocracia nacional, asumen la cultura política del priísmo, pues han utilizado los métodos tradicionales, las argucias permanentes de utilizar a los Consejos Técnicos, al Colegio de Directores, a los cuerpos que ellos controlan para sustituir la discusión y para pretender crear una imagen de legitimidad''.
--Las autoridades argumentan que los jóvenes pueden pagar las cuotas pues hay muchos coches en los estacionamientos.
--Hasta vergüenza me da pensar que la rectoría haga cálculos numéricos de cuántos coches caben en CU, pues ni siquiera alcanzan los espacios para los profesores. En 1986 los datos que publicamos en el documento La Universidad Hoy claramente indicaban que 78 por ciento de los estudiantes provenían de familias con menos de cuatro salarios mínimos, mientras que cerca de 50 por ciento de los estudiantes trabajaban tiempo completo. Es interesante ver que según los datos más recientes del Centro Nacional de Evaluación, cerca de 75 por ciento de los estudiantes está debajo de los cuatro salarios mínimos. Nos dicen que esos no tienen que pagar, entonces uno se pregunta Ƒpara qué quieren imponer el nuevo Reglamento de Pagos?
Para Ordorika, el propósito de subir las cuotas es romper la resistencia que se planteó desde 1986 para quedar en la libertad de incrementar las colegiaturas hasta cumplir el modelo del Banco Mundial. ''Es un objetivo político, el objetivo de Barnés es derrotar la defensa de la educación gratuita. No pueden argumentarlo en términos de eficiencia, ya que representa una aportación ínfima al presupuesto universitario.''
Insiste Santos: ''La teoría y la historia nos muestran que la UNAM cumple al mismo tiempo una doble función: reproduce la estructura inequitativa de la sociedad, pero al mismo tiempo abre posibilidades de movilidad social. Esas dos funciones inherentes de la Universidad entran en conflicto, pues quienes han controlado la institución desde 1945 a la fecha han buscado enfatizar siempre la función reproductiva de la máxima casa de estudios y se olvidan de su proyecto social''.